Recuerdos 7.0

Después de haber recordado ese "Te quiero" era imposible no recordar el dibujo que me había hecho. Aún lo tenía guardado, y muchas veces no quería sacarlo y volver a verlo para no ver los detalles que tenía. Se podría decir que tengo, todavía, algo de él. Algo muy especial.

Evan era muy detallista conmigo.

Me gustaba escribir. Lo había dejado por el trabajo, ya que, me demandaba muchísimo tiempo pero recuerdo que había hecho unas que otras novelas sólo para divertirme. Pero, en una de esas, logré escribir por y para él. Y todo lo que hacía para Evan, lo hacía verdaderamente con sinceridad y amor. Así que decidí escribirle una historia magnífica dónde él era el protagonista. Como lo era en toda mi vida.

Evan: Tu cumpleaños está cerca.

Jenna: Es verdad. Espero mi regalo.

Jenna: Aunque estás lejos.

Jenna: Si estuvieras cerca, por lo menos te obligaría a salir conmigo como obsequio de regalo.

Recuerdo que soné como si quisiera estar con él. En todo sentido. Me golpeé mentalmente, y quise arreglarlo.

Jenna: O sea, no salir de salir, es decir, salir a tomar algo. Salir a pasear. Igual no, no tiene sentido. No me hagas caso

Evan: Jaja, te entendí.

Jenna: Ah bueno.

Evan: Pero te hice algo.

Jenna: ¿En serio?

Evan: Un dibujo de la historia que me has hecho exclusivamente para mí.

Jenna: Quiero verlo.

Evan: Pronto, jaja.

Jenna: ¿Cómo?

Evan: Te lo enviaré. Pásame tu dirección.

Jenna: ¿Estás jugando conmigo, cierto? No puede ser.

Evan: No estoy jugando contigo.

Jenna: Quiero gritar. Ya quiero verlo.

Y fue así, llegó dos días después de la fecha de mi cumpleaños. Cuando el paquete estaba en manos y lo abrí, quedé fascinada. Era un cuadro mediano, con el dibujo de su personaje (que en realidad era él). Era increíblemente bueno. Evan era bueno en todo, en verdad. ¿Cómo podía dibujar tan bien?

Pero había algo que me había sorprendido demasiado. No quería decirle porque sabía que le daría vergüenza admitirlo pero bastaba con saber que él y yo sabíamos lo que aquello significaba. Su firma, en vez de ser su nombre, decía:

"Feliz cumpleaños, Jen.
Atentamente: T.A.J"

Las lágrimas brotaron solas de mis ojos. Había cumplido 20 años y seguía sufriendo por lo mismo y por la misma persona, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo iba a tener este sentimiento que me ahogaba? Me gustaba demasiado y también dolía como como nunca. Admitir, después de todo lo que habíamos pasado y lo mal que me comporté, que me gustaba sólo era una perdida de tiempo y sólo iba a humillarme ante él. Tenía 20 años y seguía enamorada de la misma persona desde que tenía 12.

Tapé mi rostro con mis manos y lloré, mientras escuchaba que mamá entraba por la puerta preocupada por mí, preguntándome qué me había pasado. Cuando vio el dibujo, entendió y se quedó en silencio. Supongo que ella sabía lo que él significaba para mí y decidió callar.

Si hubiese puesto la frase entera, definitivamente hubiese leído...

Te Amo, Jen.

Tal vez si me hubiese arriesgado más. Si hubiese sido una sinvergüenza, entonces lo hubiese dejado todo por él. Tal vez si hubiese tenido un poco más de coraje, ¿hubiese tomado un vuelo hasta él? ¿Por qué me decía "Te amo"?

Estaba muy feliz que me lo haya dicho.

Pero, ¿por qué lloraba tanto?