A segunda vista

Capítulo 3; Una no verdad

Jolie'

Cuando Miranda se retiró la prensa cayó sobre mí, las reporteras Isabella Brito y Abigail Collins querían la primicia.

Quedé acorralada en el sofá contra dos mujeres buscando una explicación que ni siquiera yo entiendo.

— ¿Qué hermano? ¿De qué habla? — Insiste Abi.

— Me sorprende que Daen no les haya contado, como sea… Hace unos días choque con un hombre.

— Algo real, ni siquiera tienes auto Jo — Reímos ante la exhibición de Abi —. Bien, continúa, detalles ¡Importantes detalles!

— Alto sí, no de complexión perfecta pues dudo que se ejercite, aunque luce adorable, tiene un rostro endurecido, marcado, un aroma exquisita  — Me aparto —. En un primer instante parecía divertido, cosa que ya no pienso.

— ¿Te gusta? — Gritaron al unísono.

— ¡No! — Bien, podría retractarme en el futuro — Yo busco empleo, él busca una asistente con las habilidades de Superman y Thor juntas.

Incompatibles.

Con eso les bajé la curiosidad, aún así descarte contarles mi terrible entrevista de segundos hace un par de días.

Pasadas las horas restantes para el amanecer Miranda pasó por mí.

Me dió un poco de miedo tanta privacidad para poder ingresar a la casa de Isaí. No está demás, pero envié mi ubicación en tiempo real a mi grupito de amigas.

— Miri — Una adorable mujer algo mayor la recibió con un abrazo y me miró con asombro —, pasa bebé, mira has traído una amiga.

— Su nombre es Jolie Hasson, ¿está mi hermano Isaí?

— Desayunando, adelante por favor señorita Hasson.

Entramos a la enorme casa, el orden prevalece por cada centímetro, aunque no me agrada el aroma, tiene ese ligero olor a desinfectante de los hospitales. Y a decir verdad, los odio.

— Bien Jo, sábados y domingos asistirlo en casa, de lunes a viernes en su oficina, no es tan complejo, tiene un encargado de transcribir los documentos a braille, por esa parte no te preocupes. Solo sé puntual, Darán un recorrido por las áreas y los supervisores de cada una sabran como dirigirse a Isaí, tu solo encargate de que tenga de frente a cada uno antes de las 5 de la tarde, atenderás agendas llamadas, reuniones y posiblemente haras reportes, muy sencillos tranquila.

— ¿Jolie? — pregunta él, alarmado. Sabía que era un desastre pero no que tan fácil de percibir.

— Sí, aquí estoy como solicitó.

— Yo no…

— Qué tarde es — interrumpe Miranda — obligándome a avanzar —, vamos tengo cosas que mostrarte.

Me tomó del brazo haciéndome subir por las escaleras hasta un despacho. En el frente se pueden ver tres cuadros enormes, en el primero un hombre quizá de 80 años, el siguiente sin duda es el señor que lo acompañaba ayer y el tercero es Isaí, una versión jovial de él, sonriente, con las mejillas y ojos iluminados, incluso su cabello más claro.

— ¿Lindos no?

— Que guap… si, muy presentables — exprese con seriedad.

Pero vaya que es guapo, su fresca imagen, su felicidad, todo en él.

— Ahora debes saber que el correo de ayer te lo envié yo, también leí tu respuesta, Isaí no tiene idea, de hecho después de no obtener respuesta por nadie más…

— ¿Y entonces él que piensa que hago aquí? Yo no habría perdido la dignidad después de lo ocurrido ayer si no fuese porque creí que él lo había hecho primero.

— Jo…

— ¡Nada, me engañaste!

— Estamos desesperados por encontrar ayuda para mí hermano, aunque se siente independiente y capaz de cuidar de sí mismo las horas sin Sharon ayer se cayó.

— ¡Pues yo no le metí el pie, y quiero retirarme ya!

— ¡Jolie por favor! Por favor, por favor. Te pagaremos el doble, por favor. No sabes lo que se siente que tú vida dependa de alguien más, quedarte sin esperanzas ante tantos desaciertos y no querer recibir la ayuda de tu familia.

Súplica con tanto sentimiento que ni siquiera mi ardido ego podría negarse. Me reflejé al tener que rogarle a mi padre dejarme venir a la ciudad, no quería casarme con el imbécil que me cortejaba, llegué a suplicar.  Hasta que me escapé claramente.

— Mira no accedería, pero entiendo tu desespero.

— Gracias Jolie, de verdad. Ahora buscaré a Romi para que te acondicione una habitación.

— Acabas de decirme que él no tiene idea de que hago aquí ¿Qué demonios le diré para invadir su casa?

— Lo estuve pensando toda la noche y no sabía si accederías, pero… ¿Puedes decirle que somos buenas amigas? Que has tenido dificultades con tus padres y estás buscando independizarte.

— ¡Claro entonces me vine a meter a la casa del primer grosero que se me cruzó por enfrente!

— Yo te sugerí el empleo y casa, él…

— Solo accedere los fines de semana, no más Miranda y de una vez te aclaro que serás tú quien cuente esa inusual historia.

Asintió muy acalorada, a alguien no se le da mentir supongo. Volvimos al comedor, ahí estaba la simpatía en persona terminando su desayuno.

Miranda respiró hondo y me pidió sentarme junto a ella.

— Bien, Joli trabajará para ti a partir de ahora. Se que ayer no tuvimos la mejor presentación hermanito —  Resopla—, mi amiga ha tenido algunas dificultades con sus padres y busca independizarse ¿Podrías ayudarnos? — Él alzo una ceja en desconcierto —  Is, ayer solo tuvimos un día difícil.

Lo sopesa un instante sepulcral, su perfecto rostro no se movió un milímetro, ni siquiera en sus respiraciones.

— Una disculpa Jolie — Dice al fin —, ¿que puedo hacer por ambas?

— Bien tu necesitas asistente 24/7  y Jolie empleo y hospedaje, capta la indirecta.

— ¿Quieres que la recomiende con algún socio y le sugiera un hotel? — Ríe por lo bajo — Me deberás una enorme Miranda.

— Te quiero — Ella lo abraza fuerte —, gracias Is. Bien Jo, vamos hay mucho que hacer.

Asentí, más que preocuparme por no ver retorno a esta loca  decisión, mi mente la ocupa pensar las mil y una formas en qué Daen se enfadara conmigo. Nadie me creerá que Mirada Livingstone me insistió.




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