Prefacio✩

Please forgive me, I know not what I do

Please forgive me, I can't stop loving you

Don't deny me, this pain I'm going through

Please forgive me, if I need you like I do

Please believe me, every word I say is true

La melodía de Bryan Adams suena desde mi computadora en el escritorio mientras estoy acostada boca arriba observando las estrellas que están pegadas en el cielo Razo. Estrellas que un día mi padre coloco cuando eras mas pequeña y recién llegábamos a nuestra casa, dado a que solía tener malos sueños los primeros días.

El sentimiento de sentirme como una bolsa de excremento lo traigo conmigo desde hace mas de tres asquerosos meses. Con rabia limpio mis lagrimas mientras cierro los ojos y me digo a mi misma que esto pasara, solo será una mala época —como muchas en mi vida— me repito una y otra vez que las cosas mañana estarán mejor que hoy y mejor que ayer. Que mañana no habrá un motivo mas para llorar. Mañana será otro día. Mañana habrá una nueva oportunidad.

Mi celular suena como por novena ves desde mi escritorio, y aunque por unos momentos pienso que podría ser mi padre quien este llamando, recuerdo que debido a problemas anteriores le coloque un sonido diferente para saber cuando era el que llamaba. De esta manera dejo que el celular suene y termine la llamada.

Escucho como la puerta de la entrada abajo se abre y cierra de un portazo y eso hace que de un brinco salte de la cama y como estaba con las medias a medio poner hace que me caiga de bruces contra el sueño ocasionando un ruido sordo.

—¡Demonios! Que duro esta el suelo

—¿Marion estas aquí? —escucho una voz al otro lado de la puerta un poco largo.

Me levanto extrañada de escuchar la voz de mi mejor amiga desde lo que son las escaleras, aunque la puerta de mi cuarto este cerrada, suelo conocer los sonidos dentro de la casa muy bien.

Voy al tocador y me miro la cara. Horrible como me lo imaginaba. Mi pelo esta suelto y nada peinado, mis ojeras están horribles y mis ojos están hinchados, muy hinchados y rojos. Maldigo mentalmente porque si Wayne me mira de esta manera equivale a un regaño mas.

Sin mas remedio, regreso a mi cama y me siento en el banco de decoración al final de mi cama, mientras espero que Wayne entre, es muy extraño porque jure escucharla en las escaleras y la casa no es gigante que digamos. Además no tiene caso alguno que finja decirle que estaba bien, que solo miraba una película o que simplemente la canción me dio ganas de llorar.—que cabe resaltar que también la canción tuvo mucho que ver ahí—pero igual no lo intentare, no tengo ánimos para hacerlo. La puerta de mi caruto se abre y una Wayne con helado de fresas y dos cucharas.

—Menuda cara. Venia a decirte algo, pero luego que te vi la cara se me olvido que era. Ponle nota.

—Es mi cara de siempre. Sorpresa —levanto mis manos para darle mas emoción a mis palabras

—Porfavor no lo hagas, das pena como vas —se acerca a la computadora, la mira y apaga la música —¿Enserio Byran Adams? No pudiste colocar a James Arthur o Ariana grande o Zayn o.... no se algo menos deprimente.

—Podría, pero sabes que la música pop no es mi favorita, o por lo menos no la actual.

Y sabe que tengo la razón. Aunque sea el 2017, y haya muchas variedades de música —que no digo que sean malas— yo aun me quedo con mi rock alternativo. Bandas que ya no existen o baladas en ingles. Tengo una obsesión con este tipo de música desde que escuchaba a mi padre colocarla cuando íbamos de camino o hacíamos cualquier cosa. Se volvió una costumbre que me gusta poder llevarla conmigo.

—Como sea — me respondes y su mirada se suaviza coloca el helado sobre el tocador y se sienta a mi lado —¿Qué te pasa por que estas así? Se que suelo ser muy molesta la mayoría del tiempo, también se que eso puede sacarte de quicio muchas veces o por lo menos en este año anterior, pero juro que odio llegar a tu casa y tener que encontrarme con esta Marion que no es la misma que yo conozco.

—Es aquí cuando debo preguntar ¿Cómo entraste a mi casa? Por un momento me sacas el susto de mi vida cuando escuche la puerta principal se abrió y cerro de un solo.

—¿Y porque te asustaste? ¿Estabas haciendo algo indebido como m...?

—No estaba haciendo nada de eso Wayne —le coloco mala cara mientras también me paso las manos desesperada por ella —No, no estaba haciendo nada malo Jesús, solo me asuste.

—Pues fácil, la ultima vez dejaste las llaves en mi casa y traía a dejártelas y como no contestabas el celular... que eso lo que iba a preguntar cuando entre... ¿Por qué carajos no contestas el celular? ¡deje muchas llamadas perdidas!

—¿Eras tu? —le respondo algo culpable —Lo siento, pero de verdad no he querido ver mi celular o estar pendiente de el. No tengo mas nada que hacer en el.

—Que hayas cerrado tus redes sociales no implica que no puedas contestar llamadas y mensajes normales Marion. Pero y bien —reanuda la conversación y toma de nuevo el helado y las cucharas pasándome una —Pero ahora debemos celebrar ¿no crees? ¡solo nos falta este puñetero año y la mierda el instituto!

—No quiero ir —contesto atropelladamente y Wayne me mira entiendo de inmediatamente todo —Me da ansiedad de solo pensar que solo falta una semana para iniciar clases. Hubiera preferido mil veces cambiarme a una publica o recibir mis clases en linea. No es que sea una persona dramática solo es que....

Siento como un nudo en la garganta vuelve a crearse, y Wayne pasa un brazo por encima de mis hombros y me lleva con ella acostándome en su regazo y cierro mis ojos cuando empieza a tocarme el pelo con suavidad. Es ahí cuando me vuelvo a dar la libertad de volver a dejar salir mis lagrimas una vez mas. Cualquiera diría que ya estoy seca de tanto que he llorado estos últimos días. Me siento cansada. Me siento muy cansada mental, física y psicológicamente. Me siento cansada de todas las maneras posibles. Y por mas que antes la idea de estar en el ultimo año me emocionara, por los momentos solo quiero desaparecer, desaparecer y no volver a aparecer nunca mas.