¿ A que saben las estrellas?

Capitulo 24: Playa, sol y cangrejos ✩

Capítulo 24

Playa, sol y cangrejos

*Las galaxias son grandes agrupaciones de millones de estrellas y nebulosas, pero lo que veo en tus ojos no se compara con ninguna*

Maratón 2/2

 

 

 

Estaba estresada y muy enojada

Ni siquiera el paisaje a nuestro alrededor ayudaba a que mi mente divagara y dejara de sobre pensar las cosas.

No sabía que emoción era la que más sobresalía de todas las que pasaban por mi cabeza en estos momentos.

Pero me sentía como en una balanza, el lado izquierdo era el estrés, el enojo, los celos y la ira que gobernaba el lado derecho y la otra mitad era la tranquilidad, la paz, la incertidumbre de lo que pudiera pasar.

Y yo tenía mucho rato de ir y venir del lado izquierdo y derecho, pero nunca me quedaba en la mitad.

Nunca me decidía.

¿Por qué estaba de malas?

No era por algo en cuestión, era por alguien exactamente.

Por Flavia.

Nuestra querida Flavia.

El viaje en el que se suponía que comenzaría de la mejor manera, se estaba saliendo de las manos hasta ahora. —Y lo peor era que solo yo sentía que eso pasaba, era lo más tedioso— Y no sabía qué hacer para dejar de sentirme como me sentía. Era muy posible que fuera la única que pensará de esa manera, pero no sabía que hacer o como tratar de relajarme con la situación en la que me encontraba.

Quería salir y llegar a nuestro destino lo antes posible.

Llevaba una hora y minutos en el automóvil con Flavia, y los chicos, pero la presencia de ella se hacía notar demasiado en el espacio tan reducido en el que nos encontrábamos—y es que el tiempo con ella en el auto me parecía eterno— y tampoco estaba muy segura que yo pudiese estar aún más tiempo con ella en el mismo lugar.

La cabeza me empezaría a doler en cualquier momento.

Me lleve disimuladamente mi mano a mi cara al solo imaginarme como seria el resto del día con ella entre nosotros. Por lo menos en la playa habría más espacio en el cual podría perderme y no relacionarme con ella.

No quería ser mala con ella, pero tampoco era como si ella me dejara muchas opciones.

El que ella viniera, por los momentos había sido la peor decisión, en todo el viaje.

Pero esa misma respuesta no era la misma ni para Cross ni para Connor, ellos al parecer disfrutaban de su compañía.

Y era algo que también me picaba un poco.

Una parte de mi se sentía un poco enojada con Cross, no era justo de mi parte enojarme con él por el acto de haberla traído con nosotros, en un viaje que solo se suponía que era para nosotros cuatro, pero por otra parte, sentía que era su culpa, era su prima, y aunque eso fuera molesto, no entendía como había podido hacer semejante cosa—aunque sonase una locura, el que simplemente la haya traído y este aquí—pero el que sean familia no me dejaba tan tranquila y Wayne había secundado con mi idea.

Si tuviera el poder de uno de los 16 deseos de la lista mágica, los utilizaría todos con tal de verla y escucharla con la boca cerrada.

¡Por favor que dejara de hablar por unos segundos nada más!

Eso era lo único que pedía.

Tenía mucho tiempo que no sentía este sentimiento por nadie en particular, nunca había pasado situaciones de celos extremas con Phil, por lo general, ya me había acostumbrado a estar con chicas más bonitas y radiantes que yo, y de tanto, eso ya no era que algo que me mantuviera alerta.

Pero con Cross era diferente, quería tener esa sensación de sentir que solo tenía ojos para mí, que solo yo fuera la persona a la cual el estuviera atenta a cualquiera de mis movimientos, tenía la necesidad que su atención solo fuera para mí y por mí.

Y no me gustaba sentirme así.

Hasta ahora.

Y la compañía de Flavia no ayudaba para nada.

Me basto con decirle un hola a Flavia para saber que ella no me agradaría en lo absoluto.

¿Si es posible que eso exista?

¿El que alguien te caiga mal con solo verlo una vez?

O con el simple hecho de solo escuchar su nombre….

Quise darle la oportunidad para poder tratarnos y relacionarnos, por unos momentos al comienzo me quería convencer que solo eran mis inseguridades saliendo nuevamente a la superficie, pero por más que lo intente no lo logre.

En lo único que podía concentrarme en estos momentos, era en el paisaje. Las vistas, los paisajes y el cielo se habían convertido en mi lugar seguro cuando en mi cabeza había un caos. Las carreteras en estos lugares eran muy transitadas por ciclistas cuando el verano estaba presente y aunque sabíamos que podríamos ser los únicos extraños en ir a la playa cuando el invierno estaba cerca, eso no se convertiría en un obstáculo para poder divertirnos y tratar de pasarla bien.

Siempre ver el paisaje era algo que me relajaba, sentía que cuando lo miraba podría perderme y encontrarme en las cuantas veces quisiera, el verde de las praderas y las montañas que se observaban a los lejos hacia un contraste y una combinación perfecta con lo azul que el cielo estaba hoy en día.

Era un día hermoso

—¿Marion, que piensas tu?

Regrese mi vista al frente para ver como Cross esperaba por mi respuesta, hoy ni siquiera me había tomado el tiempo para poder verlo tanto como me gustaría, estaba tan ocupada callando a su prima mentalmente de mil formas diferentes, que deje de tener el hilo de la conversación tiempo atrás.

Su mirada me instaba a que le respondiera, sabía que él no tenía ni la más minina idea de lo que pasaba por mi cabeza, tenía ganas de quedarme callada y no responderle.

Pero también quería demostrarme que no me afectaba en nada.

Pero tampoco me apetecía estar en la conversación




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