¿a salvo? Nunca

Capítulo XIII

Egan

Llevamos dos semanas con los entrenamientos, han sido las dos semanas más intensas y agotadoras de mi vida. También ha sido entretenida, y jamás pensé que diría esto, pero estar con el hámster puede llegar a ser divertido. Cierto es que la he gastado un par de bromas en el instituto por arrebatarme mi vida social fuera de este.

Flashback

Bien lo tengo todo preparado, Mark sácala de clase dos minutos antes de que suene la campa.

Nuestro plan era brillante, aunque me tuve que inventar que me obligaba a estudiar por seis horas y lo pasaba fatal, cosa que no es totalmente cierto, paso seis horas, si, estudiando, si, pero mal no, la verdad es que es incluso divertido, pero no quita que me fastidie que ya no pueda hacer todas las cosas que me gustaba hacer.

Lo cierto es que era lo que creía que me gustaba, ya no estoy tan convencido de ello, estar con el hámster me ha enseñado que te lo puedes pasar bien sin necesidad de fiestas, alcohol, chicas...

Veo a Axa salir con prisa de clase y esa es mi señal, por suerte no lleva su mochila, no me hubiese gustado mancharle sus libros, no soy tan malo. Tiro de la cuerda cuando Axa llega al punto X (así lo hemos llamado) y un cubo te pintura azul le cae manchándola entera al mismo tiempo que la gente empieza a salir de sus respectivas clases.

La gente hace un corro a su alrededor y se ríen mientras le hacen fotos. Me acerco y la gente va creando un pasillo para dejarme paso. Cuando estoy frente a ella veo como sus verdosos ojos echan chispas de furia y vergüenza. La miro con una sonrisa triunfante. 

¡Tu! coge pintura con sus pequeñas manos y me lo restriega por toda la cara y el pelo. La miro con los ojos como platos. ¿Cómo se atreve? Creí que saldría corriendo, llorando, como hacen todas siempre, bueno todas menos ella al parecer capullo.

Me empuja al pasar y con su superfuerza extraña me hace tambalearme.

Fin del flashback

Fue divertido en su momento, aunque luego me arrepentí, me hizo cansarme entrenando hasta el punto de no poder ni abrir los ojos, esa noche me dejó ahí tirado para que durmiese, no es coña, al día siguiente me dolía todo y tenía los músculos agarrotados.

Hoy se supone que después de nuestro entrenamiento nos dirán los detalles de la misión. Algo bueno de entrenar tanto es que ya no tengo agujetas a la mañana siguiente, si tengo que correr largas distancias no me falta la respiración y puedo correr a una buena velocidad, también he mejorado mi puntería notablemente, el ochenta por ciento de mis tiros son certeros, ya sea con cuchillos, pistolas, arco... 

Llego a la casa de los Callagan y voy directamente a la parte trasera abro la puerta del sótano y bajo las escaleras con cuidado de no tropezar y caer, no sería la primera vez.

– Hola Egan – joder esta chica sigue asustándome cada vez que hace eso – ¿traes tus cascos?

– Hola hámster, si, traigo mis cascos.

Incluso estando, dándome la espalda sé que rueda los ojos. 

– Bien hoy toca... – mira una hoja de papel arrugada, supongo que el horario ese que me mandó y nunca leí- dos horas de diana y dos de defensa personal.

– ¿Me voy a poder ir antes hoy? – pregunto dejando mis cosas en el banco de las taquillas y quitándome la chaqueta. Intento ocultar mi tono esperanzado, siempre salgo de aquí como mínimo a las diez.

– No, las otras dos horas son para que nos cuenten sobre la misión y empecemos a idear los planes y a prepararlo todo.

Resoplo. Esto de trabajar para una agencia secreta cansa mucho. Me pongo mis cascos y le doy play al archivo sobre anatomía, Axa descubrió que la única manera de que aprendiera las materias era si escuchaba los temas mientras hacía ejercicio, y lo cierto es que se me queda todo y últimamente los exámenes los estoy sacando todos con buena nota, escucho su voz (ella misma se grabó leyendo todo, absolutamente todo y me lo entregó en un pendrive al día siguiente de su descubrimiento, llevaba gafas de sol para que no viera sus ojeras, se tiró toda la noche grabando) mientras voy a por varios cuchillos, son mi arma favorita. Axa llega a mi lado y decide coger unos cuchillos extraños que la he visto utilizar varias veces ¿navajas mariposa?, eso creo que fue lo que dijo cuando le pregunté por ellos.

 

– Bien, ahora practicaremos una maniobra muy utilizada si tienes que coger a un herido – se tumba en el suelo – debes cogerme, poner mi tronco detrás de tu cuello, pasar un brazo entre mis piernas y agarrar la delantera, después pasar tu brazo libre entre mis brazos- hago todo lo que me dice. – Bien, así, ahora quiero que vallas hasta el final de la sala y vuelvas.

Hago lo que me dice y la ida la hago bien, he de decir que su poco peso ayuda mucho. A la vuelta se complican las cosas, tropiezo y ruedo intentando que Axa no caiga a plomo, no sé ni como, ella acaba debajo mío con nuestros rostros a pocos centímetros. Su respiración se vuelve errática al igual que la mía y creo que mi corazón se va a salir de mi pecho en cualquier momento. La miro esos ojos verdes tan calculadores y sin quererlo bajo la mirada a sus labios poco después de que ella haga lo mismo con los míos. ¿Por qué siento esto?

Estas ganas tan intensas de besarla.



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En el texto hay: amorodio, espias, vidasecreta

Editado: 29.07.2021

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