Narra Thaner Lennon.
Recibí numerosas llamadas a lo largo del día, las cuales contesté con total libertad ya que Valery se había retirado de la mansión. De nuevo, mi teléfono vuelve a sonar, lo que comienza a molestarme.
–Estaremos en el aeropuerto en breve–me dijo el asistente número 1 de mi padre, a quien reconocí por su voz ronca.
–¿¡Y eso a mí qué!?–Balbuceé.
–El Señor Lennon visitará la mansión–dijo indiferente–Me ordenó informar que desea verle en la sala norte–notificó con elegancia.
–Bien–Concluí la llamada.
*¿Qué querrá este hombre?.*
A regañadientes me dirigí a la sala norte. Me aburría de esperar; aunque suele ser preciso con el reloj, que se esté tardando 30 minutos de más me hace pensar que tiene noticias.
Contra mi voluntad, en la sala, daba vueltas y vueltas sobre mi refinada alfombra, desviando la mirada hacia la ventana que da al estacionamiento.
Káiser estaba firmemente parado frente a la única puerta de salida, impidiendo mi escape.
–Después de que se vaya mi padre, saldré a divertirme–le dije a Káiser; este alzó una ceja.
–Puede divertirse cuando el sol esté presente–renegó.
–¿Qué horas crees que son? Además, ¿quién necesita el sol cuando tienes un auto cuyos focos alumbran toda la carretera?–Káiser rascó su nuca, despejó la manga de su esmoquin para ver la hora en su reloj de muñeca.
Una campanilla se escuchó a lo lejos. Tras unos pasos precipitados hacia nosotros, Káiser abrió paso para abrir las puertas. Luego, una sirvienta entró llevando a un lado de su uniforme una pequeña placa de hierro que decía "la informante". Si alguna vez te sientes inútil, solo recuerda que a esta mujer se le paga para informar la llegada de mi padre, suceso que ocurre una vez al mes.
–El señor Lennon está aquí–dijo jadeando por aire.
–No me digas–dije sarcástico e inclinándome para llegar a su patética altura.
Pasé a un lado de ella con las manos en los bolsillos.
–Hijo...–mi padre entró; sus pasos son pesados y sonoros, su voz causa parálisis a los débiles que aún no se acostumbran, su postura cerrada e intimidante asusta a cualquiera.
–Hola pa...–sonreí ya que dentro de tres... dos... uno...
–Joven Lennon–regañó Káiser–Háblale con respeto al Señor Lennon.
–Déjalo, viejo amigo, algunas cosas no cambian–se adentró a la sala, Káiser me fulminó con la mirada.
Supongo que piensan que mi padre debería regañarme, pero no, Káiser es el encargado de mis modales; entonces, si aún no me rectifico, es su culpa ʘ‿ʘ.
–Puedes dejarnos solos, Káiser–ordenó mi padre. Káiser asintió con la cabeza y se marchó cerrando las puertas delicadamente, ya que el sonido de golpe en estas enfurece a mi padre.
*Cerrar las puertas de tal manera es mi pasatiempo favorito.*
Nos sentamos en los sillones. Al estar solos, esa postura de viejo mafioso desaparece.
–¡Mi querido hijo!, ¿Cómo han sido tus días en el instituto?–preguntó añadiéndole importancia cuando no la tenía.
–Bien, supongo–respondí–¿¡Cuánto tiempo más tendré que soportar estar en esa pocilga!?–pregunté molesto.
–El tiempo que se me plazca o al menos hasta que todo este sector sea revisado por nosotros–caminó hacia la ventana, optó por una postura firme–Dijiste que serías comprensivo con la misión, tu aptitud me irrita.
–¡Tu misión es absurda, eso te irrita!–me levanté del sillón–No quiero formar parte de esto y lo sabes perfectamente.
Me dedicó su mirada tétrica a la cual estoy acostumbrado, se dirigió a mí pensando que el hacerlo me haría obedecer. Con su mano pesada, ejerció fuerza en mi hombro.
–Tu madre estaría muy decepcionada–sus palabras colmaron mi paciencia–.
–¡DEJA DE INVOLUCRAR A MI MADRE EN ESTO!–aparté su mano de mi hombro–¡Ese juego tuyo ya no te funcionará para hacerme obedecer!
–Como desees, querido mal educado–frotó sus manos–Deja de quejarte y entrégame tus informes–ordenó.
–Nada, ¡no hay nada!, ¿no lo entiendes? Aquí no está ese "PVDNJ" que tanto buscas–Estaba cansado de que mi padre persiguiera a ese hombre. Hemos viajado de continente en continente solo para deshacernos de él. ¡Esto es lo que me parece absurdo!.
–¿Absurdo?–Le añadió incredulidad a su pregunta–¿Te parece absurdo el ideal de tu madre?–Al escuchar el pronombre, no pude evitar llevar las manos a la cabeza y ahogar un grito.
–¡Mi madre estaba en contra de tus ideas estúpidas! ¿O acaso no lo recuerdas?–Tragué saliva–¡Ella te dijo innumerables veces que tu juicio estaba mal! ¿Y qué fue lo que pasó por no escuchar?–Su mirada me contestó, él sabía lo que diría–Exacto, ahora ella no está con nosotros.
Vi cómo aumentó su altura al levantar su brazo, esperé el momento y luego me abofeteó, un líquido caliente se resbaló por mi labio inferior.
–¡No vuelvas a recordar ese suceso de nuevo!–Dijo después de sobar sus nudillos blancos–¡No es la mejor manera de recordar a tu madre!.
Káiser abrió la puerta en ese momento.
–Su vuelo se está retrasando, Señor Lennon–Informó mientras desviaba la mirada hacia mí.
–Sí... ehhh, bajaré en un instante–Pasó ligeramente la mano por su cabello y acomodó las mangas de su traje.
Káiser se mantuvo inmóvil, titubeó antes de salir de la sala.
–De ahora en adelante serás supervisado–Comenzó a marcharse–Espero que para la próxima tengas algo que notificar–Se marchó y así pude respirar tranquilamente.
–¡Ahhhhh!–Grité aliviando mi enojo contenido. Para desahogarme por completo, pateé mi mueble más cercano antes de dejarme caer sobre este.
Káiser volvió a entrar a la sala y se detuvo tras el mueble.
–Joven Lennon, ¿se encuentra bien?–Dijo con la tonalidad más estúpida que he escuchado.
–¡Calla, escoria!, coge las llaves del coche y larguémonos de aquí– Káiser ni siquiera intentó detenerme cuando pasé a su lado. Obedeció mis órdenes y fue al garaje por mi coche.