A través de la Segunda Estrella

Inevitablemente me hizo sonreír...

Narra Briatny:

La puerta se abre a mis espaldas.

Mi cuerpo no reacciona; de pronto, todo a mi alrededor comienza a verse borroso. El sonido a mi alrededor desaparece y mi mirada se centra en la ventana. No sé qué está pasando y luego veo imágenes en mi mente, imágenes que pasan muy rápido y resultan incoherentes.

En una de las imágenes, me veo a mí misma en una bola de oscuridad. Parece que estoy llorando y el eco de una voz gruesa parece estar hablándome. La siguiente fue parecida, solo que esta vez logré verme en cuerpo completo, mostrándome un futuro terrible. Mis brazos ya no son los únicos cubiertos por magia negra; de hecho, mis ojos son totalmente negros.

Volví a la realidad después de que mi yo de la visión se lanzara hacia mí, expectante.

Mi respiración es acelerada, al igual que los latidos de mi corazón. Edward, que había estado tocando la puerta sin que me diera cuenta, fue quien me revisó para ver si estaba bien. Le dije que su presencia me había asustado, una excusa que casi no me creyó.

Mi actitud era la que me delataba, pero después de asegurarle que estaba bien, Edward dejó de preocuparse. Salimos de mi cuarto; veo por última vez hacia la ventana antes de salir finalmente.

Estando fuera de la casa, los chicos están sacando sus coches. Llevamos los mismos de siempre: la camioneta de Edward, la de Alex y Emmet, y el Hilux 4×4 de Cristian.

–Si te sientes mal, espero ser la primera persona en saberlo –me dijo Edward mientras cubría con su mano el sol en su rostro.

–Lo haré –respondí, esperando no arruinar los planes de mis amigos.

Como parte de lo planificado, voy en el coche más seguro de todos, el Hilux de Cristian. A mis lados se encuentran Eduardo y Stiven. En el asiento del copiloto va Emmet y tras el volante, Edward, encendiendo los comunicadores de los autos. Edward dicta el protocolo del viaje.

–Bien, ya saben cómo nos distribuiremos alrededor de Bri. Reportarse, líder del plan #1 –Stanley carraspea su garganta antes de hacer presencia.

–Aquí –dijo–. Plan #1 está claramente establecido. Stanley se encargaría de que se ejecute una "barrera humana", conformada por los "no importantes", mientras los guardianes y yo salimos del lugar.

–Plan #2, en otras palabras, el de escape –dijo Edward mientras abrochaba su cinturón de seguridad–. ¡Jack! –se genera un silencio–. ¿¡Alguien sabe dónde carajo está Jack!? –Al parecer, era el único que faltaba, y era el más importante ya que de él dependía mi escape en caso de emergencia por enfermedades de mi magia. Él es el único que puede llegar en tiempo récord a Nunca Jamás.

Alex, que estaba tras el volante de la camioneta de Emmet, revisó su teléfono y vio un mensaje de Jack que decía que su llegada sería dentro de dos horas. Edward le ordenó a Alex que le dijera que nos encontráramos en el lugar establecido.

Comenzamos el viaje. Durante el camino se lleva a cabo el plan "perfil bajo". Gracias a un hechizo de Cristian, los autos son de otro estilo y color, así que no reconocerían nuestros autos.

Las calles están estancadas de autos y casi no hay lugares de aparcamiento. Edward, un poco estresado por la situación, propone estacionar el auto un poco lejos y caminar el trayecto restante.

–Bien –dijo Edward–. Estamos a solo unos 70 metros del parque de diversiones. Como repaso: cualquier actitud sospechosa de alguien, evacuar de inmediato. Los chicos afirmaron con la cabeza.

Estaba muy emocionada. Tan solo di un paso hacia el frente y una oleada de chicos me rodea; los hermanos de Edward realmente se tomaron al pie de la letra el mensaje de "cuidar todos mis lados".

–Vale, sé que "soy importante", "única" y no sé qué otras cosas más, pero déjenme respirar –mis súplicas son ignoradas y, conociendo a Edward, sé que se prepararon para mis berrinches.

La gente a nuestro alrededor parece evitarnos. Para mejorar nuestro perfil bajo, nuestra ropa no es muy llamativa y los chicos usan gorras para medio cubrir sus rostros.

La gente hace fila en la entrada del lugar y se nota que el parque de diversiones estará lleno de gente.

Mientras hacemos la espera, mantengo mi mente hundida en mis pensamientos. Repaso en mi cabeza las imágenes que vi. No sé si es una visión o si solo es una advertencia. Muchas veces, mi madre ancestral, "La Luna", se encargaría de darme señales acerca de las cosas que pasarán o me pasarán. Sus señales no suelen ser precisas, ya que su objetivo no es darme una respuesta clara, sino que me deje analizando. Otras veces solo me muestra sucesos de cosas que pasarán en "x" o "y" tiempo, y así sucesivamente. Pero lo que acaba de mostrarme podría tomarse como ambas cosas. Repito, no sé si es una visión o un especie de mensaje...

–Aún no aparece Jack –escuché que dijo Edward a uno de los hermanos que tenía al lado.

Logramos avanzar hasta darle los boletos al muchacho encargado de recibirlos.

–Disculpe... ¿cuántos vienen con usted? –preguntó el joven.

Edward, tratando de no dialogar mucho, contestó.

–Somos casi 40 –luego nos hizo un gesto con las manos para que camináramos hacia dentro sin dar más explicaciones.

Ya estando dentro, caminamos hacia un área no tan llena de personas para planificar las cosas.

–Ok, enciendan todos sus telecomunicadores. Ya que nos separaremos en pequeños grupos, será mejor estar comunicados –todos llevan sus dedos hacia su oreja izquierda. Edward me mira, esperando que yo también lo active–. Bri, enciende el telecomunicador.–Me ordena.

Elaboro una excusa vaga, dado que mi telecomunicador fue robado y destruido, algo que aún no les he revelado, ya que perderlo es grave y nos pondría en peligro. Sin embargo, en mi caso, fue destruido.




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