Narra Briatny
–¿Por qué siempre me sigues?–Gruñí, expresando mi molestia mientras Thaner se acercaba y cerraba la puerta tras de sí.
–Sabes… cuando te molestas, te ves tierna–dijo Thaner, inclinando la cabeza de manera juguetona.
–¡Deja de evadir mis preguntas!–Mi nerviosismo crecía, con la puerta cerrada y Thaner bloqueándola.
–Bien…contestaré tus preguntas… adelante–Thaner se recostó sobre la puerta, cruzando los brazos y adoptando una postura sombría.
–¿Por qué me sigues?–pregunté, tragando saliva y esforzándome por no mostrarle miedo a Thaner, quien parecía disfrutar de la incomodidad ajena.
–Yo no te estoy siguiendo, eres tú quien me sigue–respondió con indiferencia.
–¿Disculpa?, Yo estaba aquí primero–afirmé.
–No, yo lo estaba, me encontraba respondiendo una llamada confidencial–. Ahora entendía por qué la puerta estaba abierta.
–¿Cómo abriste la puerta?–pregunté intrigada.
–¿Qué, acaso eres policía?–Thaner dijo burlonamente.
–Solo responde–murmuré.
–Te sorprendería saber lo fácil que es abrir una puerta con una tarjeta de débito–. Thaner mantuvo una leve sonrisa, luego enderezó su postura para acercarse a mí.
–¿Y dónde está tu pareja?–dijo después de quedarse en silencio unos minutos y dar tres pasos lentos hacia adelante.
–No sé, lo estaba buscando pero ya vi que no está aquí–apresuré el paso, intentando rodearlo ya que Thaner se había separado de la puerta, pero él me estrelló contra esta.
–¿¡Por qué siempre huyes de mí como si fuera tu depredador!?–Estaba entre la espada y la pared, con todo su ser sobre mí, tratando de no mostrarle miedo.
–Tú dime...me llamas "presa" casi a menudo–Vi un gesto de confusión en su rostro.
–¿"Presa"?, qué apodo más ridículo–Se despegó un poco de mí–Nunca me rebajaría a usar una palabra tan vulgar, y jamás para referirme a alguien tan insignificante como tú–afirmó.
Nos quedamos viendo fijamente, ambos con un gesto desconcertado.
–Así que...crees que nunca me has llamado "presa" ¿cierto?–Dije incrédula.
–Cierto–Dijo aún con firmeza.
–¿Crees que exista la posibilidad de que tengas Alzheimer?– Deslicé mi mano por mi espalda y la puse sobre la manija de la puerta aprovechando que Thaner se había separado un poco de mí.
–¡No me hables como si fuera algún tipo de discapacitado psicológico!–Dijo comenzando a molestarse y pegándose nuevamente a mí bruscamente.
Cuando se acercó de esa manera, pude notar que Thaner no tenía ningún golpe en el labio, lo cual se me hizo extraño, ya que, por lo que tengo entendido, Walther le dio un fuerte golpe sobre este, incluyendo la nariz.
–¿Por qué tu labio no está herido?–Thaner abrió los ojos con sorpresa a tiempo en que se despegó nuevamente de mí.
–¿P-por qué debería estarlo?–Dijo alzando una ceja.
Mi teoría de que Thaner tiene Alzheimer es correcta, pero no puedo explicar cómo es que su labio no está herido.
*Ni mi magia tiene un efecto tan rápido de sanación* – susurró una voz en mi cabeza. Luego, como una chispa, una idea iluminó mi mente:
*¿Y si Thaner se auto curó?.*
La idea sonaba plausible, pero resultaba absurdo que alguien más poseyera magia, considerando que mi cuerpo tiene la capacidad de detectar cualquier rastro mágico en personas o cosas, y en Thaner no había ni la más mínima señal.
Sin embargo, sigo en un callejón sin salida, sin encontrar una explicación razonable para este misterio, salvo la posibilidad de que Thaner tenga un sistema inmunológico excepcional, capaz de sanarse de manera asombrosamente rápida.
–Sabes... La curiosidad mató al gato– avanzó hacia mí, su mirada denotaba molestia–. Sigues siendo demasiado curiosa–, colocó su mano en mi mentón y deslizó su pulgar hasta mi labio.
–¡Y tú sigues sin respetar mi espacio personal!– lo aparté de un fuerte empujón, aunque Thaner permaneció imperturbable, como si estuviera jugando conmigo.
–No tengo por qué respetar tu espacio... solo eres un juguete que puedo manipular–.
Fue en ese preciso instante cuando mi paciencia llegó al límite; deseaba golpearlo. Entonces, al alejarme de la puerta, esta se abrió de golpe, golpeando mi espalda y haciéndome caer sobre Thaner, justo en sus brazos.
Al girar mi rostro hacia la puerta, me encontré con la mirada furiosa de Walther.
Narra Walther Forget.
Una hora antes
–Te agradezco por cuidar las cosas de Bri –le expresé a mi maestra consejera. Bri dejó sus pertenencias en su aula al cambiarse para la presentación de los Príncipes, y decidí recogerlas antes de que se terminara el evento.
*Con lo olvidadiza que es, seguro dejaba esto aquí*–suspiré, esbozando una sonrisa.
*La presentación de los Príncipes ya debió haber terminado; mejor me apresuro* –corrí por los oscuros pasillos, cruzándome con algunas parejas que aprovechaban la oscuridad para tener sus propias conversaciones.
Al llegar al gran salón, noté que los Caballeros estaban dispersos entre la multitud, señal de que la presentación ya había concluido.
Me adentré en busca de Bri, pero solo vi a Valery tomando innumerables fotos a lo lejos, y a Arely charlando con su pareja y algunos compañeros.
*Ok… Si Bri no está con Arely, debe estar con Diana *–pensé.
Di unas vueltas por el salón, pero no la encontré. Alcé la mirada sobre las cabezas de los demás y… ¡Reconocería esa diadema naranja en cualquier parte! Al fin me topé con Diana. Cuando me acerqué, ella me miró con expresión de confusión.
–¿Y Bri? –le pregunté a Diana, desconcertado.
–Te iba a preguntar lo mismo –dijo, revisando nuevamente su entorno–. ¿No está contigo, entonces?
–No, estaba buscándote a ti –dijo Diana con un leve tono de preocupación.