A un Callejón de Distancia.

Capitulo 35


    -De verdad querido amigo, no entiendo tu molestia. Además, mira como me dejaste el rostro.  

-¡Con un demonio Fast! Ya te dije que no soy tu amigo.  

-Calma. ¿Quién está ahí contigo? 

-Nadie que te interese. ¿Cómo me encontraste?  

-Fácil. Te seguí, pero dime ¿Es tu novia a caso la que está allí? Hola, querida.  

     Lentamente me voltee a ver el rostro del asesino de mi padre; una parte de mi me divirtió que no lo hiciera, pero otra deseaba con ansias terminar con aquel misterio. En el fondo, yo ya sabía quien era, lo supe al oír su voz, lo reconocí, pero no lo acepte. Estaba en estado de negación total, pero cuando nuestras miradas se encontraron ya no pude continuar con la negación.  

-Oh, Peyton Parcker que sorpresa. Ah pasado mucho tiempo; ¿No te parece? 

    Mis músculos se tensaron, la adrenalina se disparó por todo mi sistema nervioso y al resto de mi cuerpo vibró con ansiedad, y miedo. Todo en mí me instaba a correr, mi mente gritaba ferozmente ¡Huye! Y mis labios temblaban como una pequeña flor tratando de mantenerse en pie en medio de un lago congelado y asilado del mundo. La garganta se me cerró impidiendo que las palabras salieran de mi interior, pero lo que si salía era el miedo que sentía. Eso estaba por todo mi rostro y estaba más que segura de que mis ojos iban a estallar en lágrimas saladas.  

-¿Te sorprende verme, cariño? 

    Con cada palabra suya aumentaba el ritmo de mi respiración y mis latidos habían alcanzado niveles críticos, tanto, que temí saliera disparado de mi pecho en cualquier segundo. Carter se volteó y me miró con curiosidad en su rostro, tratando de comprender lo que sucedía allí. 

-Pey ¿Tú conoces a este imbécil? 

    No pude responder. Quería hacerlo. Deseaba gritarle que ese tipo, el responsable de la muerte de mi padre y del estado de su hermano, ese mismo que jugaba a ser el fantasma en su pasado…. También era el fantasma del mío. 

-Por supuesto que nos conocemos e incluso, tenemos una historia inconclusa en común, de hecho - él me miró con una sonrisa maquiavélica en su rostro – es por ti que vine a la ciudad.  

-¿Q….qué? 

    Mis palabras fueron a penas un susurro casi inaudible y se perdió en el ruido nocturno de la ciudad, pero aún así, él fue capaz de adivinar lo que dije y se rio disfrutando de la situación. 

-Por supuesto Peyton. ¿Qué? ¿A caso estás sorprendida? – hizo una pausa esperando una respuesta que no obtuvo y continúo - ¿De verdad creíste que podías huir de la ciudad sin que yo supiera?  

-Ya estuvo bien, no me importa de dónde se conocen solo quiero que la dejes en paz. 

-Carter, créeme amigo, te estoy haciendo un favor. Tu no sabes quién es ella en realidad. 

-Se perfectamente quién es. 

-¿Ah sí? ¿Es tu novia? 

-Por supuesto. 

    A pesar del miedo y de toda aquella situación, oír a Carter decir que si era su novia con tanta seguridad, me lleno el alma de esperanza y alegría, pero rápidamente fue opacada por las palabras del imbécil. 

-¡Ja! Entonces, ¿Ya dormiste con ella? Te aseguro que es…. Algo de otro mundo.  

-¡Serás! 

-Tranquilo hermano, ya te lo había dicho. Peyton y yo somos viejos conocidos. ¿Cierto querida? Pero ella creyó que podía tomar a nuestro hijo y escapar sin consecuencias. ¿Creíste que no los encontraría? Sí, Peyton. Vine a buscar a mi hijo.  

      
 




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