Capítulo 18
Detención II
Nunca hubo suficientes estrellas en el cielo para contar cuántas veces al día él se enamoró de ella
-TLQNDE-
Cuando me dirigí a detención, me refería a la sala donde el Señor Master nos había pedido reunirnos, solo había tardado cinco minutos pasadas las tres. Cuando entre logre percatarme que entre todos éramos casi diez estudiantes en total. Me entro una vergüenza enorme cuando gente conocida de otros grados me observaba con cara de asombro al ver que yo me encontraba con ellos en detención. ¿Era tan raro verme en detención? si Wayne estuviera aquí su respuesta sería algo como ¿Es que nunca han visto a alguien en detención? o una tontera más grande saldría de su boca.
Pero es que después que mis calificaciones bajaran, ya no solía estar en los grupos de ayuda o apoyo a las activades extra curriculares del instituto, habíamos comenzado el año escolar hace tres meses y no habían solicitado mi ayuda como veces anteriores para estar en los comités. En pocas palabras ya no era una de “las favoritas de los maestros” como salían llamar los compañeros de clases. Que, aunque antes ese sobrenombre hacía que mi ego se elevara, en estos momentos me parecía algo de los mas absurdo del mundo.
Divise a Cross, Connor y los hermanos Keller del otro lado del salón.
Pensé que los chicos ya habían salido de los establecimientos antes. ¿También tendrían detención? No lo sabía.
Con la cabeza gacha camine hacia donde estaban ellos ya que mis ánimos para ir a detención se habían bajado un poco al ver toda esa atención. ¿Tan malo era verme aquí? ¿No suelen decir las personas que siempre hay una primera vez? Y aunque la cara de Cross y Connor era algo relajada la de los hermanos Keller era una de total burla y asombro. Era de esperarse que alguna estupidez saliera de la boca de alguno de esos dos.
—¿Marion Dallas en Detención? ¡Que sorpresa! ¿Qué más puede pasar? ¿Ámsterdam sin museos? ¡Imposible! —Bromeo Canner mientras llegaba a su lado.
—¡Alguien te escuche por favor! — le contesto Esat.
—Canner no empieces — replico Connor con cara seria. —¿Cómo la llevas baby?
—Te he dicho que no me llames baby, por cierto. Pero bien. En detención como podrás ver. ¿Y ustedes…?
—Me duele oírte decir que rechaces mis halagos — Connor coloco una mano en donde estaba su corazón— me duele mucho aquí ¿Sabes?
—Oh no, nosotros no estamos en detención — lo interrumpió Esat— Vinimos a burlarnos de Cross por haber quedado en detención, pero al parecer la burla será doble luego de saber que se quedo contigo.
—Primero no tienes nada ahí Connor — luego voltee a ver a los gemelos para contestarles— en segundo ¿No tienen algo mejor que hacer que estar en detención por diversión? Y como tercer punto ¿Dónde esta Ali?
—Esat, Pienso propinarte un golpe si dices un comentario grotesco — musito Cross por lo bajo, luego se dio la vuelta y quedo observándome de nuevo. — Y hola a ti también Badgirl
—Oh por Dios….no me digas así — conteste sin poder ocultar la risa que me salía de mí.— ¿Ahora soy Badgirl?
—No te preocupes, aun sigues siendo mi chicle. —me sonroje un poco mientras miraba como miraba. Luego dirigí mi vista los chicos otra vez.
—¿Tú puedes burlarte, pero nosotros dos no podemos? — contesto un Canner muy indignado— ¿Quién te crees tu? Y para contestar tu interrogante mi querida Marioneta mi hermana esta con mama en una reunión con las tías o algo así y en casa no hay nadie, así que porque no.
—Quiero también ser como ustedes y venir por diversión a Detención.
—¿Qué te importa Canner? — contesto un fastidiado Cross —Es más ¿Por qué no se van ya?
—¿Nos estas corriendo Gripe? — Le pregunto un Connor exageradamente sorprendido
Lo cual a mi solo me tocaba ver como seguía haciéndose el indignado mientras yo miraba alrededor y observaba que había gente que parecía estar mirando. La cual hizo que sacara de mi mochila la botella de agua que había comprado para darle un sorbo.
—Oh claro que no esta corriendo, es obvio que sobramos en esta cita maravillosa. — casi me atoro con el agua mientras escuchaba como Esat describía nuestro castigo. —Oh Marion, alguien ayude a Marion, aun no puedes morir sin casarte con el señor Waller.
—¿Estas bien? — Cross y Canner se acercaron rápidamente para ver si me encontraba bien.
—¿Cita? — pregunte sin poder ocultarla voz ronca que provenía de mi garganta.
—No es cita, es obvio es detención. Pero si lo fuera, no seria tan mala como la última. — respondió Connor
—¿Qué?
—¿Escuchaste eso que dijo Connor hermano?
—Claro hermano. ¡Dijo como la última! — respondió Esat.
—¿Eso quiere decir que ya salieron? ¿De qué me he perdido?
—¿Hablas de verdad Canner? ¡Fue hace meses! — contesto un alterado Connor.
—¿De qué me perdí? — pregunto de nuevo Canner— ¿Y cómo estuvo su cita? — se escuchaba realmente intrigado.
—Salió pésima….
—¿Fue pésima? — no pude ocultar la tristeza en mi voz. ¿Qué estaba pasando aquí?
—¡No fue pésima! — replico Cross no sin darle antes una patada según el disimuladamente a Connor. Digo disimulada ya que el gritito que este hizo no fue disimulado. Observo a los Keller con una mirada de muerte antes de proseguir.
—No fue pésima — aclaro Cross— Solo……algunas cosas no salieron como esperábamos.
—¿Tendrías otra de esas con Marion?
—Claro que n….Ósea sí. ¡Si tendría otra cita con ella! Pero no como la ultima fue un desastre.
—¿La cita o Marion?
—La cita Canner la cita.
Un golpe en la puerta hizo que todos nos asustáramos y nos pusiéramos alertas para dejar de hacer lo que estábamos haciendo. El golpe provino del Señor Master quien llegaba al salón su comúnmente cara de amargado sin esposa (como normalmente solía llamarlo Wayne). El porte del Señor Master siempre era una cara de Hielo al igual que sus respuestas. Nunca pasaban de monosílabas que fueran Si, no, talvez, no lo sé, piénselo, usted que cree.