La tumba estaba hermosa, la rosa que planto hace un año ya tenía más retoños, era una rosa roja, diario venía a visitar la tumba, era ya una costumbre, los días se sentían ligeros, sin miedos, sin ataduras, se sentía la libertad, Ángel sonrió despidiéndose de Sam.
Se levantó y tomo la mano de su amada esposa Melanie, la chica que desencadeno la polémica hace cinco años, Melanie fue la primera chica que Ángel vio con otros ojos, la vio como una compañera, la vio con lujuria, la vio como alguien a quien amar, cuando se supo la verdad Melanie busco a Ángel.
Quien se había intentado suicidar, a pesar del daño y traumas generados, belén una de las mujeres de su difunto padre lo salvo y ayudo a escapar, sabía que era un chico con el corazón y alma rota, Melanie estuvo con él, por otro lado, Sam al fin encontró la paz que tanto busco, aunque le habían arrebatado la vida, ella se sentía feliz por ver a Ángel feliz, compartieron el mismo dolor por años.
Se tuvieron el uno con el otro hasta el final, ganaron la guerra, Sam sonrió, se levantó del árbol en el que observaba a Ángel y se fue con su padre quien falleció dos años después de que al fin encontraran a su pequeña, caminaron juntos por el camino de flores que los guiaba.
Ángel quien aún luchaba con sus demonios estaba aprendiendo a vivir, cuando cumplió 29 años tuvo mellizos, cada que los veía lloraba porque le recordaba a él y a Sam, los pequeños quien se llamaban Arturo y verónica crecieron con amor, Ángel junto a ellos era como un niño aprendiendo a ser amado.
Claro que los años pasaron, Ángel envejeció, vio a su familia crecer y madurar, después de todo cumplió su sueño de tener una familia, aunque el ciclo natural de la vida cayo en él, no le dolió morir porque sabía que su mejor amiga lo estaba esperando
—Tardaste mucho — se queja Sam.
—Es que no había transporte.
—Vayamos por un helado.
—Quiero buscar a mi perro.
—Si…en cuanto supo que vendrías huyo.
—Sam…cállate.
—Estas tan arrugado como una pasa.
—Sam…cállate.
—Gracias a Dios los mellizos no se parecen a ti, heredaron la belleza de la madre.
—Sam…
—Fue divertido ver cómo te caíste de la bici por enseñarle a vero.
—Cállate.
Ambos caminaron por un camino lleno de pétalos blancos, el tiempo nos los distancio de hecho ambos se echaron de menos, tenían bastante tiempo de sobra para ponerse al corriente.
Fin.
***
Se que fue demasiado corto tanto la historia como el prologo, pero...solo escribi lo que soñe, mi imaginacion no me dio para imaginar mas cosas atroces, aunque debo admitir que con cada capitulo llore, el prologo fue lo mas largo que pude, ya que lo unico que queria transmitir y no sabia que poner ademas de "libertad", bueeno "A traves del lago" se despide de ustedes, no oliven darle me gusta, estrellita, comentar y compartir :)