"Tenemos que hablar", siempre pensé que sería alguien quien me diría esta frase tan insípida y después mi corazón iba a romperse en pequeñas partículas que viajarían hasta un interminable huracán de recuerdos, quizás buenos, quizás malos pero recuerdos en sí. Y es que he tenido tan poco tiempo de conocerte y han sido tantas cosas las que has dejado en mí, es imposible negar que me gustas, tu sonrisa, tus ojos y hasta tus pestañas, la manera en que meditas e incluso tus preguntas no formuladas. Eres un chico increíble que merece tanto, más de lo que yo estoy dispuesta a dar, alguien que ve más allá de todo. Hay tantas noches que me planteo muchas posibilidades y varias veces me pregunto qué hice para merecerte, ha sido todo un proceso darme cuenta que no estoy hecha para ti y que no quiero que cargues con todo lo que me rodea y todo lo que soy por ahora, es que sinceramente todo sería distinto si hubieras llegado mucho antes a mi vida, no quiero decir que sea tu culpa o mucho peor la mía.
Hay demasiados caminos por descubrir todavía, metas que cumplir, sueños que alcanzar porque no hay una sola estrella en el cielo a la que no puedas llegar. El tan cliché "no eres tú, soy yo" viene a mí como único aliado por el momento pues no tengo algo más para enmarcar algo tan inefable, siempre he sido mala para este tipo de cosas por lo que prefiero no hacerlo, sin embargo me permito ahora esto ya que no es por mí, es por ti, porque entiendo que eres más que esto. Podría escribir horas y horas, disfrutando el deslizar de las letras en mis dedos y sacando de mí lo más profundo, pero ahora no es uno de esos días.