Mi madre está más alegre durante estos últimos días: a diferencia de mí. No he visto a Carter desde aquella noche en mi baño, hace una semana ya, y eso me tiene molesta e inquieta al mismo tiempo.
-Peyton.
-Mamá.
-Tengo una cita está noche.
Me lo dijo tan de repente que casi me atraganto con mi desayuno, pero me recupere y trate de poner mi mejor cara de “todo está fabuloso”.
-¿Ah sí? Me alegro mucho por ti mamá.
Y de verdad lo hacía. Estaba feliz de que mi madre al fin estuviera superando la muerte de papá y Marcus parecía un tipo decente. Incluso era doctor y al parecer conocía bien a mi madre y ambos se querían, por lo que si está era una segunda oportunidad para mi madre de ser feliz, bienvenida sea. Quería que así fuera, pero no podía dejar de sentir un atisbo de envidia porque ella no estaba siendo ignorada por su pretendiente; cómo yo.
-Entonces. ¿No te molesta?
-Claro que no mamá. Marcus es un buen hombre y si él es capaz de hacerte feliz, entonces es más que suficiente para mí.
-Gracias por entender cariño. Y, hablando de este tema, veo que las cosas han… mejorado entre Carter y tú.
Suspiré con fastidio y le di un gran mordisco a mi tostada con un poco de rabia y la mermelada de arándanos salto ensuciando mi camiseta y rostro.
-¡Ah genial! Lo que me faltaba. Y, si, también creí que habíamos logrado algo, pero está última semana él simplemente desapareció y no he tenido noticias suyas.
-Quizá este ocupado cariño.
En ese momento el timbre sonó y mi madre me preguntó si podía atender yo; ella estaba revolviendo la salsa y no podía dejarla o se pegaría. De camino a la puerta tome una servilleta descartable para intentar limpiar mi desastre de mermelada.
-¿Si? ¿A quién busca?
Pregunté al abrir la puerta y sin ver quien estaba al otro lado. Entonces, sin previo aviso recibí un beso justo en la comisura de mis labios.
-Creo que te faltó limpiar ahí, pero tranquila, ya me encargue, pequeña.
-¡Carter querido! ¿¡Eres tu!?
-¡Si señora Parcker!
Mi madre podía tener un excelente oído cuando se lo proponía y está era una de esas veces.
-¿Y me dejaras entrar?
-¿A caso tengo otra opción? Cierra al entrar.
Me marche dejando a Collins con el ceño fruncido y sin comprender porque estaba como estaba.
-¿A caso hice algo para molestarte?
-No sé, dímelo tu.
-¿A qué te refieres?
-Al hecho de que desapareciste una semana y no he tenido noticias tuyas, no siquiera tengo un número al cual llamarte para saber si aún sigues con vida, y hoy de la nada apareces y me plantas un beso en la puerta de mi casa.
-Ah. ¿Estabas preocupada por mi?
Me voltee a verlo a la cara y por supuesto él estaba sonriendo como un idiota.
-¿Es en serio? ¿De todo lo que te acabo de decir, eso es lo que destacas? Mira Carter Collins, yo no sé con que tipo de chicas estás acostumbrado tu a tratar, pero te aseguro que no soy una de esas a las que puedes besar cada vez que se te de la gana y luego ignorar sin más para volver a aparecer de la nada y seguir haciendo tus jugarretas. ¿O es que a caso crees que soy como tú amiga asiática?
-Primero que nada, no permitas que Lynn te escuche llamarla “una de mis chicas o amiguitas”, ella no es ese tipo de amiga. Ella y yo solo entrenamos artes marciales juntos, pero nada más. Además, no soy su tipo, pero estoy seguro que tú si lo eres. En segunda, si querías mi número solo debiste pedirlo y tercero, se que tipo de chica eres tu y te aseguro que no eres un juego para mí Pey. Lamento haberte preocupado y haberme desaparecido así sin más, no tuve opción.
-Ya escuchaste al muchacho hija, no tuvo opción.
-¡Mamá!
Le grité al verla aparecer de la cocina con una gran sonrisa y una manopla en su mano junto a un cucharón.
-Solo digo, que deberías dejar que se explique.
Puse los ojos en blanco y suspire, pero asentí y le indique a Carter que hablara.
-Mi padre mando a sus hombres buscarme. Es decir, sus guardaespaldas. Era una “cena familiar”. Y mi padre vive en Londres, por lo que tuve que viajar y no es un viaje que pueda hacer en un día, cenar y regresar. De hecho, acabo de regresar y vine a ver qué tal estaban.
-Recién llegas ¿Y somos los primeros a los que vienes a ver?
-Si. Y si no me crees puedes ver en el pasillo, ahí fuera está mi maleta.
No sabía que decir y creo que cualquier cosa que dijera me sabría a poco en ese momento.
-¿Y el pequeño?
-Está dormido, tomo un poco de leche y regreso a la cama. Es que anoche se desvelo ya que salimos a pasear y se nos pasó el tiempo.
-Lo que mi madre quiere decir es que salimos a dar un paseo a la tarde, cerca de las siete y media; y terminamos perdidos. Para cuando dimos con un buen samaritano de aspecto decente y que no pareciera vender narcóticos ya eran cerca de las diez, de la noche.
-Oh, veo que ambas son igual de malas para guiarse. De todas formas, debo ir a casa, díganle que vendré más tarde.
-¡Eso sería genial! Está noche tengo una cena con Marcus, pero me preocupaba dejar a Peyton y Theo solos.
-¿Con qué una cena? Veo que las cosas marchan a la perfección Lara.
-¡Oye! Ni siquiera yo la llamo por su nombre y es mi mamá.
Los tres nos reímos y se sintió bien. Era increíble como con solo 10 minutos de su presencia, Carter lo había cambiado todo; de nuevo. Antes de marcharse me dejó su número de celular para que lo llamara si necesitaba algo.
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Editado: 29.06.2024