Está vez decidí que lo mejor sería bajar por el ascensor en lugar de las escaleras infinitas. Para mí fortuna nos estaba acompañando una señora de pelo cano que hablaba por teléfono a un volumen demasiado alto y eso evitó que Carter hiciera preguntas sobre a dónde estábamos yendo porque si preguntaba ni yo sabía que responder. Salimos del edificio y el día estaba soleado, pero en el horizonte se alcanzaba a distinguir una gran franja de nubes grises amenazando con arruinar el buen clima citadino con un diluvio en la tarde. La señora aún estaba caminando delante nuestro a un paso demasiado lento haciendo que Carter se impacientara, podía notarlo en el modo demasiado fuerte de agarrar su llavero mientras apretaba y aflojaba la mandíbula al tiempo que fulminaba con los ojos la nuca de la señora; incluso me temía que de un momento a otro le dejara un cráter en esa zona. Su impaciencia me recordaba un tanto a Jeison Hertz quién era amante de las carreras ilegales y puesto que su padre era el juez, tenía vía libre para realizarlas siempre y cuando no dañara nada ni nadie, pero por supuesto Jeison nunca fue de seguir las órdenes. Era típico de esa familia dañar a otros y lavarse las manos.
-¡Aleluya! Creí que nos volveríamos igual de ancianos que ella caminando tras sus talones.
La descarada expresión de Collins me regresó a la realidad y llevó de regreso los recuerdos a su obscuro rincón, ese del cuál no debía salir jamás.
-Ahora que estamos afuera y seguros de que esa mujer habladora con megáfono no fue enviada por tu madre a espiarnos… ¿Quieres decirme a dónde vamos?
Carter me preguntó con una mirada realmente curiosa al tiempo que nos sumergíamos en el callejón. Al principio me pregunte porque nos metíamos ahí, pero entonces recordé que él tenía su motocicleta y comprendí que si quería seguir adelante con mi plan, debía subirme a ella.
-En realidad no depende de mí estrictamente.
-¿A qué te refieres con eso Parcker? Además ¿Has olvidado que manejo un vehículo de dos ruedas?
-No, no lo olvide. ¿Qué hay con eso?
-A las chicas les asustan estos tipos de cosas y tú…
-¿Por qué ustedes asumen que por ser mujeres todas le vamos a temer a una motocicleta?
Él me miró sorprendido cuando lo interrumpí con mi voz un tanto exasperada y mi mano en la cintura haciendo hincapié en mi molestia por su anticipado y erróneo pensamiento basado en viejos estereotipos.
-No todas le tememos al hecho de montar en un birrodado; el único problema sería si tú fueras un pésimo conductor. ¿A caso lo eres?
Yo ya sabía la respuesta incluso antes de que él abriera su engreída boca, no cualquiera podía tener una motocicleta como la suya y mucho menos si no puedes manejarla.
-Niña, soy un excelente conductor.
Estuve a punto de reprocharle lo de “niña”, pero entonces vi a Marcus pasar por la boca del callejón y la ansiedad afloro en mi estómago por el miedo a perderle la pista.
-¿Nos vamos o qué?
-Muy bien, primero que nada debo admitir que me atrae tu entusiasmo por viajar en mi Daysi, segundo, partiremos en cuanto tengas tu linda cabecita dentro de este casco.
Lo mire a los ojos sintiendo la irritante necesidad de preguntarle porque llamaba Daysi a su moto, pero no era el momento para preguntarle eso por lo que en su lugar tome el casco negro cromado que estiró en mi dirección. Él sonrió ante mi gesto y lo interpretó erróneamente.
-¿A caso creíste que viajarías con tus cabellos al viento? Por supuesto que no será así pequeña; o viajas con ese casco o no hay viaje. No quiero que tu madre me mate, si te soy honesto aún deseo vivir.
Cómo yo lo veía tenía dos opciones: o me quedaba señalando el hecho de que ya no era una niña y perdía la pista de Marcus, o lo dejaba estar, pero lograba conseguir mi viaje y ver lo que tramaba ese tipo. Y como una persona realmente sensata, decidí dejar la discusión para después y colocarme el casco para que Carter moviera su culo de una vez. Cuando nos asomamos a la calle miré hacía la derecha y vi a Marcus subir en un Nissan negro.
-Tu solo sigue a ese Nissan negro.
Creí que Collins me preguntaría la razón, pero él simplemente obedeció y en cuanto el auto arrancó, también Carter lo hizo.
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Editado: 29.06.2024