¿a salvo? Nunca

Capítulo III

Axa

 

Después de que Andrea me dejara en casa recibí una llamada.

¿Si? – pregunté tras descolgar la llamada.

Hola pequeña, tienes una misión para este fin de semana. Mich

Valep, cuando pueda me paso por la agencia, tengo que hacer deberes.

Estupendo, a, por cierto, estamos buscando gente que reclutar de tu edad así que si sabes de alguien dínoslo para investigarlo y ver.

Pff, vaya aburrimiento... Chao. – dije rodando los ojos.

Adiós pequeña mariposa.

Michel es el mejor amigo de mi madre desde que eran pequeños, también es el encargado de repartir las misiones y es gay. Es como un tío para mí.

Estoy hasta cerca de las seis copiando apuntes y haciendo algún que otro trabajo. Me cambio de ropa para salir hacia la agencia y decido ponerme unos leggins, un top de deporte y mi chaqueta de cuero por encima, voy a aprovechar y estaré entrenando un rato allí.

Salgo de casa con las llaves de mi Yamaha YZF-R6 (Me la regalaron mis padres cuando cumplí los 16, me la mandaron por correo, ellos estaban de misión, trabajo, no lo recuerdo muy bien). Cojo el casco, me lo pongo y arranco la moto. Me encanta esta moto, toda negra, va a velocidades altísimas y puedo llegar a cualquier lugar en muy poco tiempo.

Cuando llego a la agencia aparco la moto en el garaje y subo a la sala de reuniones.

– Buenos días – dice un pelinegro con ojos oscuros.

– Buenos días – le respondo sonriendo.

Llego a la sala de reuniones y me siento con los pies sobre la mesa a esperar a Michel.

– Hola mariposa – me dice al entrar por la puerta.

– Hola mariposo – le saludo y se ríe. Me cuenta los planes de la misión y, después de estar una y otra vez repitiéndome como va cada cosa, lo que tengo que hacer y lo que no me deja ir "vuela mariposa libre vuela" ha sido lo que ha dicho me he estado carcajeando desde que he salido por la puerta.

Llego a la sala de entrenamiento, me quito la chaqueta y empiezo a estirar un poco.

Son las 10pm y sigo entrenando, hoy me siento como si hubiera sido un día productivo, y es que lo ha sido, después del instituto he estado unas tres horas haciendo deberes y luego otras tres entrenando. Salgo de la sala de entrenamiento y me despido de Michel, bajo hasta el garaje y voy hacia mi preciosa moto (¿qué? es que la amo), me monto y llego a casa rápidamente.

Están las luces encendidas, que raro. Me acerco a la puerta y saco mi arma (siempre la llevo conmigo, nunca sabes lo que puede pasar), compruebo que tiene balas y abr la puerta sigilosamente. 

– ¿Axa, ya has llegado? – mierda reconozco esa voz perfectamente. Guardo mi pistola rápidamente y nada más terminar veo la cabeza de una mujer salir por la puerta de la cocina- ohh, cariño que grande estás.

– Hola tía Sara, ¿qué tal estás? ¿qué haces aquí? No es por ser borde, pero he visto las luces encendidas y me he asustado – digo abrazándola.

– Oh, cierto, cielo, te acuerdas de mi hijo, Adam, bueno, la cosa es – se está poniendo nerviosa, se rasca la nuca. Esto no me da buena espina. Su hijo debe tener unos ocho años y es un diablillo – es que Mike y yo nos vamos de viaje, y las niñeras salen siempre corriendo.

– ¿Si? – digo empezando a asustarme.

– Pues halamos con tus padres y dijeron que estarías encantada de cuidarlo, pero parece que no te han contado nada. Quiero decir, tan solo será una semana, pero... – mira la hora de su reloj y maldice- tenemos que salir en una hora, Adam está en el salón viendo la tele, he dejado todas sus cosas en una de las habitaciones libres, gracias, por hacer esto, te estoy eternamente agradecida- me da un beso en la frente y grita- ¡adiós, Adam, cariño nos vemos la semana que viene, no le des tormento a tu prima! – y se va sin decir más.

Me deja con la palabra en la boca, mi tía, su marido y su hijo viven más o menos cerca, así que el colegio no será un problema, una cosa tachada de la lista, pero ahora tengo que preocuparme por otra cosa. Cojo mi móvil y marco su número.

Qué pasa Maggie, ya me echas de menos? río.

No, es que tengo un problema.

Haber, cuéntale a tu tío Michel

Vale, ¿te acuerdas de mi tía Sara?

Si

Y te acuerdas de que tenía un hijo?

– Adam, creo que se llamaba, a qué viene esto? pregunta con curiosidad

¡Pues resulta que mis padres hablaron con mis tíos y decidieron que podría cuidar de Adam, sin ni si quiera avisarme! Y, pues llamaba para saber qué hacer con la misión. golpe el talón de mi pie con el suelo de forma repetitiva.

Déjame mirar que podemos hacer, cuando encuentre una solución al lío que han montado tus padres te llamo, Adiós mariposa.

Adiós mariposo. – me despido

– Bueno entonces, ¿qué cenamos? – pregunta un niño de ojos azules desde la entrada a la cocina.

– ¿Qué te parece si pedimos una pizza? – le digo yendo al salón a sentarme en el sofá.

– ¡¡Pizza!! – grita el pequeño saltando de un lado a otro.

Veinte minutos después de haber calmado a Adam y haber pedido la pizza llaman a timbre. Abro la puerta y me encuentro con un chico alto rubio de ojos verdes. Cuando alza la cabeza se queda quieto.

– ¿Cuánto es? – pregunto al ver que no responde

– Ah... ehh, 12 dólares – dice sin apartar la mirada de mis pechos.

– Aquí tienes, y mis ojos están aquí arriba – digo molesta señalándolos.

– Eres preciosa, ¿sabías? – dice mirándome de arriba a abajo un par de veces.

– Y, ¿tú sabías que sé más de veinte tipos diferentes de artes marciales, y te podría partir los huevos en menos de veinte segundos? – pregunto mirándole desafiante.



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En el texto hay: amorodio, espias, vidasecreta

Editado: 29.07.2021

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