A través del lago

Capitulo 8

La chispa ilumino la acera oscura, unos niños divertidos se escondían detrás de la barda, era navidad, todos estaban con sus familias, festejaban esta hermosa tradición, por otro lado, ángel estaba solo en la fría noche, ya que su padre se había ido con una de sus esposas.

Samanta quien estaba acompañada de todos sus parientes decidió escaparse para acompañar un rato a ángel, le llevo un poco de comida y postre, por otro lado, ángel puso los cuetes, ambos jugaron y terminaron toda la comida, sentados en la azotea ambos admiraban el alrededor, no había palabras, juegos o risas, era silencio, un silencio cómodo en el que se sabía que esta el uno para el otro.

Ángel se quedó dormido sobre el hombro de Sam, se sentía tranquilo al saber que era ella y no su padre que en cualquier momento lo golpearía, Sam miraba las luces de los edificios, la ciudad era pequeña, amaba estar con ángel, era un chico increíble, odiaba a su padre por abandonarlo y maltratarlo, se prometió que cuando fuera grande cuidaría de él, lo trataría como se merece y estaría a su lado hasta que él lo necesitara.

2005

La risa femenina se escucha en el pequeño cuarto, resulta que Sam y ángel decidieron ir a explorar casas abandonadas y para su mala suerte se quedaron encerrados, ángel aterrado grita que los salven pues las películas de terror le han dejado un gran mensaje, mientras que Sam se burla de su amigo.

Sam apaga la vela que atraviesa el pequeño pingüino, ángel le avienta el pingüino a la cara, ambos estallan en risas, después de acabar con los pastelitos, se sentaron en las escaleras viendo los carros pasar.

El cumpleaños de ángel fue más animado, decidieron ir en bicicletas a explorar las granjas que están al sur de la ciudad, todo fue maravilloso o eso hasta que ambos niños terminaron llenos de lodo, rieron hasta que su estómago dolió, comieron pastelillos y contaron historias de terror, hasta que el sol llego a su punto final fue cuando decidieron volver.

Los días eran demasiado llenos cuando estaban juntos, hacían travesuras, la señora casera horneaba galletas y salía a comerlas con los niños, ella era una señora solitaria, su esposo la abandono y ella decidió no involucrarse con nadie más sentimentalmente, amaba a los niños porque siempre anhelo uno, sin embargó, Dios no le dio la oportunidad de tener uno. Así los meses pasaron y risas inocentes acompañaban cada estación.

—Derecho niño — hablo belén.

Era una señora que creía en la religión, iba todos los domingos con el padre de ángel y sus hijas a la iglesia, esta vez tuvo que ir ángel en su lugar, aunque nunca le habían hablado sobre Dios, cada que belén lo cuidaba se encarga de inculcárselo, de hecho, era con la que mejor se llevaba.

—Dios. Es ¿poderoso?

—Ujum — la señora estaba concentrada en la misa.

Ángel miro al frente, las figuras de cerámica que se alzaban en lo alto, si Dios era poderoso y todos se encomendaban a él para que les hiciera milagros o para que los ayudara a seguir, ángel lo quería intentar, las cosas con su padre iban de mal en peor, si le pedía a Dios que su padre fuera bueno tal vez solo tal vez sería un niño feliz.

—L-lo lamento, yo quería.

Una bofetada resonó en el pequeño cuarto, el padre de ángel estaba furioso, por accidente había tirado un frasco de veneno para ratas sobre el pan y una de las niñas de belén lo había ingerido, la pequeña ya estaba mejor, pero eso no quitaba el hecho de que su padre lo haría pagar.

—Escuincle idiota, pudo a ver muerto.

—Ella está bien, le dije con tiempo a bel-

—El que debería estar muerto eres tú, no sé porque tu madre te dejo conmigo si yo tampoco te quiero, ¡maldito estorbo!

El corazón de ángel latió con fuerza su padre era duro con él, pero jamás lo había despreciado o al menos eso creía, el cuerpo de ángel cayo al frio suelo, los golpes y gritos continuaban, sin embargo, ángel se hizo bolita y solo cerro los ojos esperando morir pronto. Un pensamiento llego a su mente, porque Dios ayudaba a otras personas y no a él, que crimen cometió para ser odiado, era muy joven para cometer pecados.

Su corazón era noble como para guardar rencor, aunque su padre tuviera mil mujeres el haría lo que fuera por aceptar eso, pero… que no era pecado eso, belén decía que la lujuria era un pecado, que la soberbia era pecado, ángel aun no cometía ningún pecado como para estar pagando su sentencia.




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