A segunda vista

Capitulo 3

Isaí' 

Han pasado un par de días desde que Aless y yo distribuimos el trabajo agendado. Tome el comercial de la agencia de autos, la propuesta de los Weller y  he dejado para Alessandro el  de las cadenas de restaurantes y a papá a cargo de los proyectos internos de la agencia.

Si, aun no tengo soltura para confiar en los demás, debo tener todo controlado o la ansiedad me comerá vivo.

El proyecto de mayor presupuesto y por ende relevancia es el de los Weller.

Así que heme aquí en un edificio desconocido porque su fábrica principal está en total remodelación para la gran reinvención que están realizando en el cambio de directiva. 

En la pantalla de mi tablet veo las fotos y tomas que solicite de los procesos de la fábrica, así como de los campos donde se cultivan sus insumos y algunas imágenes de los dueños para denotar el toque ancestral y artesanal en sus recetas.

Me paro frente a la puerta de la que me han indicado que es mi oficina, tiene una placa sencilla con mi nombre “Leonel Vance” aja, ¿que piensan, que han contratado al modelo?  La quitó y me adentro sin tocar por lo que atrapo infraganti a un muchacho terminando de instalar la pantalla que solicité.

— Soy el ingeniero Erick Rowsell señor Vance, fui quien le sugirió a los Weller que su comercial lo produjera su agencia publicitaria y estableció contacto con Ezequiel Connor de su área de ventas, el señor Ashton Weller me dejo a su disposición, así que cualquier herramienta audiovisual que necesite estoy a sus ordenes.

— Tráeme un Capuchino Moka, por favor.

Forma una mueca y arrastrando sus palabras responde.

— Enseguida.

— También di que solicito la presencia de alguno de los dueños, les plantearé mis ideas antes de comenzar a editar, a la mitad no pienso hacer una sola modificación, lo dejo claro.

Dejo una golosina que compre y mi portalaptop en la superficie del escritorio mientras le doy mi indicación. Soy completamente claro con mis proyectos, igual por ello corren los rumores de lo perfeccionista que suelo ser o que soy sumamente estricto, para mi solo es parte de mi estilo de vida.

— Me temo que eso no se podrá, los señores están de crucero y el joven Daen tuvo que regresar de improviso a España para arreglar algunos asuntos del término de su contrato con el equipo de fútbol Español al que pertenecía

— Bien, déjalo así, solo trae lo que te pedí y recalca que solicité no ser molestado.

Erick asiente antes de abandonar la oficina, y yo vuelvo la mirada al escritorio, en mi semi oscura vista observo un pequeño invasor sentado en mi silla comiendo mi chocolate casi con todo y envoltorio.

— Estoy casi 100% seguro de que tú no eres el café que pedí, ¿Quién eres y qué haces aquí en la oficina que me improvisaron los Weller?

— Abi, ¿Tú? —responde mostrando sus dientitos en una sonrisa traviesa y adornada con chocolate, su mirada brillante me hace imitar el acto de sus labios involuntariamente, ladeo con curiosidad bajando agachas a su altura.

— Bien Abi, aquí debo trabajar bebé.

Le pido me de mi espacio, pero solo forma un puchero.

— No guta—hace una mueca al chocolate que deje en la orilla.

— Pues perdona que el dulce que compre para mí no te guste—me río y ella conmigo enchinando sus ojos—. La cajeta tampoco es de mi agrado—le informo.

«¿Haces?» creo que eso le entendí.

— Voy a diseñar un comercial para los dueños, estoy estoy por seleccionar las fotos adecuadas de las que me está enviando mi hermano—ella hace una mirada de confusión bastante linda—. Esta tomando fotos en la fábrica y los campos de cultivo—explico.

— Me gustan fotosh. 

— No traje la cámara conmigo, pero mi celular tiene muy buena resolución.

Me pongo de pie pretendiendo buscar un ángulo, gran tontería la nena es hermosa y tierna por completo. No hay un solo centímetro en ella que no doblegue el corazón de quien la mire o no se que ocurre conmigo.

Abi da pequeños saltitos sentada, le tomo fotos desde mi altura por lo que mira hacia arriba dejándome captar la hermosura de sus enormes ojos grises y rizadas pestañas, acomodo sus cortas ondas chocolate dejando una imagen tierna y perfecta. 

Aunque obviamente no tomaré su imagen, solo le mostraré lo que hago.

Comienzo a proyectar sus fotos en la pantalla de la pared.

— ¡Mila soy! ¡Mila!— Salta y abraza mis piernas—Gacias. 

— Isaí, así me llamo.

— ¿Ishí?

— Si quieres.

Solo le sonrió, su manera de emocionarse tan espontánea me crea una sensación cómoda. Cómo si ya hubiese vivido esto en algún momento. 

Fue un momento ligero y agradable, lo que no sabía es que se repetiría tanto.

Normalmente este tipo de proyectos publicitarios nos toman alrededor de veinte días, no solo es crear el comercial lo cual es bastante complicado cuando desean abarcar tanto, como en este caso todo un proceso de elaboración desde diferentes ángulos, sino también la promoción del producto.




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