No puedo decir que te extraño porque eso me haría extrañarte más, me hacen falta las pláticas hasta casi la madrugada porque nunca llegabas más tarde que eso, tus muy malos chistes ya no me sacan sonrisas por lo pésimos que son, el saber que siempre estabas para mí es algo que me deja un nudo en la garganta y un vacío en el pecho, ya no puedo bromear con alguien como lo hacía contigo ni mantener una complicidad tan divertida. Una parte de mí sabe que me diste una mirada al mundo muy distinta a la que estaba acostumbrada, quizás no fue mucho para ti pero para mí fue darme cuenta de muchas cosas que tenía fuera de mi alcance.