Al día siguiente Kalie nos fue a despertar a las ocho de la mañana y nos dio apenas 10 minutos para alistarnos.
Al parecer ella estaba despierta desde las siete
Mason también había cambiado sus vestimentas, llevaba unos pantalones cortos, una playeras y una camiseta de ''i love Texas'' color gris. Yo por supuesto desencajaba completamente junto a sus atuendos playeros con mi pantalón de tela italiano y mi camisa de botones y por supuesto, todos, absolutamente todos me miraban con intriga por la máscara de gato.
Kalie explicó un poco sobre el bufet de todo lo que puedas comer por veinte dólares del almuerzo, pero claro, primero tomaremos el desayuno.
En realidad esta es una playita muy linda, hay muchas personas y el agua no se ve muy higiénica pero aun así tiene ese aire de relajación inscrito en todas partes.
- Podemos desayunar en las casetas que hay en la playa, digo, escuché que tienen un batido de mango espectacular – comentó Kalie y me sorprendí un poco por la reacción de Mason
Sonrió como si se hubiera ganado la lotería y solo consiguió intrigarme demasiado. ¿tanto le gusta el batido de mango?
Los tres tomamos marcha hacía las casetas y pude sentir perfectamente como mis zapatos se llenaba de desagradable incomoda arena. ARENA. Suspiré cuando ambos se rieron de mí, claro, como ellos si llevaban sus perfectas sandalias playeras.
Me vi obligado a sacarme los zapatos y las tobilleras, arremangar el pantalón y caminar así hasta una de las casetas más cercanas. Genial. Solo esto me faltaba para completar el Luck de payaso de circo. Sin querer caminar con los zapatos en la mano los metí en la maleta que cargaba Mason. pero cuando estábamos a punto de llegar Mason tomó el brazo de Kalie y la haló a la siguiente.
Eso es aún más sospechoso.
Metí las manos en mis bolsillos y me limité a seguirlos a una distancia considerable, agachando la mirada para no llamar tanto la atención aunque no los culpo por mirarme, ¿Quién rayos viene a la playa con máscara? Pues sinceramente prefiero ser el sujeto raro a él sujeto deforme.
Los tres tomamos asiento en las sillas del mesón, en realidad creo que no queda muy claro así que lo explicaré; las casetas son más bien quioscos, como los de revistas en new york pero aquí la repisera se utiliza como mesón, con cuatro sillas cada uno y una persona que atiende desde adentro.
Kalie se sentó en medio de los dos mientras conversaba animadamente con Mason sobre los distintos sabores que habían probado alguna vez de los batidos.
¿a quién rayos le interesan los batidos? Estoy seguro de que conmigo podría hablar de algo mucho más interesante.
Dejando eso de lado me fijé más en la chica que estaba del otro lado del mesón, dirigiéndole unas fugaces miradas a Mason. Arqueé una ceja al ver que Mason se dio cuenta de eso y de reojo le devolvió la mirada.
Una sonrisa amplia se dibujó en su rostro y como si nada empezó a sonrojarse. ¿Qué rayos? Nunca había visto a Mason sonrojado, ¡¡ni siquiera por Kalie!!
- Entonces, Mason, Kalie, ¿Qué desean? – preguntó ella con una sonrisa y abrí los ojos de par en par al ver que ella los conocía.
Kalie imitó mi expresión en reconocimiento
- ¡Lau! – exclamó ella con alegría genuina
- Ah, Laura, no te había visto – dijo Mason con tranquilidad y la tal Laura soltó una risita cómplice que por supuesto Kalie no notó
La ingenuidad de Kalie es encantadora pero en momentos así es totalmente contraproducente. Ese maldito Mason en serio está teniendo un romance aparte, ¿eh? Y aun así dice que quiere algo serio con Kalie. ¡Dios, no!
Kalie pidió un desayuno mixto para ella y uno simple para mí, un par de batidos de mango y no fui consciente de la elección de Mason ya que estaba demasiado ocupado lanzándole dagas con los ojos
Ojala fuera un espíritu del gato blanco de verdad para poder maldecirlo.
¡Será bastardo! Si ya tiene a esta chica ¿para qué quiere a Kalie?
Seguí refunfuñando unos minutos más en mi mente hasta que la chica esta sirvió el plato frente a mí, también con una amigable sonrisa. La observé a ella también por unos minutos.
Su piel era un tanto oscura, sus ojos color verde esmeralda, cabello rizado y esbelta figura, era guapa, sí, pero ni siquiera se parecía a Kalie como para decir que era cuestión de gustos.
Levanté la máscara lo más mínimo que pude y comencé a comer
Cuando Mason me miró de reojo fingí estar concentrado en el popote del realmente delicioso batido de mango a mi izquierda. Juro que pude escuchar su suspiro de alivio
- Harrison, estás muy callado – comentó el
A ver si quieres que en serio abra la boca
- Así que te llamas Harrison – dijo Laura dirigiéndose a mí y solo me limité a asentir – suena a clase alta
Los tres rieron
- Lo es, pero no dejes que la fachada te engañe, en realidad es muy común – dijo Kalie
Ugh. ''común'' no es exactamente un buen término para definir a alguien