"Y una vez que la tormenta termine, no recordarás como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata esta tormenta."
Haruki Murakami.
—Bella, Bella..
Adormilada, sintió una voz a lo lejos.
—Bella... ¡¡Bella!!
Se dio cuenta de inmediato que esa voz no provenía de lejos, sino que era muy cercana y a su vez muy conocida para ella. Tardó sólo unos segundos volver en sí y voltearse hacia la persona que le estaba hablando.
—Lucy discúlpame... me distraje con mis pensamientos.—se disculpó con voz compungida.
—Si así veo... Con razón no me respondías nada y yo que te hablaba y hablaba como loca.. linda la cosa, y con lo buena que soy para hablar te hablé más que nunca — acotó con un tono de molestia en su voz.
Observó a Lucy, quien pese a su supuesta molestia le respondía la mirada de manera agradable, como siempre. Lucía era su compañera de trabajo durante el turno cómo recepcionista en un concurrido hotel de Santiago de Chile, la chica; de cabello rubio y ojos expresivos se había logrado ganar su confianza.
—Ay amiga lo siento tanto... tú sabes que soy súper distraída— señaló con cara de arrepentimiento.
—¿Se puede saber en qué pensabas tanto?— Lucy frunció su ceño.
—Pues...
—Bella, no me digas que nuevamente te vuelven esos pensamientos... ¡han pasado ya casi cuatro años!
—Si lo sé.. lo sé, pero es inevitable. Simplemente me puse a recordar y ya está.
—En el accidente— suspiró.
—Si bueno... pero no es nada —Bella le mostró su mejor cara sonriente—. Mejor dime qué me estabas hablando.
—Bueno... te preguntaba que cómo te fue ayer con el muchacho...
—Ah... Eso...
—¿Creo que no muy bien? Si mi instinto no me falla—guiñó un ojo.
—Bueno pues... que te puedo decir. Al comienzo todo tranquilo sí, pero luego se estuvo como que emocionando y me quería llevar a su casa y presentarme a toda la familia casi...
—¡No!
—Te lo juro... de verdad que incómodo. Si no hubiese sido porque insististe tanto en organizar ese encuentro hubiese salido corriendo... Pero me limité a decirle una mentirilla blanca de que no podía y tenía que hacer, ya sabes... Para zafarme— se encogió de hombros.
—¡Me imagino! Ay qué pena... Es que Luis se veía un joven tan común y corriente, lo conozco porque es gran amigo de Miguel pero jamás me imaginé que fuera esa clase de chico tan impulsivo— sus ojos grandes confirmaban su sorpresa.
—Bueno tú sabes qué personalmente no tengo mucho en contra de esa clase de chicos, incluso me hubiese parecido un lindo detalle antes. Pero sabes que luego de todo lo vivido me tomo las cosas con mucha calma, sobre todo las cosas de relaciones personales. Además sé que tu novio y tú tenían la mejor intención...
—Sí lo sé créeme, ¡por eso me tomo todas las precauciones antes de presentarte a alguien! Que vergüenza que hayamos fracasado tan horrible— las manos de Lucy cubrieron por completo sus sonrojadas mejillas.
—Lo sé... ¿Pero sabes? Realmente y pensándolo bien no sé si este lista para...
—¿Estar con alguien?, ¿tener novio?—interrumpió Lucy.
—Pues sí.
—¡Pero que dices niña! Ni que fueras una vieja, si apenas tienes veintiún años, ¡estás recién comenzando tu vida!— levantó sus manos con efusión.
—Ya sí, pero y si...
—Pero, pero y pero... Bella, amiga, ¿te das cuenta lo hermosa que eres? No existe pero para ti querida, podrías estar con cualquier hombre que tu quisieras, si tan sólo te atrevieras a dar el paso— asentía con su cabeza confirmando sus palabras.
—El temible y aterrador paso querrás decir... —Bella bajó la mirada abatida ante el gigantesco temor que le significaba esa posibilidad.
Lucy la observó con ternura en sus ojos.
—Pero podría no ser tan temible si tan sólo quisieras intentarlo, llevas mucho tiempo sola.
—Sí, puede ser pero no necesito un hombre para...
—Ay amiga... ¡A mí no me vengas con esas típicas frases feministas! ¡Ni se te ocurra!— dijo riendo— Se muy bien que no lo necesitas Bella, pero si te vendría muy bien ser amada, mimada, consentida, compartir tu vida con alguien aparte de tu familia y amistades. Te adoramos y lo sabes, pero el amar y ser amado es diferente, ¿me comprendes? Mira a Miguel, podría ser un completo extraño para mí, no obstante decidí darle una oportunidad y al día de hoy es el amor de mi vida...
—Si claro que comprendo, pero no es tan fácil Lucy, lo sabes muy bien— hizo una pausa breve ordenando sus ideas— Sabes que con suerte puedo llegar a memorizar los nombres de un par de pretendientes... para luego olvidarlos cuando llega alguna crisis. ¿Tú crees que algún chico estaría dispuesto a convivir con normalidad ante mi ausencia de memoria? Amiga, sabes que mi capacidad para retener información es muy especial, además esos episodios de pérdida de memoria temporal llegan de la nada... Considérate importante que me acuerdo de tu nombre— indicó con una carcajada.