Caín tenía una idea en la cabeza, pero aún no podía decirle a su amante. Así que cuando surge un viaje con su antiguo mentor, la idea se hace más fuerte.
1
Caín tenía pocas cenas con sus familiares.
Después de que Dimas y Félix se llevaran demasiado bien, para su propio gusto. Una parte de él daba gracias que su hermano Félix aceptara a su pareja, pero otra, la más oscura y celosa no. Su Dimas era demasiado bueno para seguir los descabellados planes de Félix.
A veces con Evan, su tutor y su figura paterna, se habían hecho a la idea de que Félix estaba medio enamorado del amante de Caín y venía cada seis meses a visitarlos solo para pasar tiempo con Dimas.
Así que cuando Dimas le dijo que estaba bien la cena con los familiares de Caín, ya no vio la manera de negarse. Aunque algo dentro de él le decía que esa cena era mejor no hacerse, pero con el visto bueno de Dimas no le quedaba de otra que aceptarla.
—Serán Evan y Félix nada más. —conforto Caín. No estaba en sus planes agregar a los otros miembros de la familia de Evan. Esos dos eran todo lo que podía soportar de su lado de la familia.
—Será bueno ver al señor Evan, casi no acompaña a su hermano cuando viene. —. La voz de Dimas era suave y alegre.
—¿Seguro? —la duda pintaba en la voz de Caín.
A Caín no le molestaría decirle a Evan que no podría recibirle, si su amante le decía que no, es más, Caín podría llevar a Dimas de recompensa a una bella isla por unos tres días para el caso. Pero no, Dimas sonrió y dijo que sería genial ver a la familia, incluso podría invitar a sus padres y hacer una cena para todos.
—¿A papá no le molestará?
Caín se adaptó a llamar rápidamente a sus suegros papá y mamá, ellos así se lo pidieron y él con gusto acepto. Su única figura paterna era Evan, y Evan se lo dejo muy claro que, para él, Caín era como un hermano, así que pudo aceptar con gusto y sin sentirse mal, el trato paterno de sus suegros.
En pocos días su Dimas ya tenía los preparativos con la ama de llaves, para la tan esperada cena.
Evan le había marcado solo para decirle que pronto estarían y esperaba quedarse unos días en el país, así que Caín les ofreció su casa, sabía que Dimas no se negaría y él la verdad estaría bien hablando con Evan de todo un poco, incluso de los viejos trabajos que hizo para Evan.
II
Las camionetas negras donde de seguro el equipo de seguridad de Evan se encontraba estaba entrando ya a la casa, atrás de las dos camionetas, venía el sub gris oscuro que Caín estaba mas que seguro Evan y Félix estaban en ella.
Cuando los hombres de las camionetas bajaron con ellos estaban los equipajes y rápidamente los hombres del servicio de la casa se movieron. Las maletas de Evan y Félix junto con todo el equipo de Evan estaban ya en la casa y tanto Román como Lester, los guardaespaldas de confianza de Caín, los estaban ayudando a gestionarse por la casa.
Caín estaba a la par de Dimas para estar al pendiente de los visitantes.
Félix estaba tan cansado que solo pidió una habitación y se fue a dormir hasta la cena, Caín negó y Evan solo sonrió.
—¿Espero qué te sientas bien Evan? — Dimas preguntó llamando la atención de Evan.
—El viaje fue tranquilo.—. sonrió y luego miro a Caín— El avión se quedó en la pista más cercana de aquí.
—El helipuerto es bueno, no te preocupes, ellos también tienen el mío a su cargo.
—Me alegra. Ahora solo espero una cena tranquila, sé que para mañana Dimas nos prepara algo.
Dimas asintió, y Caín apretó la cintura de su amante, él sabía cuánto había trabajado su amado en ello.
—Además me gustaría platicar algunas cosas contigo, Caín.
Caín asintió, a la par que sentía la mirada de su amado. Caín echaba de ver que Dimas aún tenía sus reservas cuando Evan le pedía algo. Y más de alguna vez lo escuchó platicar con el amante de James, sobre las reservas que guardaba en el corazón cuando en su momento Caín llamó a James.
Mientras todos se preparaban para dormir, después de una cena tranquila con solo la compañía de su amado y de Evan, Caín siguió con su tren de pensamientos de horas antes. Aunque Dimas lo distrajo con besos y abrazos después de un rato pensó que no sería justo recargar esa energía en su pareja.
Además, Caín aun no sabía si la amistad de Dimas con el amante de James era buena, pero él nunca se metería en las amistades de su amado. Solo a veces se preocupaba por ese chico. Caín no era celoso, pero el mocoso de James era alguien tan pequeño, que Caín lo podía confundir con un jovenzuelo universitario.
Negó internamente.
Camino de regreso a la cama, después de su segundo cepillado de dientes y se acercó a Dimas para abrazarlo y se dedicó a pensar solo en Dimas y sus momentos perfectos juntos.
III
—Bienvenido, Evan. Hace mucho que no lo veo.
El padre de Dimas era demasiado amable a los ojos de todos. La cena estaba en su momento mas ameno, la madre de Dimas era un ángel y se había llevado a Félix y Dimas a la cocina para preparar un postre.
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Editado: 24.02.2025