El embarazo de Mary progreso rápido y con éxito y la dichosa madre pidió qué Emily estuviera en el parto, porque tan pronto como le comenzaron los dolores se asustó y la mandó a buscar.
El parto fue largo y complicado, pero Emily lo estaba manejando... casi saco a la partera de la habitación, porque esta se negaba a seguir sus instrucciones.
Mary estaba asustada y nerviosa, los dolores de parto eran terribles y ella solo quería que acabaran.
Afuera esperaban James, el impaciente padre daba vueltas frente a la habitación donde estaba su esposa y cada vez que la oía gritar él quería entrar. Lo habían criticado abiertamente porque se negó a salir por semanas alegando que Mary podía comenzar a dar a luz en cualquier momento. No importaba que tan importante fuera el negocio, él no dejaría sola a su esposa.
Para algunas sirvientas y la partera era inaudito que hubiera hombres tan cerca y la idea de Emily de dejar entrar al padre era inaceptable.
James no era del tipo de persona que hablaba mucho, Daniel a veces no entendía como termino casado con alguien como Mary, ellos dos eran el día y la noche o así los percibía el resto del mundo.
Los gritos se hacían más intensos, hasta que de pronto hubo un silencio y luego un llanto.
Entonces James abrió la puerta y entro, la partera trato de sacarlo, pero no pudieron.
Se acerco a su esposa para ver que todo estuviera bien, había sangre y Mary estaba cansada y sudada, el sin impórtale nada más se sentó en la cama y le tomo la mano.
Emily acabo de limpiar y revisar al bebé y luego se lo entrego a Mary, era un varón... James aprecio el espectáculo maravilloso de ver a su esposa cargando a su hijo.
Luego del pesado trabajo dejaron a los padres con su criatura y volvieron a la propiedad, las chicas estaban cansadas por trabajar mucho durante el parto y Daniel estaba horrorizado solo por las anécdotas de lo que paso al interior de la habitación.
El compromiso entre Daniel y Emily era una realidad, a diferencia de muchas parejas su compromiso se llevó de manera más pausada, aunque era cierto que Daniel tenía ganas de casarse de inmediato decidido respetar la decisión de Emily de tomarse un tiempo, habían quedado de acuerdo que esperarían 6 meses que por fin estaban llegando a su término.
Unas semanas después del parto de Mary ya se estaban haciendo los arreglos para la boda, la familia de Daniel no estaba demasiado contenta con la decisión, pero se vieron obligados aceptar el matrimonio.
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Eran las vísperas de la boda, había muchas mujeres con el corazón roto, familiares indignados, nervios y felicidad.
Emily daba vueltas y vueltas nerviosas.
— ¡Emily ya quédate quieta! — le dijo Elizabeth — ¿por qué rayos estás tan nerviosa?
— Me caso mañana en la mañana.
— Sí, en una sencilla ceremonia solo con unos pocos familiares y amigos, no es como las bodas del futuro… No hay tanto afán, ni escándalo como en las películas.
— No es tan fácil no ponerse nerviosa.
— ¿Lo que te tiene nerviosa es la noche de bodas?, eso sí tendría sentido.
— Tu no deberías saber sobre eso — le dijo Emily tratando de burlarse.
— Tampoco debería saber cómo darle electricidad a mi habitación o cómo hacer una bobina de Tesla, y aquí estamos.
— Menos mal que estamos solas — dijo Emily — si tu tía te escucha hablando de noches de boda e inventos.
— La puerta está bien cerrada, nadie va a entrar.
— Jamás pensé qué esto podría pasar, no puedo sacarme de la cabeza el hecho de qué podría estar alterando la línea del tiempo e incluso crear realidades alternas.
— Las realidades alternas son intrascendentes, no tienen relevancia para tu existencia aquí. No ganas nada pensado en ello — dijo Elizabeth.
— Sé qué no debería pensar en ello, pero es difícil no hacerlo estando en mi posición.
— Yo creo en la importancia de usar bien los recursos (todo tipo de recursos) si te das cuenta de que algo no tiene solución lo mejor es que dejes de gastar recursos en ello, eso de gastar dinero, tiempo y energías en tonterías es una pérdida total, el mismo empeño puesto en investigar... no sé, estrategias bélicas digamos. Si se usasen esos recursos en la implementación de medidas contra el hambre, dime si no fuera mejor.
— Ves muchos vídeos de Chris — le dijo Emily.
— No estaría de acuerdo con él si no fuera cierto.
— ¡Ya vete a tu habitación qué está tarde…! — le dijo Emily.
— Me puedo llevar la laptop, quiero terminar de ver algo.
— No te vas a desvelar esta noche.
— No planeo desvelarse — le dijo Elizabeth — mañana es un día importante y quiero disfrutarlo, pero… quiero terminar de ver la explicación sobre los puentes de Einstein‐Rosen.
— Mañana después de la boda — le dijo Emily — Ya vete a dormir qué es tarde.
— No voy a esperar todo el día para ver los 20 minutos qué me faltan.
— … Esta bien — le dijo Emily — pero recuerda las reglas.
— Le tengo un buen escondite, nadie la verá.
— Buenas noches — le dijo — no te desveles.
— Emily, no soy una niña.
— Sí lo eres.
— Sabes qué si me hubiese gustado hacerte una despedida de soltera, algo divertido y modesto… para que dejes esos nervios.
— Iré a Hablar con Daniel — dijo Emily y fue a donde estaba su prometido.
Daniel estaba sentado frente a la chimenea perdido en sus propios sentimientos, parecía distante mientras que solo miraba el fuego.
— Supongo que estás tan nerviosa como yo — dijo él al percatarse de su presencia.
— Siento que me comí un montón de escorpiones.
— ¿No deberías ser mariposas?
— No creo que estas sean mariposas; son escorpiones, y además me están picando.
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Editado: 25.11.2021