A tu lado aprendí a amar

Capítulo 2: Pequeña dulzura

Leonardo Sinenci

Hoy habrá un gran evento social donde asistirán algunos nuevos inversionistas a quienes planeo presentar una nueva actualización para dispositivos tecnológicos, que estoy seguro será un proyecto exitoso. Sera otra noche de negocios más o eso pensé.

Llego la hora de prepararme para la reunión, me coloco un traje gris oscuro de tres piezas hecho a medida, combinada con una corbata rojo vino, últimamente el rojo se ha vuelto mi color preferido.

La reunión fue un éxito, tengo varios inversionistas interesados en mi nuevo proyecto, y es lo que necesito, seguir construyendo la imagen de joven exitoso, dueño de la compañía tecnológica, Sinenci Group, una forma de ocultar el verdadero negocio familiar y que nos ha valido la fortuna y el poder que tenemos.

No suelo quedarme más tiempo del necesario en este tipo de eventos. Me estaba despidiendo de algunos conocidos, y entonces la vi, esa pequeña descarada estaba muy sonriente platicando con sus amigas, no se ha percatado de mi pues esta de espaldas, pero puedo ver como su hermoso cabello rizado color fuego destacaba entre todas ellas y esa apetecible silueta, vaya que la recuerdo muy bien, puede ser que me equivoque o tal vez no.

Me disculpo con mis socios y camino hasta ella, para quedar justo detrás de su espalda. Sus amigas me ven y les dedico una sonrisa que las hace sonrojarse, pero mi atención esta noche solo es para la pelirroja, que voltea y se queda sorprendida, mirándome con esos grandes ojos color miel, una sonrisa se forma en mis labios y me acerco hasta su oído para susurrarle “Te encontré dolcezza”. Siento como se estremece con mi cercanía mientras pienso en cómo hacer que pague su atrevimiento.

Aria Angelini

Tenía claro que mi carrera de medicina era lo único importante y por eso no daba pase a relaciones que pudieran distraerme y afectaran mi rendimiento en la universidad. Ya era difícil lograr que mi padre aceptara que estudie una carrera, pues era común en mi familia hacer acuerdos matrimoniales con las hijas, los cuales aseguraran algún beneficio para ambas familias y yo no quería eso para mi vida. Aún así me esforcé y logré una beca completa. Además, me mude a un pequeño apartamento cerca de la universidad. Disfrutaba de la pequeña libertad que poseía lejos de mi padre, fue entonces que el ciclo pasado conocí a un chico que me convenció de darle una oportunidad.

Nunca en mis 20 años me había comportado de forma coqueta o descarada con ningún hombre, a pesar de tener novio o tenía hasta que hace unos días descubrí que el muy imbécil me engañaba con su “amiga”. Según él, yo era muy fría y aburrida, por eso se cansó de mí. 

Fue entonces que mis amigas Victoria y Luciana me convencieron de ir a celebrar el fin de semana por el término del ciclo y de paso sacarse fotos con chicos guapos, nada menos que en un club nocturno.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.