A segunda vista

Capítulo 25

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Jolie'

Isaí no quita esa cara de enojo, ni siquiera puede disimular que algo le disgusta. Mantiene sus facciones endurecidas y los brazos cruzados.

— La verdad estoy muy incómodo aquí, ¿Puedes llamarle a David para que regrese por mí?

— No te vayas hoy, por favor, quédate conmigo, no quiero estar sola.

— Como si de verdad quisieras estar conmigo Hasson—susurra fatigado— me voy a quedar, pero déjame en paz y duérmete.

Se gira a darme la espalda, de inmediato sentí una punzada en el pecho, realmente no sé qué hice.

A decir verdad no tengo ganas de pelear, solo abrazo su cintura, mientras él permanece quieto y callado, su silencio e indiferencia me hacen soltar algunas lágrimas.

No es su culpa que yo esté tan frágil y me rompa con lo mínimo.

Que no tenga el valor de contarle mis temores, porque justos ellos me hacen creer que revelarlos me alejara de él, justo como me lo decía Dayton.

Escucho su respiración, sus latidos, cuando traga saliva de vez en cuando, y sobre todo percibo sus intentos por alejarme. Finjo estar dormida para que no lo haga, oficialmente hoy no soy fuerte, hoy si quiero que me protejan, hoy mi peor enemiga es mi mente.

Pasan algunas horas hasta que me duermo y al fin amanece.

Lo veo completamente dormido abrazado a mí, con cuidado me retiro de su agarre y me deslizó de las sábanas al baño para posteriormente ir a la cocina, donde preparo la mezcla para el desayuno y salgo a comprar algunas cosas a una tienda cercana.

A mí regreso reviso si continúa dormido, para mí fortuna no noto mi ausencia.

— Buenos días— Beso con travesura sus labios en repetidas ocasiones subiendo a su lado.

— Buenos días — Responde apático— ¿ahora sí puedes llamarle a David?, quiero irme.

— ¿Por qué no te quedas un poco más? 

Acaricio su cabello despeinado sin lograr quitar el disgusto de su cara.

» Te haré algo muy rico — Comento con doble sentido y él ni siquiera se inmuta—. Es aquí cuando sonríes hacía un lado llenando de travesura ese rostro angelical y yo te digo; "El desayuno, pervertido", pero si termino complaciendo tus ideas porque bueno, amo que seas mi príncipe en público pero mi dueño a solas.

Comenté con miedo a que toda aquella conexión se hubiese esfumado está mañana.

— ¿Y si maduras?

Mis mejillas arden, me  quito de encima para sentarme junto a él.

— ¿Por qué estás enojado? 

— Estoy normal.

— Is, vamos no estás actuando como tú, tu yo de las mañanas es mi favorito. Me abraza y me llena de amor.

— Mi yo de las mañanas no tiene ganas de estar aquí. Te lo intente dejar claro desde anoche.

Con la mano izquierda busca sentir la orilla de la cama, desliza los pies y se sienta.

» Podrías pasarme el resto mi ropa, quiero vestirme.

— Si, ya la busco.

Le entrego la ropa al derecho y los zapatos, mientras se viste voy a la cocina, deje la mezcla lista hace dos horas en el refrigerador para preparar crepas.

» Te haré el desayuno.

— Tanto te cuesta entender que… — Resopla y no concluye—Gracias.

En la cocina preparo las crepas y troceo fruta para acompañarlas junto con una bebida fría y vuelvo para guiarlo hasta la mesa.

— Ojalá te guste, les puse tu chocolate favorito, ¿que tal andas de antojadizo?

— Gracias Hasson.

Oh.

— Te dormiste algo tarde, ¿lograste descansar?

— Te dije claro que no estaba cómodo en este lugar tan…

— Entiendo, no creo que sea necesario que termines eso.

— Además otras cosas me andaban dando vueltas en la cabeza. Creo que tomé malas decisiones ayer.

— ¿Cuáles decisiones? 

Mordió el trozo de crepa de su tenedor y permaneció en silencio.

» Si te refieres a haberme pedido matrimonio no llevamos prisa, hay parejas que se comprometen todo un año y…

— Al contrario, ya quiero que seas mi esposa, deberíamos casarnos la próxima semana. Ofrezcamos una cena de compromiso en mi casa, quiero conocer a tus padres. 

— Eso, no creo que se pueda.

— ¿Y por qué no?

— Son muy ocupados.

Hace un bufido burlón bastante despectivo.

— ¿A qué se dedican? ¿Y dónde viven? Si vamos a estar juntos creo que es necesario que nos conozcamos más, hablemos de los términos del matrimonio, ¿Cuáles quieres?

— Estamos desayunando, ¿No prefieres hablarlo en otro momento? 

— Si, ya noto tu emoción.

— Pudiéramos hablar de dónde será nuestra noche de bodas, de como se lo contaremos a nuestros amigos, en qué iglesia y porque, pero solo escudriñas la manera de ofenderme.

— Cuando Alessandro pidió la mano de Frieda fuimos a Alemania a conocer a los señores Meyer, sin problemas podemos ir a tu casa.

¿Y que me han hecho mis padres como para tener que soportar a esa familia? 

Aunque igual es un buen pretexto para volver a verlos. 

Antes debo hablar con ellos y saber si nos recibirán.

— Prefiero ir solo contigo.

— ¿Qué escondes? 

— Nada, solo te digo que me sería más cómodo ir solo tú y yo. Después de todo solo nos casaremos nosotros dos.

— Quiero hacer las cosas bien.

— Y yo no quiero que tu madre o hermana les hagan comentarios como los que me han hecho a mí, mi familia y tú son lo que más amo, no toleraría que nadie los lastime.

Terminamos en silencio, no tocamos más el tema. 

»Puedes tomarte el sábado libre.

— ¿Vamos de paseo? — propongo.

— Te estoy dando el día libre.

— ¿Y no has pensado que quiero pasar mi día libre contigo? 

[•••]

Hay demasiado movimiento en la casa de Isaí, su familia está aquí desde muy temprano.

Sé que su hermana está en su habitación buscando evitarme, en el fondo lo agradezco, Alessandro está atendiendo una llamada en el despacho del segundo piso, sus padres frente a mi  en la sala, lo mejor es que de preguntar cómo voy con mis estudios y los buenos resultados del programa no pasa la plática.




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