A tu lado aprendí a amar

Capítulo 3: Sorpresa

Luciana: Vic, ¿Dónde has obtenido las entradas?

Vic: Son entradas gratis por la inauguración del nuevo club, se las pedí a mi hermano, el pensaba asistir con sus amigos, pero me debía un favor así que….. 

Aria: Este lugar parece muy exclusivo, de seguro el dueño es un viejo millonario, ya sabes alguien con negocios ilegales que busca justificar sus cuantiosos ingresos. 

Luciana: Claro podría ser como don Vito Corleone, un poderoso jefe de la mafia.

Vic: Quien sabe si alguna de las tres llama su atención y se convierte en su señora.

Las tres nos reímos - ¡Esta noche será la mejor! - Comento Aria.

Narra Aria:

De algo estaba segura, demostraría que podía divertirme y ser capaz de llamar la atención de cualquier chico que me sacara a bailar. 

Nos entregaron mascaras como temática de la inauguración, me pareció algo peculiar.

- Siiiii, esta noche estará llena de sorpresas ajajaja - agregó Vic.

Quien imaginaria que la sorprendida seria yo al final.

…………….....

Aria Angelini

La noche anterior fue una completa locura, siento que mi cabeza va a explotar y no es para menos creo que bebí hasta perder la conciencia o el juicio, lo que haya sido primero porque no recuerdo ni como llegue a esta habitación.

Intento parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz del día, busco a las chicas con la mirada, pero lo que veo me deja desconcertada, a mi lado está un hombre de cabello castaño dormido boca abajo, no puedo ver su rostro pues su cara está mirando hacia el otro lado, pero puedo notar un tatuaje con forma de serpiente en la espalda baja. Y sé que estoy en problemas, entonces recuerdos borrosos llegan a mi mente.

Vic yendo a la barra por más bebidas, Luciana bailando con un chico y yo tratando de llegar a un baño para retocar mi maquillaje. Al regresar Vic nos llama para que la sigamos hacia el segundo piso donde había alquilado una sala y a unos guapos acompañantes. La música estaba tan fuerte que no alcance a escuchar bien si era 3 o 13 el número de sala, de todos modos, subí, pero una chica tropezó conmigo y perdí de vista a mis amigas. 

Sin más decidí entrar a la sala número 3, ahí encontré sentado a un hombre enmascarado de cabello castaño con las mangas de su camisa negra dobladas hasta los codos, observándome con unos ojos azules que parecían querer arrastrarme al profundo océano. Sentía como me recorría con la mirada y mis piernas parecían gelatina, estaba totalmente nerviosa por esa aura seductora y peligrosa que emanaba, debía estar totalmente roja de la vergüenza. 

No pensé que Vic tendría tanto como para gastar en estos acompañantes, que puedo asegurar no salieron nada baratos. Aun así, me preocupé por no ver a mis amigas y me di la vuelta, dispuesta a salir de la habitación. Algo me dice que este hombre es como una hoguera, ardiente y peligroso, un fuego con el que no estoy dispuesta a quemarme.




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