Melanie
Mis pies duelen, tengo sed y hambre, llevo al menos cuatro horas corriendo, la desesperación vuelve a llegar cuando noto más árboles, sabía que esto era un suicidio, pero quiero luchar, quiero vivir, sé que él no me haría nada, lo amo y el a mí, pero necesita ayuda, está enfermo.
Todo es muy raro, nadie intenta escapar, parecen resignadas, el parece no obligan a nadie, pero no las dejan salir, nadie habla, solo sonríen y esperan a que la noche caiga para dormir, sin embargo, yo escape, en algún punto le prometí a ángel detenerlo si en algún momento se pierde y creo que es el momento, con ayuda de Sam lo hare.
En el lado oeste del rancho, hay muchos contenedores de basura, la señora del aseo los saca cada dos semanas y los deja afuera un día completo, a lado de esos contenedores hay un cuarto que tiene llave, la tienes que conseguir, cuando logres entrar, en el lado izquierdo hay tres repisas pegadas a la pared, tienes que romperlas, ahí hay un pequeño hueco tapado con madera, esa será tu salida, aunque tienes que tener cuidado porque hay cámaras y si te ven a tiempo será muy tarde para ti.
El sol ya está en su punto final, una sonrisa se extiende por mis labios cuando veo carretera, descanso unos segundos, camino sintiendo un gran alivio, camino en la orilla de la carretera solo espero que pase un coche rápido, la noche callo demasiado rápido, ningún maldito coche pasa, tengo frio, me detengo unos segundos.
—¿Me estarán buscando? — murmuro.
La mirada de ángel la noche anterior me preocupo, desde que lo conocí tiene esa mirada vacía, perdida, pero ayer parecía triste, sus ojos se veían brillosos y esta vez solo llego me abrazo y lloro, por un momento me arrepentí, pero no quiero ser cómplice de ningún crimen, esas chicas necesitan ser libres y el…necesita pagar, aunque me duela.
Cuando conocí a samanta creí que era otra chica más, pero parece tener un secreto oculto y al igual que ángel su mirada luce perdida y con un anhelo, ellos dos parecen bastante unidos por algo y muy en el fondo sé que ambos necesitan ayuda. Dos o tres días han pasado, la cabeza me duele, aunque he dormido por tiempos cortos mi energía desapareció, un suspiro de alivio sale mi boca cuando veo una casa pequeña a pocos metros de mí, los ojos me traicionan cuando se cierra, puedo sentir el duro golpe que me doy, sin embargo, sé que estoy segura.
Ya van 24 horas desde que logré huir, desde fui con la policía y los puse al tanto de todo a la policía, por mi apariencia no dudaron y empezaron con la investigación inmediata, miro mi reflejo en el espejo, estoy hecha un desastre, el vestido blanco está lleno de tierra, mi rostro está sucio, tengo ojeras, mi cabello está demasiado enredado.
48 horas…las investigaciones cada vez son más pesadas, entre más avanzan descubren las posibles victimas que pueden estar ahí, lo único que sé es que mañana irán al rancho, le pedí casi le imploré al detective a cargo del caso que me llevara con ellos, tenía que ir por ella, al principio él y mi madre me intentaron persuadir, pero no, le hice una promesa, el, tenía que pagar así ellos estuvieran amarrados, ella tenía que salir, ser libre, dejar de estar en negación.
Melanie
Mis pies duelen, tengo sed y hambre, llevo al menos cuatro horas corriendo, la desesperación vuelve a llegar cuando noto más árboles, sabía que esto era un suicidio, pero quiero luchar, quiero vivir, sé que él no me haría nada, lo amo y el a mí, pero necesita ayuda, está enfermo.
Todo es muy raro, nadie intenta escapar, parecen resignadas, el parece no obligan a nadie, pero no las dejan salir, nadie habla, solo sonríen y esperan a que la noche caiga para dormir, sin embargo, yo escape, en algún punto le prometí a ángel detenerlo si en algún momento se pierde y creo que es el momento, con ayuda de Sam lo hare.
En el lado oeste del rancho, hay muchos contenedores de basura, la señora del aseo los saca cada dos semanas y los deja afuera un día completo, a lado de esos contenedores hay un cuarto que tiene llave, la tienes que conseguir, cuando logres entrar, en el lado izquierdo hay tres repisas pegadas a la pared, tienes que romperlas, ahí hay un pequeño hueco tapado con madera, esa será tu salida, aunque tienes que tener cuidado porque hay cámaras y si te ven a tiempo será muy tarde para ti.
El sol ya está en su punto final, una sonrisa se extiende por mis labios cuando veo carretera, descanso unos segundos, camino sintiendo un gran alivio, camino en la orilla de la carretera solo espero que pase un coche rápido, la noche callo demasiado rápido, ningún maldito coche pasa, tengo frio, me detengo unos segundos.
—¿Me estarán buscando? — murmuro.
La mirada de ángel la noche anterior me preocupo, desde que lo conocí tiene esa mirada vacía, perdida, pero ayer parecía triste, sus ojos se veían brillosos y esta vez solo llego me abrazo y lloro, por un momento me arrepentí, pero no quiero ser cómplice de ningún crimen, esas chicas necesitan ser libres y el…necesita pagar, aunque me duela.
Cuando conocí a samanta creí que era otra chica más, pero parece tener un secreto oculto y al igual que ángel su mirada luce perdida y con un anhelo, ellos dos parecen bastante unidos por algo y muy en el fondo sé que ambos necesitan ayuda. Dos o tres días han pasado, la cabeza me duele, aunque he dormido por tiempos cortos mi energía desapareció, un suspiro de alivio sale mi boca cuando veo una casa pequeña a pocos metros de mí, los ojos me traicionan cuando se cierra, puedo sentir el duro golpe que me doy, sin embargo, sé que estoy segura.
Ya van 24 horas desde que logré huir, desde fui con la policía y los puse al tanto de todo a la policía, por mi apariencia no dudaron y empezaron con la investigación inmediata, miro mi reflejo en el espejo, estoy hecha un desastre, el vestido blanco está lleno de tierra, mi rostro está sucio, tengo ojeras, mi cabello está demasiado enredado.