Capítulo 7

Jolie'

El día siguiente nos levantamos temprano, después de vivir un día tan tenso por la noche, sin dormir,  sin hablarnos, sin saber que sería del mañana, tomamos camino a lo que  se supone venimos, a tener buenas tomas para el comercial.

— La primera toma será a los cultivos, la segunda al camión isotermo, en laboratorios, proceso y a los familiares de Weller—comenta Isaí.

Caminamos hasta dar con los cultivos guiados por la llamada del supervisor según Isaí, el camino que llevamos me hace temer que él tiene otro plan o si realmente si quiera tiene en mente tomar una sola foto en este viaje.

Veo un poco de cansancio en su cara por llevar a Abi en su brazo, es como si no quisiera soltarse de ella, cuando la nena se remueve dormitada en su hombro él la llena de besos y sus bracitos lo rodean con más fuerza. 

— ¿Por qué no hay taxis por aquí?— reniega, si otra vez.

¿Qué esperaba?, a duras penas los más acaudalados tendrán viejos autos abiertos para el transporte a los campos. Mucho menos habrá una agencia para rentar uno y el camino no es el mejor como para pensar que lo habrá pronto.

— ¿Ahora sí me dices a dónde vamos Isaí?

Cuestiono reconociendo este lugar, las calles, la vegetación de la región y a algunas personas por las que han pasado los años, no deben recordarme, la última vez que estuve por aquí tenía dieciséis años, ahora pronto cumpliré veinticuatro. Era de esperarse que todo cambiaría.

— Creo que reconoces mejor este sitio, he venido los últimos tres años.

— ¿Qué? ¿A qué?

— Hasson solo desapareciste, te busqué por cada rincón, algo dentro de mi pensó que podrías estar aquí y he venido cada año con una excusa distinta. Tus padres me deben reconocer al menos de vista.

Planeo dar media vuelta e irme, pero él no se detiene, continúa avanzando hasta entrar a los terrenos de  mis padres con mi bebé dormida en su hombro. 

— ¡Isaí, ven acá, Isaí! — susurro y él se hace oídos sordos. Sabe a la perfección que el que vaya con Abi me hará seguirlo.

A lo lejos veo a un hombre cansado maniobrando un tractor para detenerlo y atender a los desconcidos invasores, nosotros.

Una joven castaña riega un plantío de arbustos de fresas de lo más despreocupada, lleva puestos unos audífonos blancos y se mueve a un ritmo relajado. Lilian.

El aroma se propaga mientras más nos acercamos, huele a  comida recién hecha, estofado, tortillas calientes y podría jurar que el chocolate que prepara mamá. De la cocina sale humo por la estufa ecológica.

Todo se ve muy bien, ¿Falto yo?

Cuando veo a aquel conductor de unidad pesada acercarse a nosotros me escondo tras Isaí.

— ¿Otra vez por aquí? ¿Es anuncio de que pronto vendrán los supervisores?—le pregunta el señor con preocupación.

— Me temo que no lo sé señor Hasson, soy Isaí, vicepresidente de la agencia Livingstone.

— ¿Y que se le ofrece Livi… eso? — seca su cara con un pañuelo y veo a esa adorable mujer salir de casa. Mi mamá.

— Hola...— decido dar un paso y él abre la boca con sorpresa—. Papá.

— ¡Jolie! — me atrae a sus brazos, su mano se enreda en mi cabello y me suelto a llorar sin creerlo—. Creí que nos habías olvidado, luego aquel hombre negó que te hubieses ido con él ante las autoridades, conocíamos poco la ciudad, pero te buscamos cuánto estuvo en nuestras manos, ¿Has estado bien? ¿No te han tratado mal?

Seco mis ojos, nunca lo había visto tan preocupado por mi, más bien jamás.

» Estoy feliz de volver a verte, no sabes cuánto he lamentado tratarlas como lo hice, haber sido tan confiado como para darte con ese…

— Papá ya, no quiero hablar de él, eso que quede atrás—le suplico al no desear tocar aquel tema y solo angustiarlos más—. Necesito presentarte a alguien.

Mi padre mira con incertidumbre a Isaí, ni siquiera es descortés, aunque es claro que piensa que se lo presentaré, lo cual haré, pero antes.

» Mi amor, despierta—la retiro dormitada de los brazos de Isaí, soy mucho más bajita que él por lo tanto mi padre la puede ver mejor en mis brazos—. Ella es mi hija.

— ¿Hola?— sacude sus manos en su pantalón antes de tocar su cabello incrédulo, debe recordarme adolescente y ahora le presento a esta niña como mía—. ¿Cómo te llamas? 

Abi niega refugiándose en mi pecho y le insisto en contestar.

— Abi Wellel.

— Livigstone— Corrige Isaí con amabilidad áspera a lo que Abi forma un puchero idéntico a los de Daen—. Abigail Livingstone Hasson.

— ¡No! ¡Abi Wellel!

— Pues no—le muestra la lengua Isaí y Abi lo responde. 

— Querida, te tenemos una sorpresa en el jardín— le anuncia y cuando escucho su voz con un fuerte «voy» mi corazón late recio, veré a mamá y a Lilian.

» ¿Qué son ustedes?—pregunta mi padre.

— La señorita Hasson es mi jefa, administra los costos del comercial que dirijo actualmente. Le aseguro que tiene una hija muy importante señor Hasson, una muy bella hija—le recalca Isaí con la mirada cristalina, abrazo su cintura con nuestra bebé entre nosotros aún sin su permiso.

No fue tan distinto cuando vi a mi madre, me dió un abrazo tan reconfortante que me hizo dudar del porque no pensé en regresar todo esté tiempo, los extrañé y estaba tan avergonzada, creí que mi padre me rechazaría, que no creerían todo lo que pasé estos años, pero al tenerlos aquí no me surgen las ganas de inmiscuirlos en aquellos asuntos.

Por la tarde desde el interior de mi antigua y pequeña habitación recordé las tardes lluviosas, los casi diluvios recurrentes de estás fechas frías, las deliciosas cenas de mamá, las ferias y concursos de Loreto. 

Entre platicas y lograr hacer que Abi se soltara con ellos oscureció, ellos no nos permitirían volver a la otra punta del pueblo a pie tan tarde y sin cenar, además está sorpresiva lluvia los tomó desprevenidos en el pueblo cuando fueron a comprar víveres para prepararnos algo especial, Abi está encantada con Lilian que pidió ir con ellos, mi hermanita es toda una adolescente, el último recuerdo que tengo de ella es siendo un poco más grande que mi pequeña.