¿a Que Juegas?

1

Fue un verano de esos en los que hacia mucha calor

Yo siempre recurría al mismo lugar al que iba para matar mis ganas de tomarme una cubata, o tal vez de conseguir alguna mujer deseosa de alguna actividad sexual...

Fuera cual fuese, estaba buscando algo, una empresa que no tenia muy clara sus convicciones, por lo que vamos a dejar todo en que buscaba sexo y bebida, tal vez incluso algo mas sutil, como compañía y distracción.

Yo la vi mientras estaba atendiendo clientes y ella también me viò.

No pasaron ni siquiera tres segundos antes de que me hablara, ella fue la que comenzó todo.

—¿Te sirvo lo de siempre?—me propuso, y yo asentí.

Conocía cual era mi bebida favorita por las veces que había ido allí anteriormente y ella se encontraba trabajando. Ella preparó rápidamente el ron con refresco y luego de un momento se colocó justo delante de mi, pero detrás de la barra.

—Me parece que te gusta verme bastante, porque nunca vienes acompañado—agregó ella con una media sonrisa en su rostro.

Yo me limité a mirarla como un padre mira a su hijo cuando acaba de hacer una travesura.

—¿Si la respuesta fuera si, te molestaría?

Ella esbozó su sonrisa completamente.

—Me gustaría la idea, pero prefiero pensar que te gusta tomar bastante.

Después del siguiente sorbo de ron le propuse lo siguiente...

—Tengo ganas de conocerte mejor ¿acaso te pido mucho si te digo que tengamos un encuentro esta semana?

Ella borró su sonrisa, fue estrepitoso, como si hubiera visto a un espanto. ¿Tan mala fue mi propuesta?

Ella titubeo antes de contestar, mirando con nerviosismo hacia los lados, como buscando la valentía en alguna de sus amigas, que por desgracia ninguna podía salvarla en este instante.

—Bueno... tomarè eso como que intentas coquetear conmigo. —Alcé una ceja en señal de respuesta y ella me miró aun mas nerviosa— Bueno... es que apenas hace un mes que nos conocemos. La política de este establecimiento es que no debemos interactuar con los clientes mas allá del trabajo.

Su perorata no me convenció...

—Si no sales conmigo le diré a la encargada que rompiste la tuviera del baño mientras limpiabas.

Ella se mordió los labios, seguí expectante mientras me maldecía en todos los idiomas que tenia en su mente, incluso en el idioma de los elfos, sabia que ella quería salir conmigo, aunque claramente no seria ella quien daría el primer paso.

—Considéralo un favor, porque sabes que lo deseas...

Ella claramente escondió la sonrisa que se asomaba en sus labios, entonces fue a servir a un chico que pidió una soda y regresó.

—Eres un caballero, no serias capaz.

—Nunca subestimes a un hombre, porque cuando quiera puede ser, tu príncipe, bandido y malhechor.

Ella me miró con una pizca de molestia, antes de voltearse y encoger sus hombros, como quien pierde una partida.

—Si la cita no me gustà, entonces no te dejarè volver a hablarme... Tienes solo una oportunidad vaquero...

—La cita te va a gustar, te lo aseguro...




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