5-Comienzos

La nueva familia del bebé estaba muy feliz, Kit era una buena niñera, y tal parecía que algunos viejos amigos estarían otra vez con ellos si todo salía bien. Claro que no todo podía ser bueno ¿verdad? —Millan estaría tan triste.

Valdo tomo la mano de Millan y sonrió, Nil, el guardaespaldas de Millan, estaba a unos pasos atrás de ellos.

—Papá, ¿por qué el bebé no puede jugar conmigo ahora?

Valdo resopló, su pequeño mocoso estaba contando las horas para poder jugar con el niño que su amante tenía en el regazo. El niño apenas si se separaba de Kit, en algunas cosas, como a la hora de la comida, solo de la mano de Kit, el baño con Kit y con el señor pato, desayuno con Kit, y que por fin el mini sol andante aceptaba a Peter, era como si a su amante por fin le dieran el santo grial, así los celos de su hijo Millan no ayudaban. Claro los celos eran por el otro mocoso, y no por Peter, y es que ansiaba jugar con el niño.

—Papá está ayudándole a comer, déjalo que termine.

Millan hizo un puchero, pero luego sonrió y corrió al lado de Peter para ver el niño reír y jugar con algo.

—¡Papá! Apúrate sí.

—Ya voy mocoso, que demandante. —bufo Valdo. —Vamos, Nil.

—Señor.

Valdo pensó que su familia era hermosa, su amado amante por fin se había mudado con él y en poco tiempo su hijo loco lo llamaba papá, sus hombres respetaban a Peter lo suficiente para seguir sus órdenes.

En fin, solo esperaba que el pequeño sol que estaba ahora en su patio se quedará con ellos, y si no, bueno ya buscaría la manera de hacer que su familia creciera.

Por otra parte, Dimas tenía una ansiedad en él, y caminaba sin parar hasta que tomó la decisión y llamo a Lester para ir por toda regla a ver al señor Evan.

—No esperaba verte Dimas.

—¿Dónde llevaste al bebé? —. Demando Dimas, mirando a los hombres que estaban cerca de él y del señor Evan.

—Está sano y salvo con gente que lo protegerá.

—¿De verdad? No estará en el mundo de la mafia.

—Ten cuidado con tus palabras, Dimas. Eres el preciado amante de mi hermano Caín, y el amigo de Félix, otro hermano y muy molesto. No pases tus límites.

—Lo sé, señor Evan. Pero… ¿Ese niño no merece estar en una casa donde pueda pasar algo? Ya tuvo muchas emociones por eso.

—Tú me diste a entender que no querías al niño. Además, ya tengo todo el papeleo, solo falta el nuevo nombre del niño y todo estará listo, y sé que mis conocidos lo darán sin temor a nada.

Dimas negó, no podía hacer eso, el niño no podía estar en un ambiente como lo hizo Caín o el mismo señor Evan, ese niño merecía estar en un ambiente amable y lleno de amor. Dimas pensó en sus padres y como lo criaron.

Él podía, claro que sí. Había aceptado a Colby con los brazos abiertos, había convivido con Enzo desde que ese era un niño pequeño. Apreció a la hija de May y al sobrino de Jimmy, sus secretarías le decían que sería un buen papá. Él podía con el bebé que Caín y el señor Evan habían llevado a casa.

Lo habían salvado.

Él no podía ser egoísta y poner sus miedos antes que el amor que le tenia su esposo. Sus padres no lo habían educado para ser un hombre cruel ni egoísta. Dimas amaba a su pareja y no era algo que fuera repentino.

La idea de niños venia desde hace mucho. Solo que lo posponía y Caín nunca se lo reprocho o le dijo algo al evadir ese tema. Caín nunca le pidió nada. Caín le dio todo. Lo sano, lo amo, le dio su corazón en charola de plata. Peleo por él contra el mismo dimas y su autoodio. Caín lo enamora aun en contra de todo y todos. Se gano a sus padres. Dimas podía decir que no podía encontrar a otra persona para educar a un niño que no fuera Caín.

Así que él volvería a vencer sus miedos, así que miro con ojos fijos a Evan.

—Iré por él. Yo cuidaré de él.

—¿Seguro?

—Sí.

Evan asintió—. Iré por el pequeño. Félix me acompañara, sé que lo extraña, además, es posible que Félix y su nuevo amante sean amigos de esta pareja.

—¡Espera! —. Dimas miro a Evan y se sentó en el sillón de la sala—. No quiero que Caín sepa algo, además también quiero ver cómo es esa familia. No sería justo que les quitaras o quitara la idea de formar una familia más grande. Sé que no lo parece, pero si me gustaría tener una familia numerosa con Caín, solo que esto me tomo muy repentinamente. Además, también quiero que mamá lo conozca, ¿puedes llevarnos?

—¿Tú y tu madre?

Dimas asintió, si iba a hacer esto, ocupaba el apoyo de su mamá.

—Sí. Mamá debería de conocer a su nieto.

Evan asintió y llamo a Félix.

Dimas llamo a Lester y le dijo que fueran a la casa de sus padres. Mientras llamaba a su madre por el teléfono.

—Hola cariño.

—Mamá, puedes salir conmigo a un lado, por favor.

—Claro que sí, Dimas. Pero ¿qué pasa?

Dimas tomo un poco de valor—. Recuerdas de lo que hablamos hace días.