Las clases avanzaban, y el día se desarrollaba con un calor inusual. Nos encontrábamos en la clase de Biología, listos para presentar nuestro proyecto. La profesora elogió nuestra investigación, reconociendo el esfuerzo del grupo. Como líder, me correspondió explicar detalladamente el tema, seguida por Walther, quien brindó su apoyo. Thaner, ausente en la primera clase, no participó en la exposición, pero la profesora no le penalizó, ya que había enviado un "permiso" el día anterior para justificar su ausencia.
Durante el receso, Arely y Diana compartían su entusiasmo por la próxima celebración del Día del Amor y la Amistad.
–Hola chicas, ¿por qué tanta alegría? –se acercó Walther, saludándonos.
–Estamos emocionadas por la celebración que se avecina –expresó Arely con la emoción de un niño recibiendo regalos navideños–.
–Lo que no me emociona son las ventas para recaudar fondos –añadí con sinceridad.
Comenzaron a discutir sobre qué artículos podríamos vender para recaudar fondos, mientras yo me sumía en mis pensamientos. Mi mente bloqueaba los sonidos a mi alrededor, centrada en mis problemas mágicos, conocidos solo por mí y sin nadie a quien contárselos.
La próxima clase sería de Química, donde se revelaría quién acompañaría a quién en la celebración.
–¡¿Y tú qué dices, Bri?! –exclamó Walther, sobresaltándome.
Su voz estridente hizo que me tapara los oídos y respondiera con disgusto.
–¿Por qué gritas? –Diana y Arely me miraron cuando hablé con firmeza.
–Llevo horas preguntándotelo. ¿Qué te tiene tan perdida en tus pensamientos? –Desvié la mirada hacia otro lado, molesta por su intrusión. Suspiré, consciente de que no podía escapar de sus preguntas por mucho más tiempo.
–Yo sí sé lo que es...– dijo Arely pícaramente.
–Entonces, cuéntamelo para librarme de eso; tal vez así tendremos de vuelta a la Bri que conocemos– habló Walther cruzándose de brazos.
–¿Planeas deshacerte del mismísimo Thaner?– pronunció Arely entre risas.
*Al igual que Walther, me impactó esa declaración.*
*No sé si dejarles creer que estoy así por eso... pero si no lo hago, tendré que decirles cuál es la verdad.*
Diana tapó la boca de Arely mientras esta se reía burlonamente.
–¡¿Te gusta Thaner?!– exclamó Walther volteando hacia mí– ¿Cómo te puede gustar una persona tan desagradable, tan molesta, tan insoportable, tan...?
–Millonario– dijo Arely, que al fin se soltó de Diana.
El timbre anunció el fin del receso.
*Gracias a los dioses que logré escapar de esa pregunta ಠ◡ಠ.*
Walther caminó a mi lado mientras nos dirigíamos a nuestra aula.
–```En serio te gusta```– susurró cerca de mi oído; yo ignoraba la pregunta.
–```No puedes olvidar eso, por favor```–.
–```¿Cómo voy a olvidar tal abominación!?```–.
–```No lo sé, solo olvídalo y ya```–.
–```¿Por qué evades la respuesta de mi pregunta? Acabas de aclararme que sí te gusta, sabes...```–.
–```Te responderé después, ¡pero ya deja de atormentarme!```–. Walther soltó una pequeña carcajada ahogada, lo cual solo aumentó mis dudas sobre el porqué lo hacía.
–```¿Por qué diablos te ríes?```– Temí la respuesta.
–```Porque Thaner lleva un buen rato caminando tras nosotros...```–
Decir que quedé más pálida que la cara de mi amigo vampiro Edward me haría quedar corta.
Al girar lentamente mi rostro con una sonrisa temblorosa, me encontré con la mirada tétrica de Thaner, quien observaba la escena con una intensidad que helaba la sangre. Quise decir algo para desmentir el tema principal en la plática, pero me vi atrapada en un silencio paralizante, sin poder articular ni una sola palabra. En ese tenso instante, Diana intervino, tomándome del brazo y arrastrándome fuera del grupo de personas que caminábamos por el pasillo.
–Auch, me lastimas– protesté, pero a Diana no pareció importarle mi incomodidad. Siguió tirando de mi brazo hasta que nos alejamos lo suficiente.
–Ahora que estamos solas... ¿podrías decirme qué está pasando? ¿Por qué andas tras Thaner? ¿O por qué estás tan callada todo el día? ¿Por qué siento que algo sucede, algo que... no quieres compartir conmigo?– Su rostro se entristeció, reflejando una preocupación genuina.
*¿Podría confiar en ella? ¡Claro que sí! Pero no es eso lo que me preocupa... ¿Y si la encuentran y le hacen daño por mi culpa? –Debatían las voces en mi mente.*
No me gustaba la idea de ocultárselo, pero tenía que hacerlo aunque me doliera. Preferiría perderla como amiga que ponerla en peligro. La tensión en el aire era palpable mientras decidía cómo abordar la situación sin revelar demasiado, pero manteniendo su interés y comprensión.
–¿Quieres que te diga la verdad? ¡BIEN! Lo haré... Estoy harta de sufrir sola, harta de aparentar que todo está bien. Tengo problemas, ¡ok!, pero son MIS PROBLEMAS. Lamento decirte que no siempre podremos decirnos todo, pero si no te he dicho nada, ES PORQUE NO QUIERO QUE SEPAS...– Mi expresión cambió por completo, pude ver que lastimé sus sentimientos, pero aunque yo también estuviera así, tenía que ponerle un alto a esto y alejarla de mí.
–Lo entiendo... ya no me preocuparé por ti...– Caminó de regreso al aula.
*Hiciste lo correcto* –Habló una voz en mi mente aliviada–.
Llegué a tiempo al aula; la profesora hablaba por teléfono en un rincón. Me senté en los pupitres escolares y me quedé ahí.
–Pss, hey, ¿Qué pasó con Diana?– Preguntó Arely sentada tras de mí.
Busqué con la mirada a Diana, y ella estaba hasta atrás de la clase con la cabeza gacha.
–Solo... hubo un desacuerdo, ok, pero todo bien– Arely no se tragó mi respuesta.
–¡Buen día estudiantes!– Saludó la profesora de Química–, espero estén entusiasmados por las actividades que realizaremos desde hoy hasta la tan esperada celebración– Tomó dos pequeñas cestas y las colocó en su escritorio– Tengo el nombre de los estudiantes con los que emparejaré con otros– Todos estaban entre entusiasmados y asustados; no todos mis compañeros varones son, por así decirlo, chicos interesantes.