Narra Briatny.
*¿Madre de sus cachorros?, ¿Y a éste qué mosco le picó?* – Pensé de manera burlona.
Jey se acercaba más y más mientras su mirada era seductora. Correr hacia la salida no era opción, con tan solo el más mínimo movimiento sospechoso, Jey atacaría sin duda y no estoy en condiciones de poder protegerme. Mi magia es inútil, mi entrenamiento para defenderme es 90% magia, así que no tengo más opción que hacer tiempo.
Llevo las manos a las caderas, muerdo ligeramente los labios y agacho los párpados, cambio la tonalidad de mi voz a una más dulce y suave.
–¿Quieres que sea tu Loba?– Jey se detiene ante mi cambio de humor, me mira algo confundido, por unos momentos pensé que sospecharía de mi plan pero como si fuese un pez cae fácilmente en mi red.
–Quiero que seas ese juguete canino al que yo pueda morder y poseer– Puedo ver esa lujuria en sus ojos, sus manos están intranquilas y se acerca aún más rápido.
Me arrepiento de lo que he provocado en él, esa expresión lasciva me pone muy nerviosa. Me empuja contra la pared y sujeta mi rostro haciendo que vea sus ojos verdes esmeraldas, desvío la mirada hacia otro lado puesto que si no lo hacía caería en un profundo sueño, ese es otro de los dones que posee Jey.
–¿No crees que es muy apresurado para que seamos padres?– Mi espalda está tocando la fría pared, Jey está totalmente frente a mí, el tenerme acorralada lo hace sonreír.
–¿Apresurado? He esperado este momento desde que tenías 6 años, creo que esperé demasiado– Coloca una mano en mi cuello, sus labios lentamente se acercan.
–¿Piensas besarme?– Indago llevando cautelosamente las manos a su pecho tonificado para intentar separarlo de mí.
–No sabes cuanto lo deseo... pero tengo otros planes para ti– No tuve tiempo de reaccionar, clavó sus colmillos en mi cuello, puedo sentir cómo lentamente el veneno lobo recorre mis venas, comienzo a perder el conocimiento a medida en que mi cuerpo se debilita– No negaré que lograste seducirme, pero tu actuación se acaba mi Loba, tus amigos no lograron salvarte esta vez...
Narra Jack Frost.
Avanzamos lo más rápido que podemos, hemos logrado acortar el trayecto con ayuda de las bolas Dimensionales, para nuestra desgracia esas esferas no pueden teletransportarnos en largas distancias, al menos no estás que tenemos. La noche es muy fría y silenciosa, calculando son aproximadamente las 2:00 de la mañana.
Cristian, con ayuda de sus dones, va despejando el camino por el cual vamos pasando.
El ver la terraza desde dónde estoy hace que mi corazón se alivie, pero el temor hace que no deje de palpitar fuertemente.
Todos estamos preocupados, no sabríamos qué hacer si no encontramos a Bri dentro de la casa.
Cristian va murmurando unas palabras, extiende el brazo cuando ve el domo aproximarse. La barrera lentamente desaparece, el sistema de seguridad está activado, pero la puerta principal está abierta.
Cuando Edward mira eso, lleva las manos a la cabeza y no puede contenerse, las lágrimas comienzan a caer.
Al entrar vemos una horrible escena, hay partes metálicas y cables por todo el suelo, rápidamente intuimos qué fue lo que pasó.
Me dirigí a la habitación de Bri gritando su nombre, pero no estaba dentro. Revisé la de Edward, la siguiente habitación, la siguiente y la otra, toda la planta y mi corazón se detuvo cuando llegué a la terraza y no había ni rastros de ella.
Al volver a la sala, veo que Edward, Mitch y Emmet, están percibiendo un olor.
–Sin dudas, Jack Jey estuvo aquí– Dijo Cristian que también había percibido su olor– ¿Pueden sentir un hedor más fuerte?– Sus olfatos desarrollados lo perciben, Edward no puede contener su enojo y de una patada manda a volar a los sillones de la sala.
–¡Si se atrevió a ponerle un dedo encima a mi niña!, ¡ACABARÉ CON LA EXISTENCIA DE TODO SU PUTO CLAN!– Exclamó Edward con rabia, sus ojos se vuelven en una tonalidad roja.
Cristian mueve la cabeza de lado a lado, con algo de decepción.
–No solo le puso un dedo encima. Sospecho que Jey sacó a Bri de la casa, inconsciente– Edward lo mira con ojos abiertos, mueve la cabeza de lado a lado negándose a creer en lo que su hermano estaba a punto de decir– Me temo que, Jack Jey ha infectado a Bri con veneno Lobo–.
Si Bri fuera una vampiresa, estaría más que muerta, pero como ella es humana el veneno lobo actúa de otra forma, entre más tiempo esté el veneno en su cuerpo, Bri se convertirá en Loba y probablemente su juicio hacia nosotros desaparezca.
–Rastreenla con sus Encantaletes– Sugirió Cristian, pero cuando todos intentamos localizar a nuestra Guardiana de la Gema Morada, nuestros Encantaletes decían "Fuera de alcance", lo mismo pasaba cuando la intentamos localizar a través de los telecomunicadores.
–¡Tenemos que encontrarla!– Dije con determinación.
Edward estaba demasiado enojado como para pensar claramente.
Cristian y los demás devolvimos miradas y comenzamos a rodear a Edward.
Esto jamás lo han mencionado, pero Edward tiene una especie de maldición. Todo esto sucedió hace mucho tiempo atrás. Según los relatos de Cristian, Edward estuvo en contacto con alguna especie de toxina que afectó algunas células de su cuerpo. Cuando las emociones negativas se apoderan de él, lentamente comienza a ponerse más agresivo, llega a tal punto que no nos reconoce.
Debido a que esta maldición se quedó permanentemente en él, Cristian lo nombró "Príncipe de los vampiros" (debido a que es el más fuerte de todos). El hecho de que esta faceta esté en Edward lo convierte en una completa máquina asesina. Su fuerza incrementa casi 10.000 veces más que la normal (vampira), su rapidez es casi invisible y sus sentidos y habilidades se vuelven mejores. Aunque es un punto a favor de nosotros, también es uno en contra. Repitiendo lo dicho, Edward estando en el estado de "Príncipe Vampiro" no nos reconoce y no somos tan fuertes como para defendernos de él.