¿a salvo? Nunca

Capítulo XIV

Egan

Sin saber cómo los centímetros van desapareciendo, estamos con nuestras narices rozando, tengo la mirada perdida en sus ojos verdes y por un segundo no hay nada más a parte de nosotros dos, como si el mundo entero se paralizara. Me permito contemplar sus facciones, sus preciosos ojos verdes, que en un principio pueden parecer demasiado grandes para su cara, su pequeña y respingona nariz, salpicada de pequeñas pecas, sus regordetas mejillas, sus labios, rosados y carnosos que me llaman sin decir una palabra.

Finalmente, los milímetros desaparecen y rozo nuestros labios, una simple caricia que hace que una corriente eléctrica recorra mi espina dorsal. 

Estamos a punto de intensificar el beso cuando oímos la puerta del sótano abrirse, Axa me empuja intentando poner distancia entre nosotros, y sin medir su fuerza me lanza unos metros lejos de ella y caigo a plomo.

Suelto un gemido de dolor cuando mis brazos intentan frenar el golpe sin mucho éxito. Axa se levanta con una rapidez sobrehumana y llega a mi lado para ayudarme a levantarme, el suelo de hormigón tampoco ha ayudado a frenar la caída. Levanto la mirada a sus ojos y veo preocupación reflejada en ellos, me analiza varias veces de arriba a abajo intentando ver que no me haya pasado nada grave y cuando finalmente posa sus verdosos ojos sobre los míos le doy una sonrisa cálida intentado decirle que estoy bien.

– Siento si interrumpo algo, puedo volver en otro momento – dice un hombre duramente recostado al lado de la puerta. Debe tener unos cuarenta y tantos, cincuenta años, aunque se ve muy joven, su pelo castaño igual al de Axa, lo lleva corto con algunas canas, sus ojos, igual de intensos que los de la chica que está a mi lado rígida como una piedra, aunque mucho más fríos, duros y calculadores, Axa es la viva imagen del que creo que es su padre, tiene una espalda ancha y brazos fuertes, se ve que hace mucho ejercicio con bastante frecuencia, es bastante alto, 1.80/1.85 diría yo.

– Padre – dice Axa igual de fría o más si es que es posible – no interrumpes nada – auch – ¿qué sucede?

– Venía a informaros sobre la misión – mira a su hija por primera vez desde que ha entrado y su mirada se ablanda ligeramente. Al volver su mirada hacia mí, todavía con un brazo alrededor de cuello de Axa, tensa su mandíbula y aprieta sus puños. Creo que a alguien no le gusta que haya chicos cerca de su pequeño hámster.

Después de una hora y media de explicar a donde tenemos que ir, durante cuánto tiempo, que debemos hacer, estrategias y mucho más, lo único que he hecho yo ha sido escuchar (no tengo la experiencia para pensar estrategias, planes A, B, C, D…).

– ¿Qué te parece si hacemos un resumen? – me pregunta Axa, le agradezco mentalmente, sé que ella lo ha pillado todo a la primera, pero dado que va a ser mi primera misión la mayor parte de las cosas que han dicho no las recuerdo y por lo menos tiene la decencia de no restregármelo por la cara.

– Me parece bien – digo asintiendo.

– Debemos ir a un instituto de Oregón durante un par de meses de encubierto con identidades falsas, hacernos pasar por estudiantes, destapar la organización de los Kanterbung, la cual ha matado a varios de nuestros agentes al haberlos descubierto, siempre va un paso por delante y se ha escurrido entre las manos de agentes en varias ocasiones. Estaremos viviendo en un apartamento que hemos rentado, se encuentra cerca del instituto al que tenemos que ir y del que creemos que es el centro de operaciones de la organización. – me mira durante unos segundos con los ojos brillantes por la emoción y vuelve la mirada a su padre. – pan comido.

Me giro para mirarla bruscamente como si le hubiesen salido antenas por la cabeza ¿pan comido? Creo que se ha vuelto loca.

– Y, ¿qué vamos a hacer con el instituto? ¿Con mis hermanos? ¿Con mi padre? – pregunto mirando al señor Callagan.

– Con la escuela no se preocupen, diremos que les dieron una beca para estudiar. Con tus hermanos tú decides si quieres que hagan una prueba de acceso a nuestra agencia, y a tu padre le dirás lo mismo que al instituto. Todo arreglado me retiro, descansen será un viaje largo. Eso era lo que olvidaba, vuestro viaje se ha adelantado, salen mañana a medio día.

Axa rueda los ojos.

– Típico de mi padre, cambiar los planes como le plazcan sin decir nada al respecto. – murmura más para sí misma. – Bien, la cuestión ahora es, ¿quieres a tus hermanos dentro o fuera de la organización?

– Fuera, al menos por ahora, pero yo soy el que está a cargo así que tendré que hablar con mi tía Margaret, no creo que a mi padre le haga mucha gracia, pero me da igual. – me encojo de hombros.

Asiente con la cabeza.

– Ok, vete a preparar la maleta, lleva ropa de abrigo, gorros, guantes, chubasqueros, pantalones largos, camisetas de manga larga… Por ahora no va a llover ni a hacer mucho frío, pero en el tiempo que estemos las temperaturas irán bajando. Del armamento y equipo de espionaje no te preocupes, me encargo yo. – comienza a recoger sus cosas y la sigo. – Encárgate de que tus hermanos se queden con alguien, si no es tu tía que sea alguna niñera. Mañana a las 08:00 en la entrada de mi casa, viajaremos en jet privado.

– ¿Qué tan acostumbrada estás a esto? – no puedo evitar preguntar. – A tener que viajar para detener organizaciones, a perder tu vida por estar ocupada trabajando, a no descansar.



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En el texto hay: amorodio, espias, vidasecreta

Editado: 29.07.2021

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