A Pesar De Todo

C A P I T U L O 2 3

—Yo solo te comento que tienes demasiada ropa para que me digas que no sabes que ponerte —comente irritada.

Malia casi me mando a lo más profundo de la tierra cuando me volteó a ver.

—Por favor Holly ten más piedad de mi —chillo —lo voy a volver a ver después de meses, solo intento lucir bien, pero es que los hombres no entienden que hay una diferencia entre lo formal y lo formal ¿entiendes?

Apreté los labios en una fin línea y asentí lentamente.

Si no te mueves no te va a comer.

Entiendo.

Tampoco le vayas a decir que no entendiste.

Entiendo comandante.

—¿Y si te pones esta falda negra con tu body beige? Podrías agregarle unas botas y un abrigo largo, de los que tú tienes, creo que te verías bien —exprese mientras revisaba mi celular.

—¡Claro! Sería una gran idea —dio pequeños brincos en su lugar —fuiste de gran ayuda aunque también un dolor de cabeza, ¿tú también vas a salir hoy?

—Ajá, Cameron me tiene una sorpresa —bufe —creo que se me olvido decirle que no soy muy fan de las sorpresas pero me contradijo diciendo que era parte de mi regalo de cumpleaños.

Ella me recorrió con la mirada, achicando sus ojos convirtiéndolos en pequeñas rendijas.

—¿Y enserio te vas a ir así? —juzgo señalando todo mi cuerpo.

Me mire en el espejo que casualmente estaba enfrente de mí. No me parecía un mal conjunto, unos pantalones de mezclilla, junto con unos tenis deportivos y una playera blanca con unas pequeñas letras en cursiva en medio de ella.

—¿Si? Repito diciendo que me siento a gusto con esta ropa y a mi parecer no me veo mal, tienes que agradecer que hoy me bañe a pesar de que el agua estaba helada.

Señale provocando que ella rodara los ojos y soltara un bufido.

—Bien, como quieras, si te cofunden con una vagabunda no va a ser mi problema.

Hice un sonidito con la garganta para que entienda que le preste atención.

Unos minutos después vino el galán de Malia, sinceramente no podía entender cómo podía salir con él, no era mi critica por algo físico o algo parecido solo que le había roto el corazón y ahora volvía como si nada.

Quise pensar que yo no conocía los detalles y con eso me dirigí a la cocina para agarrar una manzana.

Mientras comía mi fruta con calma recargada contra la encimera empecé a observar como mi celular se empezaba a llenar de notificaciones de él, pensé que la tortura ya se había acabado, habían pasado semanas sin saber de él, pero el solo ver como mi celular se empezaba a saturar de sus mensajes hizo que mi estómago me doliera.

Agarra el celular casi con miedo, una sensación de inseguridad, como si estuviera vigilada inundo mi cuerpo.

Y la sensación aumento cuando sus mensajes eran fotos mías en lo largo de estas semanas, corriendo, en la universidad, con mis amigos y al final había un mensaje.

Me extrañaste mariposilla

Unas náuseas se apoderaron de mi al igual que un dolor de cabeza.

Peque un brinquito cuando sonó el timbre de mi departamento.

Agradecí mentalmente cuando vi que era Cameron.

—¿Estas lista? —me preguntó una radiante sonrisa a lo que conteste afirmativamente, agarre mis cosas y salí del departamento.

Una vez en el auto no pude evitar soltar la pregunta.

—¿A dónde vamos?

—No sé si estamos entendiendo el termino sorpresa —lo ignore y seguí con mis preguntas,

—Si vamos al concierto debo decirte que faltan más semanas para que llegue la fecha, espero que no te hayan timado y no les compraras boletos para hoy —no pude seguir hablando ya que encendió la radio y la puso a todo volumen.

—Grosero —masculle.

Vi como soltó una risita.

Después de lo que pareció una eternidad nos detuvimos.

Nos bajamos y algo confusa lo seguí hasta que llegamos a un estadio de carreras, fruncí mi ceño más confundida y el me arrastro hacia dentro.

—¿Los vamos a ver correr? —pregunte señalando a las personas que se estaban alistando para la carrera.

—Te vamos a ver correr—me corrigió.

—¿Qué? Pero yo no

No puede terminar de hablar cuando una chica se plantó en frente de nosotros.

—Genial, eras la concursante que falta ¿no? —reviso rápidamente una lista que traía —¿Holly? —al ver que yo no contestaba ya que o salía de mi confusión Cameron asintió —Excelente sígueme —ordeno tomándome de la muñeca arrastrándome hasta que llegamos a una especie de camerinos.

Me dio un traje azul de clásico corredor de moto y me metió al cubículo del baño.

Una vez encerrada en el baño con el traje en mis manos recordé la conversación que tuve con el señor gruñón.

Entiendo.

Trague grueso mientras me ponía el ajustado traje y una vez lista salí encontrándome con la misma chica.

—Genial, aquí tienes tu casco y tu número —lo empujo contra mi pecho ambas cosas —se te prestara una motocicleta donde tendrás que firmar diciendo eres responsable por daños que le pase mientras haces la prueba —otra vez la chica me aventó unos papeles y una pluma contra mí.

Malhumorada firme el contrato después de haberlo leído.

Sin pensarlo dos veces me ajuste el casco y me coloque el número de corredor que me dio, le volví a entregar el contrato, me señalo la moto que me había tocado y sin más me dirigí a ella.

Sentía como el corazón se me iba a salir del pecho, y mis manos empezaban a sudar.

No lo pienses tanto Holly, hay pocas oportunidades como esta en la vida, no te des la vuelta.

Puedo hacerlo.

Y sin más dieron la bandera verde y comenzó la carrera.

No creo que tenga muchas palabras para describirla, solo estaba consiente de abrir muy bien mis ojos, esto no se parece nada a las careras donde corro.

Por favor que ya se termine, por favor, por favor

Sentía que estaba en la peor montaña rusa, mi corazón estaba desbocado y tenía ganas de devolver la comida.

Después de varias vueltas en la pista agradecí internamente cuando cruce la línea de meta y como si el casco me quemara, me lo arranque de la cabeza y se lo di a la primera persona que vi.



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En el texto hay: secreto, amor, chica fria

Editado: 16.04.2023

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