*Este capitulo contiene temas delicados que requieren madurez, este tipo de temas no deben ser normalizados ni mucho menos romantizados, si no te gusta te pido que saltes este capitulo o simplemente dejes de leer, la sensibilidad es mucho mejor al morbo, ultimo comentario, este capitulo fue escrito porque es necesario en la trama*
Capítulo 10
Ángel
Pasaron dos años desde que el imbécil de Esteban me encerró y a Sam también, aunque intente sacarla era difícil, siempre terminaba en golpes, la última vez que intente pedir ayuda, la policía fue a casa y desde ahí ahora vivimos en un baño, cada que viene borracho hago que se esconda en una cajonera, a veces la molesto diciéndole que es demasiado fastidiosa.
Pero realmente su sentido del humor rancio ha funcionado para que no pierda la cordura, acaricio su cabello, ahora mismo duerme en mis piernas, el corazón me duele cuando veo sus ojos llorosos después de que me haya golpeado, mi madre tenía razón, soy una basura igual que estaban, sin querer la metí en mi mierda.
…
Aún recuerdo el día en el que empezó mi verdadero infierno, esteban había llegado ebrio, le dije a Sam que se escondiera, me obedeció, entro el imbécil y me saco, fruncí el ceño, no estaba ebrio, de hecho, se veía…feliz, lo miro con el ceño fruncido cuando en la sala veo a un montón de señores, cuando entramos a la cocina todos se giran a verme.
—Traigan una silla para el chico — habla uno.
—Tu padre dijo que hoy es tu cumpleaños, vamos a darte una sorpresa.
Me empujan contra una silla, intento levantarme, pero unas cuerdas me aprietan el cuerpo, me quedo quieto cuando veo que empiezan a sacar botellas de licor, hablan de temas sin sentido, mujeres y alguno que otro negocio, miro a mi alrededor, sonrió cuando veo que ya van con su décima botella, si se logran emborrachar podemos escapar, busco a esteban mas no lo encuentro, cuando se dan las doce de la media noche todos se van a sentar, mi padre se va a la habitación.
—¿Qué planean?
Mi cuerpo se pone rígido cuando veo a Sam salir, todos empiezan a chiflar, intento zafarme.
—Q-que hacen.
—Es momento de que te demos tu sorpresa.
Puedo ver los ojos de Sam cristalizarse, me da una sonrisa que para nada mi tranquiliza, el imbécil de esteban la avienta contra el piso, lo miro mal, las manos me pican, mis ojos se dirigen al cerdo que la toma del pelo y la estrella contra su pantalón, es inútil querer zafarme, pero no dejare de luchar.
Uno de ellos la golpea, el otro la toma de los brazos, otro de las piernas, mi mandíbula se tensa cuando comprendo la situación, esteban se desabrocha el pantalón.
—Ni se te ocurra — amenazo.
Esteban suelta una carcajada, se acerca a mi propinándome un puñetazo.
—Es solo una puta, relájate — frunce su ceño — ¡Oh! Entiendo, tú la quieres probar primero.
Sé que siempre me odio, pero sigo sin comprender porque a ella, que le hizo ella, dirijo mi mirada ella, está llorando presa del miedo.
—No mires — susurra.
—Lo siento pequeño hijo, necesito saber si es buena, no le puedo regalar algo chafa a mi hijo.
—Hijo de pu-
Su puño impacta contra mi mejilla, las lagrima me quieren salir.
—Cállate y ahora disfruta de tu maravillosa sorpresa.
Intento zafarme, los gritos desesperados de Sam me ponen nervioso, cierros los ojos, ya no puedo controlar más las lágrimas, escuchar como esos cerdos la lastiman me duele, pero juro que me las pagaran, jalan de mi cabello con fuerza, me quejo, me obligan abrir los ojos.
—No es divertido si no miras.
Mi barbilla tiembla cuando veo a Sam con moretones, está llorando, su mirada se encuentra con la mía.
—No mires — vuelve a susurrar.
—Juro que se arrepentirán.
Grito, aunque se ríen de mi pronta valentía no me importa porque sé que pronto los veré suplicando, mi mandíbula se tensa y mi mente solo piensa en matar.
—Creo que tu hijo tiene envidia.
Me mira el cerdo con lujuria, esteban se encoge de hombros, me mira son una sonrisa torcida y de su boca sale un “estrénalo, si quieres”, sus sucias manos recorren mis piernas, intento patearlo, pero no funciona, me amarran inmovilizándome más, el maldito cerdo balancea su pene delante de mí, una arqueada me invade, no sé qué hice, pero el infierno ya lo estoy viviendo.
Abro los ojos lentamente, la luz del sol pega en mi cara, me levanto, una punzada en mi cintura me hace quejarme, veo mi cuerpo desnudo, hay moretones por todos lados, miro a mi alrededor, no hay nadie, puede que sea una trampa, pero es una buena oportunidad para escapar, busco a Sam, mi corazón empieza a latir con fuerza cuando no la visualizo, entro al baño, suelto un suspiro cuando la veo ahí acorrucada temblando, con sangre, mis puños se aprietan cuando veo los moretones. Acerco una sábana para tapar su desnudez.