Meses después
Toda las personas nos miraban, y ahora que hago me repetía pero sabia o al menos creía saber la respuesta correcta.
—¿Quieres casarte conmigo Madison? Di que si amor —lo miro en mitad del parque arrodillado y con un sencillo y hermoso anillo.
Lo pienso por quizás mucho tiempo ¿Casarme? Nunca quise casarme, no lo hice con Tyler y de pronto aquí estoy a punto de responder a una pregunta que puede cambiar el rumbo de mi vida con un hombre que apenas conozco unos meses.
Casarme no esta en mis planes, pero…
—¡Si Paul! ¡Si quiero! —el se levanta y me besa, acabe de tomar una de las decisiones mas cambiantes de mi vida. Mas locas.
Esa noche celebramos con nuestros amigos y nos reímos de cosas triviales, después me despedí de él y regresé a mi casa con la noticia de que me iba a casar en un mes.
Me voy a casar.
Sol no estuvo de acuerdo, me confronto y me hizo ver algunas cosas que me hirieron y termine peleando, razón Tyler. Mi orgullo era mas poderoso que otra cosa sobre la faz de la tierra, y ese orgullo me estaba haciendo perder mucho.
Las semanas de los pequeños preparativos pasaron. Me casaba y estaba feliz si que lo estaba, estaba emocionada de saber que había un hombre que si me amaba y que no me fallaba como lo hizo otro individuo.
Un día antes de mi boda iba a pie hacia mi casa cuando un carro que conocía a la perfección me cruzo el camino, mire a la persona que descendía del vehículo y sentía como la sangre congelaba todo mi ser, mi corazón comenzó a dar golpes fuertes en mi pecho y el nudo en mi garganta creció sin sentido cuando escuche su voz.
—Madison—trate de esquivarlo, pero él me tomo por la cintura e hizo que me quedara frente a él. Nuestras miradas se encontraron tanto tiempo después. Los escalofríos subían y bajaban por mi espalda.
“No llores”
—¿Es cierto que te vas a casar? —lo mire y vi como poco a poco sus ojos se tornaban rojos, no podía responder nada sin que la voz se me cortara. Tyler estaba frente a mis dos años después, dispuesto a todo.
¡Lo sabia, lo sentía!
—Ty…—susurre sin saber que mas hacer o decir
—¿Es cierto Madison? ¡Dime Carajo! ¿Te vas a casar? ¡Te vas a casar! —lo dijo alzando la voz y con desesperación, miré a su coche y vi que en el asiento del copiloto tenia una botella de tequila a la mitad. Me dolía en el alma, pero no podía olvidar su traición, ahora encontré a alguien diferente, a alguien que creo que amo.
—Si Tyler me caso mañana—lo dije con la voz entrecortada, dándome cuenta en ese instante que pese al tiempo que había trascurrido lo seguía amando con todo mi ser, que moría por decirle que no me iba a casar y que lo amaba a él, lo amaba por completo pero el video de su traición no me dejaba hacerlo, el recuerdo de sus labios besando a otra mujer se repetía constantemente una y otra vez.
¡Y lo odiaba!
—¿Por qué me haces esto Madi?, ¿porque me rompes el corazón? —de pronto mire una lagrima resbalar por su mejilla, me dolía verlo tan mal
—Ty…—repetí, el nudo de mi garganta no me permitía mas que decir tontos monosílabos y estaba a punto de derrotarme en millones de lagrimas
—Madison no te cases, no lo hagas mi amor, no me hagas esto—me abrazo y pego su frente a la mía, mis brazos por un segundo lo rodearon y en me pego a su pecho, sentí el latido de su corazón, pero seguía dolida, seguía con el recuerdo de su traición
—Ty…no—insistí y me alejé de él, el lloraba, era hombre, pero frente a mi solo era un hombre que se estaba dando cuanta de que acababa de perder a la mujer mas importante de su vida como yo me daba cuenta de que estaba perdiendo al amor de mi vida.
—No lo hagas amor, no me dejes, no me hagas esto Madi—las lagrimas seguían cayendo y yo me sentía la mujer mas despreciable del mundo, mas cruel
—No puedo Ty
—¿Por qué? —me lo dijo en son de reproche— porque no, porque mi amor—me tomo de las manos, yo templaba y estaba helada—porque te casas cuando sabes que yo te lo he propuesto mil veces desde que te conocí, te doy el mundo y lo sabes, muero por ti Madison, muero por ti, ¡joder! ¡porque me haces esto! —dijo con molestia en su voz, con un dolor penetrante que llego hasta lo mas profundo de mi ser. Me miro y yo a él, esto nos dolía a los dos a partes iguales.
—Estoy embarazada Tyler—lo solté de golpe, una tonta mentira que formulo mi orgullo, y me jugo una mala pasada.
Él se separo de mi y sus ojazos azules me penetraron, en ellos pude ver todo el dolor que sentía, me estaba partiendo el corazón al mentirle, al decirle una vil mentira, no estaba embarazada, no lo estaba, no había sido de nadie.
—¡¿Embarazada?!—grito—por Dios Madison, por un carajo, yo el jodido amor de tu vida te cuido, te respeto, siempre Madison, jamás te toque, para que un imbécil recién aparecido venga te haga suya y estés esperando un hijo suyo ¿¡Porque me haces esto!?—gruño y golpeo unas cuantas veces el techo del carro.
¿Pero que estoy haciendo?
Lo amo mas que a mi vida y lo estoy lastimando de la peor manera
–A veces así es la vida Tyler, si no cuidas lo que es tuyo lo pierdes. Tu me perdiste—reclame dolida
—No Madison, tu eras mi joya, la mujer a la que respete siempre y cuide como mi tesoro, para que un cabrón, hijo de puta, venga y simplemente ahora sea tu hombre ¡Maldición! —grito y se halo los cabellos
—Lo siento—fue lo único que pude decir, él me miro y miro mi vientre, que gracias a los mil santos ese día vestía un jersey grande.
—No te cases mi pequeña, no lo hagas, por favor—suplico—me equivoque, yo te perdí por jodido cabrón, pero no te quiero perder para siempre, me niego, me niego a que no seas la madre de mis hijos y la mujer con la que despierte todas las mañanas, me niego a que seas a la mujer que ame el resto de mi vida ¡No me hagas esto!!Joder! —gruño enfurecido consigo mismo.
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Editado: 16.12.2020