¿a salvo? Nunca

Capítulo VI

Egan

Por fin es viernes, han pasado unos dos días desde que me dijeron que Axa sería mi profesora particular, pero es que, joder, sigo sin entenderlo, con la cantidad de personas que hay, ¿por qué ella? Aunque tampoco parecía que se alegrara por ser mi profesora.

Salgo de la cama y me voy a la ducha, me quedo bajo el agua hasta que esta empieza a salir fría, salgo y me pongo unos pantalones de chándal grises y una camiseta de manga corta blanca.

Después de desayunar, recoger las cosas y llevar a Owen al colegio me dirijo al instituto. Cuando entro me voy a saludar a los chicos.

– Hey, Egan, vamos a salir hoy y no aceptaremos un no por respuesta, así que apáñatelas con tus hermanitos – dice Néstor muy serio. Río y acepto asintiendo con la cabeza. 

Nos dirigimos cada uno a nuestras clases, me toca física. Voy al aula y me siento. Paso la hora en mi mundo, y recuerdo algo, últimamente en mis sueños me persiguen unos ojos verdes, en la cara de una mujer, de un hombre, de un niño, de una niña..., pero siempre los mismos ojos verdes. Cuando es la hora de la comida salgo escopetado de clase, ya sé que hacer con mi hermano pequeño. Me acerco a su mesa y la miro a los ojos, ¡hostia, son esos, los ojos verdes que me persiguen en mis sueños!

– Hola, preciosa – la saludo.

– No me llamo, preciosa, me llamo Axa – dice sonrojándose del enfado. 

Es muy mona cuando se sonroja.

Pero que mierdas dices.

– Te quería pedir un favor – digo haciendo caso omiso a su comentario.

– ¿Y, por qué iba a ayudarte? – pregunta cruzándose de brazos.

– La cosa es que como el amigo de mi hermano… – alargo la última palabra sin saber su nombre.

– Adam, mi primo, ¿qué pasa con él? – pregunta con frunciendo el cejo.

– Que como mi hermano y tu primo son amigos, quizá podrías llevártelos para que esté hoy juntos, y yo recojo a Owen mañana, después de la comida.

– ¿Qué gano yo? – pregunta aún con el cejo fruncido y los brazos cruzados.

– Bueno, podría hacerte yo el mismo favor más adelante.

– Adam se va de mi casa la semana que viene, no me serviría – dice ella. Es dura de pelar.

– Pues entonces, te deberé una.

Se lo piensa un poco y acaba diciendo:

– Está bien, pero mañana sin falta lo recoges y me debes una – dice ella finalmente.

– Gracias, gracias – me acerco y le planto un beso en la mejilla. Con el que consigue llevarse miradas de odio de la mayor parte de las chicas de la cafetería.

– Ahora largo, no quiero seguir recibiendo miradas de odio de tus fans – dice dándome la espalda.

 

Axa

Es viernes y el día iba estupendamente hasta que veo como se acerca Egan a nuestra mesa.

– Viene hacia aquí – dice Andrea.

– Hola, preciosa – me saluda. Lo que hace que me enfurezca.

– No me llamo, preciosa, me llamo Axa – digo. 

– Te quería pedir un favor – dice sin prestar atención a lo que he dicho.

– ¿Y, por qué iba a ayudarte? – pregunto cruzándome de brazos.

– La cosa es que como el amigo de mi hermano… – alarga la última palabra sin saber su nombre.

– Adam, mi primo, ¿qué pasa con él? – pregunto con frunciendo el cejo. No me gusta por donde va.

– Que como mi hermano y tu primo son amigos, quizá podrías llevártelos para que esté hoy juntos, y yo recojo a Owen mañana, después de la comida.

– ¿Qué gano yo? – pregunto aún con el cejo fruncido y los brazos cruzados. Ni de coña. Ya tengo que soportar a un diablillo de ocho años como para soportar a dos.

– Bueno, podría hacerte yo el mismo favor más adelante.

– Adam se va de mi casa la semana que viene, no me serviría – digo.

– Pues entonces, te deberé una.

Me lo pienso y acabo diciendo:

– Está bien, pero mañana sin falta lo recoges y me debes una.

– Gracias, gracias – se acerca y me planta un beso en la mejilla. Con el que consigo llevarme miradas de odio de la mayor parte de las chicas de la cafetería.

– Ahora largo, no quiero seguir recibiendo miradas de odio de tus fans – digo dándome la espalda para que no vea que me he sonrojado.

Cuando terminan las clases Andi y yo salimos disparadas al coche para ir a buscar a los niños y empezar nuestra noche de chicas. Cuando llegamos Andrea aparca y espera en el coche. Bajo y voy a por Adam.

– Adam, dile a tu amigo Owen que venga – le digo cuando el pequeño se acerca. Sale corriendo y vuelve con Owen detrás suya. – Hola Owen, soy Axa y tu hermano me ha dicho que hoy te vendrías conmigo y con Adam a dormir en nuestra casa y mañana Egan te recogería.

–Vale, chica de la cafetería .– dice entrando en el coche. Llegamos a casa y los chicos se van a la habitación de Owen mientras Andrea y yo preparamos comida y lo que vamos a ver.

Después de ver montones de películas y series estuvimos hablando. Miro el reloj y veo que son las nueve.

– ¡Chicos! – grito para que me oigan – ¡voy a pedir pizza, bajad en diez minutos para comer!

Cuando llega la pizza resulta que es el mismo chico que el otro día y al verme se echa atrás instintivamente. Recojo la pizza, le pago y cierro, cuando vuelvo al salón Adam les está contando lo que pasó el otro día con el repartidor.

–... y cerró la puerta en su cara, fue alucinante – termina de contar. Andrea y gira para mirarme.

– No sabía que te supieras defender así- dice ella.

– Si..., bueno, es que de pequeña di clases de karate y tal, pero nada del otro mundo. Cuando nadie miro a Adam como diciendo "Como sigas contando cosas así nos van a pillar". Creo que me entiende, porque asiente y baja la cabeza. 

Después de cenar acabamos viendo todos juntos una película hasta que nos quedamos dormidos.

Me despierto cuando oigo mi móvil sonar, seguimos todos en el salón. Por suerte nadie se ha despertado. Descuelgo y me alejo para no despertar a nadie.



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En el texto hay: amorodio, espias, vidasecreta

Editado: 29.07.2021

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