Capítulo 3

Hola a todos! Les traigo un nuevo capítulo. Espero lo disfruten.

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Los días fueron pasando, las semanas y meses también. Hasta el momento las clases habían tenido un nivel intermedio. Eran pocas las veces en las que tenía alguna crisis académica.

Me metí al club de lectura junto a Sofi y al de danza nos apuntamos las tres.

De vez en cuando veíamos a Santi y a sus amigos; a pesar de que ellos estudiaban en nuestro mismo turno, cada quien estaba involucrado en sus asuntos. Debo admitir que esperaba encontrarme con August más seguido, pero las veces que lo había visto eran escasas y no pasábamos de un hola por mi parte y una inclinación de cabeza o una suave sonrisa por la suya. Así que cuando mis pensamientos evocaban su belleza, su sonrisa, sus labios, mi mente activaba la alarma automática que me recordaba que tenía novia. Después de eso, se me pasaba.

Para ser sincera, la poca atracción que sentía duró 2 meses con una semana. Mi parte racional me decía que no podía estar realmente interesada en un chico que solo había visto un par de veces y con quien ni siquiera había conversado. Absurdo, pensé.

Así terminó el primer año académico, sin nada interesante en mi vida. No me quejaba tampoco, obtuve el primer puesto en mi salón y las vacaciones me esperaban. Incluso ya tenía una lista de libros románticos que leería esos tres meses. Claro que también saldría de vez en cuando con mis amigas e iría por una temporada a Piura pues mi abuela materna vivía allí.

Las vacaciones pasaron volando. Ingresamos a segundo año. Aquel año nos dictarían clases de alemán. Estaba emocionada. Tuve la oportunidad de conocer a la que sería mi profesora en el aprendizaje de dicho idioma. Era una mujer alegre y dinámica, pero también era estricta y sobre todo amaba su profesión.

La primera clase de alemán me dejó satisfecha. La profesora nos informó que contaríamos con la ayuda de un estudiante de cuarto año que practicaría con nosotros y nos ayudaría a mejorar nuestra pronunciación. Lo conoceríamos la siguiente clase pues ese día no había podido llegar por problemas personales.

—¿Quién creen que sea el apoyo de la profesora? —preguntó Kate sentada en mi cama.

—Ni idea—me encogí de hombros—. Se supone que los de cuarto ya tienen experiencia hablando alemán, puede ser cualquiera. Talvez sea el que ocupe el primer puesto.

—Talvez, lo único seguro es que es un hombre—rodé los ojos—Puedes preguntárselo a Santi, Sofi. Él es de cuarto, talvez sea él, ¿no creen?

—No creo, el alemán no se le da muy bien, el japonés es otra historia—contestó Sofi, quien se había tensado por unos instantes ante la mención de Santi.

—¿Y tú como sabes eso? —pregunté curiosa.

—Bueno, me lo dijo su hermano.

—¿En serio? —levanté una ceja.

—Sí. En fin, talvez sea ese chico churro que conocimos en la fiesta—soltó.

—Querida, la fiesta abundaba de chicos guapos y conocimos a muchos—comentó Kate.

—Al amigo de Santi, el que tiene pinta de modelo de Calvin Klein—mis pensamientos fueron a August rápidamente.

—¿August? —preguntó Kate.

—Ese mismo.

—¿No te gustó por un tiempo Gia?

—Un par de meses, está superado—afirmé.

—Amiga, no sé cómo puedes decir eso. Ese bombón está de muerte—dijo mordiendo su labio inferior.

—¿Te gusta?

—Uh no. No voy a negar que está bien guapo, pero no es mi tipo.

—Claro porque lo tuyo son los chicos tímidos Kate, te gusta corromper su inocencia. Que mala—comentó Sofi sarcásticamente.

—Malísima, cielo—rió Kate—. A ti también te gustan los tímidos, Sofi; aunque después de ese encuentro con Santi no estoy tan segura.

—Yo tampoco—admití—. Me atrevo a decir que ahí hay historia y tienes que decírnosla. Además, como se nos ha podido pasar si hemos sido amigas casi toda la vida.

—Están inventando cosas. Entre Santi y yo nunca hubo ni habrá nada. A él solo le gusta fastidiarme.