A segunda vista

Capítulo 8

«Nunca fuimos nada, pero lo pienso como si hubiéramos sido todo»
 

- Si te contara las estrellas.
De _BlackMoon_1
 

 

Jolie' 

Después de que él dijo eso nos alejamos unos centímetros donde pude cubrirme, levantar mi ropa y comenzar a deslizarla por mi cuerpo debajo de las sábanas. No creí que eso dolería o me enfadaría. Tal vez esa es la diferencia entre la chica que él conoció y la actual. No reaccionamos igual, no asimilamos sus palabras de la misma manera. Aunque coincidimos en que no necesitamos a nadie a nuestro lado.

—¿Entonces no confías en mí por cuidar mi propia vida? ¿Por no quedarme a qué me destruyera tu familia? ¿A verlos vueltos locos cuando supieran que tendrías una hija con la asistente o aún peor con la mesera? 

» Es que pareciera que no estuvimos en la misma mesa donde tu madre y Miranda se burlaron de mí por usar uno de sus diseños, que no fuimos al mismo viaje donde casi te mata tu hermana. Si te amo, pero la amo más a ella, no le importa lo que tengo, lo que soy, solo sabe que me ama. Así que no me reclames tonterías—él apenas respondería, pero continúe—. En ocasiones siento que te protegí demasiado, te hice creer que nuestra vida sería muy normal cuando la realidad es que tú no podías cuidar de ti mismo como para cuidar de nosotras, me duele decirlo así, pero te quise tanto que muchas cosas me las tragué y tenerlas dentro me está haciendo daño.

Nuevamente intenta hablar y decido continuar buscando no quebrar mi voz.

» Si me dolía lo que pasaba, escucharlas mofándose de mí, las "bromas" de Miranda en la universidad, medio instituto me trató como prostituta los últimos días que asistí por el contrato que me hiciste firmar y que tu hermana coloco por cada rincón a la vista, no me victimizo, soy consciente de lo que acepté, de algún modo tú me gustabas mucho y eso me permitía estar cerca, antes de ti jamás tuve un ápice de curiosidad por un hombre y te sabes la razón, ambos fuimos el experimento del otro… No contaba con que habría un tercero, bueno una tercera y pequeña intrusa que me haría intentar querer seguir cerca de ti aunque me hicieras daño, pretendía soportar todo por ella.

—¿Por qué no me dijiste nada?

—Porque yo no era para tanto Isaí, tu familia y tú coincidían en algo, justo en ese momento me hiciste saber que estaba sola, que las pondrías a ellas antes que a mí. Y al final eso hiciste.

— Jolie...

—Después de lo que pasó en la universidad me dió miedo tu cambio, cuando me llevaste a Monte Conti, tu actuar amable repentino me hizo sentir que me tenía que cuidar de ti porque estabas actuando conmigo justamente como ellos querían y me esperaba algo peor.

»Lo peor es que no sé cómo revocas todo lo que viví y logras hacerme sentir culpable, me consuela pensar que tal vez si yo no me hubiese ido Abi no habría nacido. Ella me hace sentir que valió la pena alejarme del chico que más he amado.

» Y aunque estar a tu lado fue complicado, no borraría ese fragmento de mi vida, aprecio cada hoja en la que aparece tu nombre.

— Jolie no sé qué decir, por cuál de todo pedir perdón, no fuiste la única que se entregó por completo en ese par de meses...—lo interrumpo.

—Voy por la mitad así que no me importa lo que pienses desde tu pequeña versión tergiversada, ni las justificaciones que tengas en mente, como dijiste hace un rato, esto no significa nada. Ya lo habías dicho hace cuatro años las dos primeras veces que estuvimos juntos, pero fui necia e insistí en estar junto a ti, en esta ocasión ya te creo.

Me pongo de pie al recordar la pronta llegada de mis padres y Abi en el patio.

— Jolie estamos hablando, ¿A dónde vas?

Lo ignoro y termino de vestirme, pronto pasará la tormenta y de este desliz no debe quedar evidencia. Así que acomodo la cama y busco las pastillas anticonceptivas que le juré por mi juego de brochas que ni se utilizar a Isabella que no ocuparía. Y esto pesa más que romper la dieta que jamás sigo.

Mientras acomodo los almohadones siento que se coloca detrás de mí. 

» Gracias por contarme esto. 

Su voz me hace volverme a estar de frente.

No me doy cuenta que me le quedo viendo a detalle mientras se viste, antes de terminar de colocarse la camisa me nota, sonríe tan malditamente seguro que bajar la mirada y decir que estaba en un viaje astral con él en medio sería poco creíble.

» ¿Buen paisaje no?, aunque nada como el que explore hoy. 

— No sé de qué hablas.

¡Eso orgullo! Solo no lo arruines.

— De los orgasmos mentales que te causo Hasson.

— ¡Claro que no!

— Tu erección dice lo contrario.

Bajo a ver mi cuerpo y eso lo hace reír a carcajadas, ¿Cómo pude caer con eso?

Sus brazos me acercan a su cuerpo de manera divertida, besa mi frente aún entre risas leves y su mano levanta mi mentón obligándome a mirarlo.

» ¿Qué sucede hermosa?

— Aún no me acostumbro a que puedas verme y aún así me consideres hermosa.

Mi cara humea y lo mejor que hago es retirarme de ahí.




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