A un Callejón de Distancia.

Capitulo 37

    La siguiente semana me la pasé con el alma prendiendo de un hilo. No le conté a mi madre sobre la repentina aparición de Jeison en la ciudad, pero ella no era tonta y sabía que algo estaba pasando. Cada vez que podía se las arreglaba para preguntarme si todo marchaba bien con Carter y la verdad es que si; parecía que el he hecho de descubrir que Fast y Jeison eran la misma persona nos había unido aún más, aunque sabía porque. O quizá simplemente siempre habíamos estado así de conectados y no había sido capaz de admitirlo hasta entonces.  

-¿Vendrá a cenar Carter hoy? – me preguntó mi madre mientras se colocaba el delantal – Si es así, entonces prepararé pasta extra ya que Marcus dijo que vendría. 

    La mire y luego me reí al ver su lucha con los tirantes del delantal tratando de ayudarlo a su espalda. Uno pensaría que después de tantos años usando esa cosa ella podría atarlo con los ojos vendados y una mano atada, pero no.  

-Deja mamá, yo te ayudo. Así no, lo estropearas – quite sus manos con delicadeza de los tirantes tratando de salvarlos – es algo tan sencillo que incluso Theo podría hacerlo. 

-¿Ah sí?  

-Claro que si.  

-Mhm, si tú lo dices. Aunque, sigo opinando que no es tan fácil como aparenta. ¿Y bien? – pregunto insistentemente y yo sabía que esperaba una confirmación del invitado extra para la cena - ¿Vendrá o no? 

-Si mamá. Puedes lucirte con tu pasta cacera porque Carter si vendrá a cenar. 

    Ella sonrió alegremente mientras sacaba la masa de pasta del refrigerador donde la había colocado antes para que está reposará.  

-¡Lo sabía! 

-¿Entonces ahora eres vidente? 

-Hija, no hace falta ser una bruja para ver lo que pasa entre ustedes dos, aunque si me gustaría tener un poco más de detalles. ¿Qué tal va todo? ¿Ya son una pareja oficialmente o aún estás haciendo sufrir al pobre? 

-¡Mamá! Yo…. Creo que no hace falta decir más. - Ella elevó una ceja de forma interrogativa. – Es decir, si, yo diría que después de todo si somos una pareja, pero yo no soy la única que tiene noticias. ¿Qué me dices tu? Si Marcus viene hoy a cenar…. ¿Eso quiere decir que las cosas van bien? 

     Las mejillas de mi madre se sonrojaron y su rostro se iluminó como el de una adolescente ansiosa por asistir a su primer baile de graduación. 

-La verdad es que las cosas están más que bien. Todo indica que marcha de maravilla. Marcus es un hombre atento, cariñoso, muy honesto y tan, él es tan…. 

-Y guapo, creo que eso es lo que querías decir. 

-¡Peyton! Pero tienes razón es exactamente así, pero tú tampoco te puedes quejar ya que tú novio es muy atractivo también. 

-Bien, digamos que ambas tenemos un gusto excelente. 

    Nuestras risas atrajeron la atención de Theo quien se asomo a la cocina para investigar que era lo que nos hacía reír tanto. Al final, terminamos preparando la cena entre los tres y la tarde se fue volando entre risas y guerra de picadillo de verduras.  

   Cuando el reloj marco las siete en punto el timbre sonó anunciando la llegada de Marcus. Mi madre se había vestido de manera casual, según ella, pero la verdad es que había desempolvado su mejor jean ajustado al cuerpo y lo había combinado con una hermosa camisa turquesa ceñida a la cintura e incluso se había maquillado convirtiéndose en la mamá sexy-casual. No pude evitar reírme, pero ella me hizo ademán para que me detuviera y dejara de avergonzarla. La verdad es que me hacía más que feliz saber que al fin mi madre había encontrado a un hombre que la hacía sentir completamente plena y enamorada una vez más.  

-Lara…. Te ves realmente…. Waw. 

-Creo que estupendamente sexy suena mejor que un “Waw” ¿No lo crees Marcus?  

-¡Peyton! Pero…. ¿Qué cosas dices niña? 

-Si Peyton, tienes razón gracias por la ayuda. 

-De nada Marcus, cuando quieras y, no le hagas caso a mi madre. Es que la pones nerviosa. 

    Mi madre se volteó a verme y sus mejillas ardían de la vergüenza, pero sabía que por dentro me estaba agradeciendo. Entonces Marcus la sorprendió con un beso en la mejilla y ella pegó un grito de ratón asustado provocando la risa de Theo; y la mía también. 

-Espero no estar interrumpiendo nada, pero ¿Hay lugar para uno más? 

-¡Carter! 

    Theo corrió a los brazos de Collins y por supuesto él lo recibió felizmente y lo elevó en sus brazos para auparlo mientras le hacía morisquetas. Mi madre se acercó y lo abrazó con una gran sonrisa materna en su rostro. 

-Para ti, siempre hay un lugar querido – le dijo mientras acariciaba su mejilla – no hace falta que preguntes. Ven, entra de una vez y avergüenza a mi hija tanto como ella a mi. 

-Será un placer Lara.  

    Carter me miró a los ojos y en ellos vi el amor que nos tenía a todos nosotros. Fui a su encuentro y cuando nos tocamos el plantó un beso en mis labios provocando mariposas en mi estómago; ahora era yo quien tenía la cara roja y todos allí parecían disfrutarlo. 

-¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! 

   Theo gritaba una y otra vez mientras palmeaba sus manitas frente al rostro de Carter quien aún no lo había bajado e insistió en llevarlo hasta la mesa. 

-¿Qué hay de cenar, damas? 

    Preguntó Marcus mientras depositaba una botella de vino sobre la mesa y Collins un pastel de postre.  

-Pasta cacera con salsa y por lo que veo ustedes se encargaron del postre y la bebida – dijo mi madre antes de besar a Marcus en la comisura del labio – así me gusta que se comporten.  

    Durante la comida hablamos de todo y de nada, reímos y lloramos de la risa. Me sentí tan alegré, hacia mucho tiempo no teníamos una velada como esa; una cena en familia. Pero la felicidad duró poco, ya que cuando estábamos terminando el postre Carter recibió un mensaje y en cuanto lo leyó, su rostro se puso serio y sus ojos se despojaron de todo cariño y bondad para ser remplazados por el odio y la rabia e inmediatamente supe que se trataba de Jeison. Al fin había llegado el día del reto que decidiría el futuro de todo.  


 




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