Narra Jack Frost.
¡Es un desquiciado!.. Él sabe que ahora que está a disposición de Bri haremos lo que sea con tal de asegurar su protección, incluso si nos pide morir, tendremos que hacerlo si conlleva a su salvación, eso implica ser su guardián.
Estaba rodeado, cualquiera de mis movimientos haría reaccionar a los lobos, tendría que ser cuidadoso porque estaba solo y los chicos no sabían en dónde estábamos.
–¿Sabes?...no pensé que me encontraría con ustedes por estos lados tan innospito. Pero ¡valla!… ¡Que bien que salimos a cazar!–Se sentía tan poderoso solo porque tenía a Bri en sus garras–Llevéncela–Dió orden con una sonrriza, señaló el camino por dónde llevarían a Bri, fueron inteligentes, ya que por dónde la llevarían es territorio lobo, no tenemos permitido ir.
*¡Diablos!*–Para ser algo repentino, está bien elaborado.
A Bri la tomaron de las manos, a través de ellas produce su magia, así que estaba indefensa.
–Vas a arrepentirte de éste jueguito tuyo–Le dije con rabia, no sabía que hacer exactamente, mi hielo es fuerte pero si me atrevo a atacar podrían lastimarla ¿Qué hago?.
–¿Juego dises?, ¡pues aquí te van mis jugadores!, ¡Ataquen lobos!–Dió orden.
Ahora sí puedo atacarlos, retrocedí para tomar impulso y girando en el aire, congelé el suelo así los lobos no caminarían establemente, eso me daría oportunidad de avanzar hacia su líder.
Esquivaba sus manos, porque las garras de los lobos contiene un veneno que si nos llegarán a rasguñar, tendríamos veneno lobo en nuestra sangre y lenta y dolorosamente nos convertiríamos en lobos, en los vampiros tiene otro efecto, los mata.
Estaba tan concentrado en atacar a Jack Jey, que no me percaté de mis lados.
*¡Maldición!*– Tuve que retroceder para lograr esquivarlos, los dos lobos que intentaron atacarme, se posicionarón frente a Jack Jey y otros atrás de él, en este punto ya no tenía un plan, era hora de llamar forzosamente a los guardianes, aunque me metería en problemas al haberme llevado a Bri lejos de casa, en dónde se encontraba segura.
Me transformé en guardián y saqué mi Encantalete colocando mi dedo en el cristal azul de mi gema y dije, "Contacta a los guardianes", ví reflejado el terror en los ojos de Jack Jey, ahora que mis compañeros guardianes venían en camino, ya no tendrían a dónde ir y así serían testigos de la furia de Edward, ya que se metieron con lo que él más ama.
Al darse cuenta de mi plan, los lobos hulleron y se ocultaron en su territorio.
*¡Carajo!, tengo que hacer tiempo*–Caminé empuñando mi bastón y cree una pequeña niebla fría, así no lograrían verme aunque me encontrará frente a ellos, pasé corriendo esquivando a unos lobos que estaba encargados de detenerme.
*¡Ja!, qué incompetentes*–Seguía corriendo para lograr alcanzar a los lobos de más adelante, porque ellos eran los que llevaban a Bri.
Mi enojo incrementaba más al saber que yo tenía la culpa de ésto, esquivaba a los lobos tan fácil, que llegué a pensar que fingían su ineptitud, mis pensamientos me hacían reír.
*Creo que no debí llamar a los guardianes, porque estoy logrando esto yo solo*– Visualicé a lo lejos a los lobos que llevaban a Bri, ya estaba serca de atraparlos, cuando de mi lado derecho, salió una flecha, si no fuera por mí increíble agilidad, esa flecha me hubiese herido.
De la niebla emergió Jack Jey, aún apuntando con el arco, tenía confusión en su mirada, creo que pensó que me daría.
–¡¿Por qué no te rindes!?–Me dijo.
La pregunta me ofendió, ¿Qué acaso no conose lo que implica ser un guardián?
Pero no puedo culparlo, cuando el fué guardián no tenían a un líder al cual proteger, solo eran guardianes de las gemas y de NJ.
Estando en mis pensamientos, me tomó por sorpresa Jack Jey dándome un fuerte golpe en mi cara, me hizo caer y perder mi bastón.
*¡Maldición! Sin el no puedo hacer mis hechizos de congelación, bueno, si puedo pero no son tan fuertes y casi no sé controlar mi poder.
Caminó lentamente, mientras yo me recuperaba en el suelo solo levantando mi parte superior y mirándolo con enojo, él me sujetó del cuello, para volver a darme un fuerte golpe, está vez a un lado de mi cara, mi cabeza daba vueltas y a duras penas ví mi bastón, me arrastré para alcanzarlo y luego Jack Jey se paró sobre mi mano y la aplastó con más fuerza, giré mi rostro solo para ver cómo de uno de sus bolsillos, sacaba una pequeña daga.
–Creo que ésta es la despedida–Miró ansiosamente el objeto en sus manos–Fué un gusto conocerte Jack…–En esos instantes sabía que lo que quería hacerme con esa daga no era nada bueno, levantó su brazo empuñando fuertemente la daga y yo solo pude cerrar los ojos esperando el dolor, cuando...
*¿Pero qué..?*–El peso del cuerpo de Jack Jey ya no estaba sobre mi mano, levanté mi cabeza y lo ví, era Cat Noir quien giraba su bastón haciendo una maniobra en el aire y dándole un fuerte golpe a Jack Jey obligándolo a retroceder, mi amigo y compañero ayudó a levantarme, nunca me sentí tan feliz de verlo.
–¿Estás bien?–Me preguntó preocupado mientras yo hacía lo mejor posible por mantenerme en pié–¿Me puedes decir por qué Bri no está en su cuarto? y ¿Qué demonios haces tú aquí en territorio lobo?–Junte mis labios, no quería responderle, pero...no era mi vida la que corría peligro, así que decidí que era mejor llevarme le regañada de mi vida, a que algo le pasará a Bri y terminé contándole todo.
Cat me miró con decepción ante mis actos y me dijo que yo tendría que decirles la verdad a los chicos, como Cat es muy ágil y rápido llegó primero que los demás y ya al estar todos reunidos nos enfocamos en lo importante, Bri.
Ahora ¿Cuál es el plan?
No solo yo formulé esa pregunta, teníamos que darnos prisa y Edward como Líder Guardián, tenía que elaborarlo, él ya tiene experiencia y en cuestión de segundos nos lo relató.