A través del lago

Capitulo 6

Samanta Williams Cooper

04 agosto 1994 – nacimiento

17 mayo 2006 – desaparición

2010 muerte, se desconoce día y mes.

18 junio 2015 – restos encontrados

El detective a cargo le entrega el expediente al juez, aún hay un largo proceso, los padres de samanta al menos ya tienen donde llorarle, ángel por otro lado no deja de mirar el collar con s de dije, sabe que no hay escapatoria e igual no quiere huir, ya no quiere ser un cobarde, quiere volver a reunirse con el amor de su vida, sin embargo, sabe que eso no pasara, ellos estarán separados por toda una eternidad, aunque le duele prometió buscarla en todas las vidas que le brinden.

17 febrero 2004

Samanta era una niña dulce, le encantaba jugar con su mejor amigo ángel, aunque sus padres le prohibían el juntarse ya que los padres de ángel les resultaba un tanto sospecho. Los niños por otro lado obedecían a sus padres porque sabían que cuando fueran grandes se casarían y vivirían juntos para siempre, en fin, promesas de niños.

—Claro que son malos, por su culpa me están alejando de mi ángel.

Exclama ángel aventándose contra el pasto verdoso, por otro lado, samanta ríe, abraza sus pequeñas piernas, le causaba risa que se llamara ángel y dijera que ella era su ángel.

—Mis padres son algo sobreprotectores, pero seguiré escapando de ellos para poder jugar contigo.

Ángel la mira con un brillo especial en sus ojos, desde que samanta llego a su vida sus días dejaron de ser una catástrofe.

—Promete que siempre estarás a mi lado.

Samanta toma la mano del pequeño, sabe que son niños, pero esta promesa la hace con el corazón, sabe que él está solo, ella no quiere dejarlo más solo.

—Prometo que ni la muerte nos separara.

Ambos niños se sonríen, son unas sonrisas bellas, llenas de inocencia, no existe el mal en sus miradas, ni en sus palabras, mucho menos en sus actos. El señor que los mira desde las sombras sonríe con malicia, nunca había visto una niña tan bonita, tan angelical, 30 países han pisado y jamás se había topado con una chica así de linda.

Samanta era pequeña, tez morena clara, castaña, ojos hazel, era dulce y tenía un corazón enorme la pequeña, sus padres siempre le decían que tenía que ser amable, ayudar a la gente, amar a los animales, siempre tener una sonrisa, lo que nunca llegaron a advertirle era que había gente mala, personas enfermas que solo venían a causarle el infierno a los angelitos.

—No quiero ir — habla ángel.

—No te estoy preguntando, es una orden, el adulto aquí soy yo, mocoso estúpido.

El padre de ángel era un poco, mucho agresivo, tenía 5 esposas contando a la madre de ángel, con aurora la primera pareja tenía tres, con belén tenía dos, con iris cuatro, con alma cinco todas niñas a excepción de Andrea quien tenía un varón y ese era ángel, aunque cuando se enteró de las demás mujeres huyo dejando solo a ángel quien lloraba por ella todas las noches.

“Serás como el”

Eran las últimas palabras que le había dicho su madre, ángel siempre lo tenía presente y era algo que le daba miedo, desde que conoció a samanta él quería ser bueno, un gran hombre.

—Iris es muy mandona — se queja el pequeño.

—No me interesa, necesito salir.

Dándose por vencido ángel soltó un suspiro lleno de pesar, su padre debía irse con alma ya que la más pequeña había tenido un accidente, en el carro ángel se lamentaba de no poder despedirse de Sam, no quería que pensara que la había abandonado, necesitaba idear un plan para volver rápido, los padres de Sam creían que la casera era su madre así que no habría problemas en escaparse.

En la primera gasolinera el padre de ángel se paró por cigarros, aprovechando la distracción ángel huyo, su padre lo vio quiso ir por él, pero eso le quitaba tiempo, subió al carro ignorándolo, ángel era igual de fastidioso que su madre, si se perdía era un problema menos para él, con ese pensamiento se marchó a donde alma.

Por otro lado, el pequeño camino, sus pies dolían, su estómago rugía, el cielo tronaba avisando una próxima tormenta, sin embargo, eso no lo detuvo, camino y camino hasta que llego a su destino, estaba empapado, probablemente moriría de hambre ya que su padre se iría por meses, pero no le importaba, mientras fuera a lado de su amada samanta, con una sonrisa abrió la puerta de su casa y se adentró a ella.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.