A través del tiempo (2023)

CAPÍTULO 42

Unas semanas después, todo volvió a la normalidad que había antes del verano. Bueno, casi, ya que la relación de Paula y Saúl iba viento en popa, con sus discusiones y sus correspondientes reconciliaciones, pero estaban felices.

Aunque era de dominio público, aún no habían hecho nada oficial, por María principalmente. Paula no quería ilusionarla y que si aquello no terminaba bien, ella sufriera.

Sonia también estaba en Valencia, le habían dado unos días libres después de haber trabajado todo el verano, se lo había ganado. Estaba feliz por su sobrino que, tras una larga conversación para aclarar las dudas de ambos, estaba como ella no lo había visto jamás y todo era gracias a Paula por la que también estaba muy contenta, a los dos los quería como si fueran sus hijos.

Paula llevaba una semana en el gabinete de su ex-profesora, estaba aprendiendo muchísimo y lo más importante, amaba su trabajo, estaba muy a gusto allí. Incluso se planteó que en un futuro cursaría un máster en psicopedagogía para complementar su formación.

En pocos días, Paula cumplía veinticuatro años y Saúl y Sonia le estaban preparando una fiesta sorpresa con la ayuda de María, que consistía en que no se le escapara nada y la niña hasta el momento, había cumplido

En la víspera del treinta de Septiembre, Sonia estaba repasando los últimos detalles para que todo saliera bien al día siguiente. Sería una pequeña reunión en casa, con amigos y familia, nada espectacular. Pero sabía que ella no se lo esperaba y que le haría mucha ilusión. Llamaron al timbre y Sonia no sabía quién podía ser ya que no esperaba a nadie ese día.

—Hola Sonia—la saludó cordialmente—No sabía que estabas en Valencia, pensé que seguías de viaje.

—Pues ya ves, aquí estoy—aunque aparentaba serenidad, por dentro seguía sintiendo esas cosquillas que sólo él le provocaba—Pasa si quieres.

—Gracias—estaba muy nervioso pues, cuando Saúl lo invitó al cumpleaños de Paula, daba por hecho que Sonia no estaría por allí y mucho menos esperaba estar solo con ella—¿Está Saúl por aquí?

—No, aún no ha llegado—se puso las manos detrás de la espalda y las apretó con fuerza.

—Me llamó para invitarme al cumpleaños de Paula. Sé que es mañana pero decidí adelantarme—sonrió y ni sabía por qué—Me alegra mucho que por fin Saúl haya dado el paso con Paula. Esos dos se merecen ser felices.

—Sí, yo también estoy muy contenta por ellos—se asomó por la ventana para ver cómo las nubes se avecinaban hacia allí, pronto caería un buen aguacero—¿Y cómo está Lola? ¿Y el bebé?

—Pues bien, creo.

—¿Cómo que crees?—Sonia se giró y se puso las manos en la cintura.

—Lola me echó de su casa hace dos semanas—confesó—Pero creo que está bien, y en cuanto a la niña…

—¿Es una niña?—la expresión de sus ojos se suavizó.

 —Sí, sólo espero que no saque el carácter de su madre—bromeó haciendo reír a Sonia—Había olvidado el sonido de tu risa—se acercó hasta ella, quien a su vez estaba retrocediendo hasta que su espalda topó con la ventana.

—Gael—susurró—Aléjate de mí…por favor—le pidió sin apartar su mirada de sus ojos dorados.

—Lo he intentado por años, pero…es imposible—la tomó de la cintura para acercarla más a él—Eres tú…siempre serás tú—estaban a punto de besarse cuando la puerta de abrió, era Saúl y otro chico al que no conocía.

—Emm ¿Qué haces tú aquí?—preguntó Saúl. Todo había pasado muy rápido pero juraría que su tía y su amigo estaban a punto de hacer algo.

—Bueno, tenía ganas de verte—Gael se alejó de Sonia tratando de disimular que allí no estaba pasando nada.

—Podías haberme llamado—apuntó demasiado serio. Sabía lo que ocurría entre ellos y no le importaba, pero que Gael hiciera eso con su tía estando casado con otra mujer, no le hacía mucha gracia—Bueno—se aclaró la garganta—Este es Marc, mi primo.

—Hola ¿Qué tal?—le costaba ser el centro de atención, sobre todo delante de desconocidos.

—Y ellos son Sonia, mi tía—la mujer saludo tímidamente—Y Gael, mi mejor amigo de toda la vida.

—Un placer—añadió su amigo mientras le daba la mano—A ver, una duda que tengo, ¿Paula no se va a extrañar que casualmente nosotros dos hayamos venido casi al mismo tiempo?

—Cierto—le dio la razón—Así que nosotros nos vamos antes  que se le ocurra parecer por aquí.

—Sí, esa es una excelente idea—añadió Sonia—Nos vemos mañana.

Así pues, Saúl, Gael y Marc, salieron de la casa para no estropear la sorpresa para Paula.

Esa misma noche, mientras Paula preparaba a María para que se fuera a dormir, la pequeña se debatía entre aclarar la duda que ella tenía o seguir investigando por su cuenta.

—Cielo ¿En qué piensas?—la niña estaba demasiado callada y no era normal—¿Ha pasado algo en el colegio?

—No mami, está todo bien en el colegio.

—Entonces ¿Por qué estás tan pensativa?—su hija negó con la cabeza—Puedes contarme lo que sea ¿Lo sabes, verdad?

—Sí, lo sé, pero es que…—María se puso de pie encima de la cama y puso las manos sobre los hombros de su madre—¿Si te pregunto una cosa, me la vas a contestar?




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