A segunda vista

Capítulo 19: ¿Eres tú?

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Isaí'

Siento a Jolie avanzar nerviosa de mi brazo, aunque es entendible que me cueste percibir las emociones de quienes me rodean con ella es fácil, se queda quiera y callada o se mueve mucho, no tiene punto intermedio.

— ¿Todo bien? — Pregunté.

— Eso creo, temo no caerle bien a tus padres, sé que ya me conocen pero igual solo como tu asistente.

— Quizá ya deberían saber que somos más que eso, que me gustas mucho.

— Te quiero — me da un pequeño abrazo —, pero lo mejor es que ante ellos continuemos igual.

Sigo el ritmo de sus pasos, supongo que ya estamos por llegar al comedor.

Escucho el sonido de pequeñas risas forzadas pausar al notarnos, cuando palpo las sillas corro una para ella e investigo si hay otra libre junto para mí. 

— Buenas tardes, gracias por obligarme a venir — Vacilo.

— ¿Ya vas a comenzar hijo? — Me reprende mi padre.

Me rio ladeando.

Comíamos casi en calma, hasta que Miranda comentó si era Jolie la chica que hacía hamburguesas a seis cuadras de la universidad de la cual es becada, que realmente nos conocimos cuando ella era mesera en una cafetería.

 La inconformidad de Merlia y de mi padre es notoria, no podré verlos pero la tensión es enorme.

—Que interesante, así que compartimos la mesa con la chica de las hamburguesas — distingo la voz y el disgusto de Merlia —. Además una mesera usó uno de mis diseños frente a los reflectores de Andrea Roberts.

— Premio triple Isaí, linda, inteligente y le gusta cocinar — Comenta Alessandro con humor.

— Iremos a mi habitación — informo levantándome molesto —. Jolie ni siquiera pidió usar uno de los vestidos de la agencia, yo lo solicité, además no pedí que fuera de tu colección, realmente me tenía sin cuidado.

— Merlia no lo dijo con esa intención hijo, por favor siéntate.

— Provecho, estaremos arriba — repito entre dientes.

— ¿De verdad no puedes esperar al menos a llegar a tu casa? — Pregunta mi hermano con tono viciado en un intento por despejar el ambiente.

Solo controlo mis facciones y busco retomar el camino al segundo piso, no tardé en sentir el brazo de Jo enganchadose al mío.

En silencio nos dirigimos a mi habitación, ahí me siento en la orilla de la cama.

— ¿No ibas a decirme nada? — Pregunto — ¿De la beca, tus empleos?

— ¿Eso qué importa? Tú vas por la vida presentándote de ese modo, ¿diciendo en qué has trabajado y cómo llegaste a tu puesto? — Se sienta junto a mi según me indica el movimiento del colchón — ¿Saberlo cambia algo?

— No Jo, perdón — la acercó de la cintura a estar junto a mí —. Obviamente no cambia nada, pequeña. Disculpame a veces me dejo llevar y… Lo siento.

— No quiero volver a usar nada de la agencia, si quieres que te acompañe al viaje de generación tendrás que llevar a esta Jolie con vestidos de cincuenta dólares.

— Amo a esta Jolie.

Me dejo caer en la cama y ella imita mi acto, sé que está mirándome fijamente, lo siento.

— Me encanta el color de tus ojos, ese azul acero casi gris me tiene loca — reímos — me imagino algo gordito y cachetón con esa sonrisa, pero después de saber cuánto se desvela Alessandro con Fri pospone mis ganas.

Soltamos una leve carcajada, mientras ella sigue hablando sin parar, la verdad me agrada, con una vida tan monótona como la mía no tengo nada novedoso que contar y que Jolie jamás se calle me ahorra denotar mi patético itinerario.

»Mañana no iré a la escuela, ¿te vas de pinta conmigo? 

— ¡Qué pinta Hasson, ve a clases! 

— Nunca he faltado, un día de tres no afectará, no quiero dar explicaciones de lo que pasó con la señorita Burvich al menos hasta el lunes.

— Tendrá que ser otro día, tenemos encima la planificación de esa pasarela, las actividades rutinarias y el viaje, mi amor.

— Suena divertido y agotador a la vez.

— Qué chica tan extraña, creí que de algún modo te emocionaría.

— No cuando estaré frente y detrás de cámaras.

[...]

El viernes por la tarde pasé por ella a la universidad junto con David obviamente, para asegurarme de que realmente entró a la universidad. 

 En esta ocasión la señorita Collins vino con nosotros bastante impactada de que vaya a dirigir un evento televisado.

— Por favor actúa normal — Le pide Jolie una vez que llegamos al sexto piso en el estudio.

— Apenas y notará que no pertenezco al medio. — Le asegura Abigail.

— Que bueno que ya están aquí chic..

— ¡Aaaaaaaaaaaaah es Alessandro Livingstone! — Grita con desquicie Abigail provocando nuestras risas, escucho su cuerpo impactar el de mi hermano y río más fuerte.

— Las veré en el estudio. — Zanja esté a modo de escape al alejarse.

— ¿Apenas y se notó que soy su fan verdad? ¿Verdad? 

— Si apenas y se notó — Le devuelve Jolie.

— ¿Cómo puedes actuar con tranquilidad teniéndolo cerca Hasson? 

Menos mal las horas se pasaron rápido hasta estar en el aeropuerto, registramos nuestro equipaje de mano pues solo será un fin de semana y aguardamos en la última sala.

Escucho el sonido de un avión previo a despegar, la conversación de otros pasajeros,  como Aless camina de un punto a otro con tal de mantener en calma a mi sobrina y como Jolie se levanta a atender su celular.

« ¿De dónde has sacado mi teléfono?» «¡Yo no tengo nada que hablar contigo Dayton!» «¿Mamá?» «Seguro es una trampa» 

Cuelga de manera arrebatada.

Me puse de pie, aunque seguir su voz no es mi idea más inteligente, estoy en un sitio ajeno a mi zona conocida y segura.

Espero que regrese al ser anunciado nuestro vuelo.

Así es como llegamos a la hacienda Zevallos, hasta donde recuerdo un paraíso, vine alguna vez a su hotel boutique, hay una gran y antigua hacienda y cruzando la enorme laguna por medio de un puente colgante hay una cabaña impresionante.




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