Jolie'
Al encontrarme tan alterada con esa discusión con Miranda Livingstone solo pensaba en una persona, una sonrisa y sobre todo en esa esencia, el tan solo recordarlo me dió una exquisita paz mental, un brote de estabilidad y emoción indescriptible.
No debería ser normal perdernos tanto y en tan poco tiempo por alguien, le damos tanto poder sobre nosotros que al final el desapego es devastador.
Pero lamentablemente coincido con él, yo sí caí en cuatro segundos y ni siquiera necesité que me mirara, mi traidor corazón lo hizo por ambos.
Al adentrarme a su habitación lo encontré dormido aún, me arrojé a su cama para caerle encima con delicadeza y despertarlo.
—¡Arriba que es tarde!— Ataque con ruidosos besos su mejilla por lo que formó gestos de pesadez negándose a salir de las sábanas, aún así rió un poco— No te pierdas esta linda mañana, cariño.
— Jo, eres muy latosa, nena.
Fuera de enfadarme me causó gracia, me recosté a su lado siendo cautiva por sus brazos y un dote de besos.
— Hueles muy rico por las mañanas — Le digo inspeccionando más de cerca.
— Eso quiero escuchar a diario señorita Hasson — besó cerca de mi coronilla acariciando mi cabello —. Y bien, ¿hoy si me acepta la salida?
— Claro Liv, aunque creí que querías ir a mi departamento — Denoto un tono viciado cerca de su rostro.
Lo veo enrojecer y formar esa sonrisa traviesa adictiva para mí.
— Interesante propuesta, pero ¿ni siquiera me invita una copa antes? No soy tan fácil.
Reí recostando mi cabeza en su pecho, muy cerca de esos latidos descontrolados, él aprovecha para acariciar con dulzura mi cintura. Aún me es extraño que haga eso, es muy tierno, pero confuso.
» Me alegra que esta locura sea contigo Jo, llenas mis días de emoción o al menos me das un motivo para no abandonarme.
— Tú eres motivo suficiente para no abandonarte Is, para levantarte y disfrutar tu vida. Te aseguro que día lo puedes tomar desde dos perspectivas, "lo que es o lo que pudo ser", la primera es cómo transcurrirán las cosas y la segunda, como permitirás que transcurran. Tú sabrás si te apagas o brillas como nunca.
— Por ello te elegí a ti, y lo haré todos los días hasta que me lo permitas o hasta que solo sean cosas buenas las que te aporte — Asegura —. Me das días de mucho humor con coloridas risas, aunque también desesperación Hass, eres una mezcla de dulzura y maldad muy inquieta.
— Gracias, gracias. — Finjo estar halagada hasta que siento su mano en mi mejilla.
—No había notado la falta que me hacías hasta que apareciste, como todo, tenemos que tocar fondo o destrozarnos para poder disfrutar los instantes de felicidad, de no haber perdido la vista no extrañaría el sol, el cielo, el rostro de mis familiares, serían grandes detalles desapercibidos porque creemos que siempre estarán ahí. Me habría gustado ver a mamá un poco más, grabarme el rostro de papá al ver mis logros, ver crecer a Miranda, verte a ti, bonita — Resopló con una sonrisa —, conocer el rostro de nuestro hijo.
— Eso no hará que lo quieras menos, ¿no? — cuestioné y él negó melancólico— El cariño no se ve, se siente y se demuestra — atrape su mano entre las mías—. Además el sol, el cielo y tu familia siguen ahí, eres tú el que debes volver.
Lo obligue a ponerse de pie entre mimos, una ducha y comenzará nuestro día.
Con toda esa disciplina que acrecienta día con día se movió por su habitación para adentrarse al baño más tranquilo y positivo, aunque esa platica descombro cosas en mí, de todo lo que dije yo no he aplicado nada, ni siquiera he cruzado palabra con mis padres desde hace dos años.
No podría contarle el problema con los Weller, mucho menos que probablemente tendré un hijo con mi jefe, no fue por esto que me fui de casa.
¡Basta Jolie!
Busqué distraerme mirando el orden de su habitación, obviamente no moví nada, tengo claro que no debo hacer cambios bruscos en su entorno o solo le complicaría las cosas.
Tan solo me quedé sentada observando algunos retratos en el buro, uno llama mi atención, son dos familias. Reconozco a su padre, Miranda, a él, junto a ellos una linda mujer que claramente no es Merlia, tiene una mirada clara y muy pacífica.
La tomo, no creo desestabilizar mucho si se mueve unos centímetros.
Debe ser la madre de Isaí, es muy hermosa, aunque en todo este mes jamás he escuchado siquiera su nombre.
Tocaron la puerta con apuro y me sobresalte.
— Is, hermanito — hablan desde afuera, mi estómago se revuelve solo de escuchar su voz malcriada tan cerca — ¿Todo bien Isaí?
Ni siquiera me molesto en responder así que entra por sí misma.
— ¿Qué haces aquí? — Cuestiona arrebatando de mis manos el portaretrato con enojo, pero más que nada a la defensiva.
De cerca noto lo parecida que es a la mujer. Solo que Miranda tiene los ojos miel de su padre, mientras que su hermano tiene la mirada tan clara como la que supongo es su madre.
— Espero a tu hermano, creo que es bastante obvio.