Capítulo 4

Hola a todos! Les traigo un nuevo capítulo de esta historia. Espero les guste.

Les pido su apoyo con likes y comentarios. Bendiciones :)

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La clase transcurrió sin problemas. La maestra nos hizo presentarnos a cada uno para que August pudiera conocernos y luego procedió a dictar la clase. Nos estaba enseñando el abecedario y las preguntas y respuestas básicas que haces cuando conoces a una persona; ¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué idiomas hablas?, cosas como aquellas.

La mayor parte de la clase evitaba mirar en dirección a August que estaba sentado a cuatro carpetas de distancia. A veces me parecía sentir su mirada sobre mí; sin embargo, no volteaba a comprobarlo. No necesitaba pensar en August en este momento, ni en ningún otro.

Lo difícil fue cuando la profesora nos dividió en grupos y me separó de Sofi y Kate, ella trabajaría la pronunciación con uno y August con el otro. Para mi suerte, sarcasmo puro, August trabajaría con nosotros. Mostré indiferencia ante la decisión y traté de tener una conversación con algunas compañeras, pero ellas solo estaban interesadas en contemplarlo. Para colmo el grupo era impar y yo era la que sobraba. Lo bueno era que ya me sabía la conversación de memoria, pero no tenía con quien practicarla. Dejé caer mi frente contra la carpeta, así de frustrante.

—Al parecer no todos están disfrutando la clase—dijo August parado a mi costado. Mi cara siendo cubierta por mi cabello.

—Creo que estas equivocado, yo realmente estoy disfrutándola, no se nota en mi expresión—comenté en tono sarcástico, sentándome adecuadamente y dándole una gran sonrisa. Él sonrió.

—Temo que debo contradecir tus palabras. ¿Por qué no estas practicando? —preguntó.

—Talvez sea porque en este grupo todos tienen un amigo o amiga cercana y las mías se encuentran en el otro grupo. Estoy desolada—me quejé.

—Que exagerada me saliste.

—Lo siento, es parte de mi personalidad. Me sale tan natural.

—Y bastante sarcástica también.

—Perdona, no quise ser grosera—ofrecí mis disculpas sinceramente.

—No lo fuiste. No es que me intimides tampoco—se encogió de hombros.

—¿No? –pregunté con el ceño fruncido—A los chicos no les gustan mucho las chicas listillas, o eso creo.

—Bueno yo no soy todos los chicos.

—Ya, me parece que tu enamorada tampoco es un pan de Dios—solté.

—¿Mi enamorada?

—Kendra, ¿no era ese su nombre? La recuerdo del cumpleaños de Darla—le recordé.

—Ah…ya no es mi pareja—dijo con indiferencia.

—¿No? —esa pregunta siendo formulada con demasiada alegría y curiosidad.

—Pareces interesada en el tema—arqueó una ceja.

—Oh no que va—desestimé el asunto—. Es solo que parecían felices y estables.

—No éramos tan felices como crees. Bueno, eso no importa. El cumpleaños de Darla fue el año pasado…eres la chica que usaba aquel vestido rojo que remarcaba sus curvas, ¿verdad? ¿Gia, cierto?

—Sí, esa soy yo—confirmé sintiendo mis mejillas comenzar a sonrojarse por lo que había dicho de mi vestido.

—Ya me parecía. Por lo general te suelo observar de lejos—soltó.

—¿Cómo dices?

—Eh…quiero decir que te he visto de lejos algunas veces, me parece que no pasamos de hola.

—Sí bueno soy una chica de segundo y tú un chico de cuarto, no creo que tengamos muchas cosas en común aparte de estudiar lo mismo. Nuestro círculo social tampoco es el mismo, si es que puedo denominar circulo a mi pequeño grupo de tres. En fin, estoy hablando cosas que no te deben interesar. Suelo ser callada—culminé mi pequeño discurso.

—No lo creo.

—Puedes preguntar.

—Por lo visto eres callada pero no tímida, me gusta—¡Rayos! Me quedé observando sus labios por unos minutos.

—Gracias—fue lo único que atiné a decir—. Ahora creo que deberíamos practicar. La profesora nos está observando y la chica de en frente me está dando una mala mirada—la cual se esfumó en cuanto August le dio una sonrisa. Rodé los ojos.