I'll do whatever it takes
I put my hands on her face
I'm not gonna lose you tonight
I'd rather lose my mind.
Lose My Mind.
James Arthur feat. Josh Franceschi.
Melinda
Ha pasado exactamente una semana del plan secreto de mi fiesta de graduación de la escuela de enfermería, la ceremonia fue excelente, pero sobre todo la fiesta de máscaras que organizaron Jared y Noah fue la cereza del pastel para hacerme sentir bien.
Hoy en día Noah ya no es más un estudiante ahora mismo es un residente interno del hospital y yo una enfermera y ya no más una recepcioncita. Pero bueno el tiempo vuela demasiado rápido cuando lo compartes con personas que valoran y te apoyan haciendo lo que más amas, el doctor Mark y el doctor Doug me regalaron un estetoscopio de color lila y mi ropa de enfermera es del mismo color y ese me lo ha regalado Kerry. Los demás regalos de graduación que mis mejores amigos me dieron fueron libros de anatomía entre otros libros con demasiada información para comenzar dentro de la carrera de medicina algo que claramente quiero hacer, pero no creo que deba hacerlo ahora creo que es demasiado reciente que termine mi carrera universitaria y la carrera de enfermería al mismo tiempo necesito tiempo para hacerlo.
Kerry y Mark me habían ofrecido comenzar mis turnos así que hoy tuve un turno demasiado pesado para mi gusto, pero demasiado didáctico. Una niña le mordió la nariz a Dave, dos veces le vomitaron a Dep en la cara y a Noah bueno a él casi lo linchan un par de niñas exploradoras pero decirle que es demasiado arriesgado que lo sean en fin creo que las mejores cosas pasan en las salas de urgencia aunque los doctores digan que a veces suceden cosas peores, pero no existe nada peor que después de dos buenas graduaciones tú padre le llame a tú madre para que pase un aviso de que nos reuniríamos para en sus palabras: charlar sobre mi futuro, lo que básicamente significa que me obligara a escoger entre hotelería o algo que tenga relación con lo que su familia hace o mejor dicho nuestra familia ya que la dueña de todo lo que él maneja es mío.
Cuando llegue al hotel el que está a cargo me llevo hasta la mesa en la que él siempre suele desayunar, comer y cenar con su nueva familia siempre que están en la cuidad algo que para mi gusto es demasiado hipócrita de su parte al igual que exigirle a mi madre dejarle ver a las hijas que en un principio declaro como que no lo eran, pero resulta que ahora lo son.
—Lamento la demora —dijo al mismo tiempo que tomada asiento frente a mí—, estaba en una reunión de negocios para nuevas inversiones en otros países y se me ha ido el tiempo volando, Melinda.
—No te preocupes. Tengo todo el tiempo del mundo para esperarte —le regale una media sonrisa de mal gusto.
—¿Entonces? —no sé sí es una pregunta abierta o retorica.
—¿Entonces qué?
Mi padre se comenzó a masajear las cienes antes de que su hija perfecta llegara a sentarse en nuestra mesa como si nada.
—Hola papi —lo saludo primero dándole un beso en la mejilla. Después me barrio con la mirada y descaradamente me quiso humillar por ser más bonita y no traer uniforme de enfermera, pero sí ropa cara de marca—. ¿Tú debes de ser Melinda no?
—¿Y tú debes de ser la adoptada no? —le respondí en su mismo tono fresa.
Me fulmino con la mirada, pero al ignore regresando mi vista a mi padre o mejor dicho a nuestro padre.
—Mel —reconocí su tono de voz al instante y todo me hizo clic dentro de mí cabeza de golpe.
—¡No! —masculle.
—Melinda por favor hija...
Cerré tan fuerte mis puños sobre la mesa que el escozor de mis uñas enterrándose en mi palma fue superficial hasta que la rubia comenzó a alterarse tal vez por las gotas de sangre o porque sabe que puedo arrancarle la cabeza si quiero.
—No —volvió a decir con la misma seguridad que antes—, no me llame hija, no me pidas que le dé partido de acciones a tú hijita querida, no vuelvas a decirme que no soy lo suficiente capaz de manejar toda una maldita cadena de hoteles porque soy esquizofrénica, no te quieras hacer la maldita victima en frente de tú hija sana, no vuelvas a llamarle a mi madre y jamás en tú vivas le vuelvas a exigir pedir que te deje ver a mis hermanas, ¿quedo claro, Ben?
Nunca antes lo había llamado por su nombre como ahora mismo lo he hecho y eso es demasiado extraño, algo dentro de mí está alterado, pero al mismo tiempo roto.
—¡Solo mírate! —me señalo como si fuera algo—. Pierdes el control demasiado rápido y te recuerdo que sin mi ayuda tus abuelos jamás hubieras prosperado en la vida.
Me comencé a reír irónicamente y falsamente.
—Pues entonces creo que es momento de que sigas el consejo de mi abuelo y si no te pareció que todo me lo dejaran a mí fue por qué claramente te faltaron los huevos cuando más te necesitaba tú familia —le respondí demasiado agitada— por qué si mal no recuerdo cuando tuve mi primer ataque mi abuelo fue quien me ayudo a que pasara, cuando tuve mi segundo y tercer ataque mi abuela fue quien se quedó en el hospital conmigo hasta que estuve estable, si mal no recuerdo cuando mi madre casi muere de un sobredosis por tú culpa ellos fueron los que estuvieron conmigo en todo momento, celebrando mis logros un teniendo a una nieta ¡enferma!
Ni para Ben ni para mí es sorpresa que esto vuelva a salir a la luz cada que él quiere manejarme a su manera, cada vez que nos vemos termino teniendo ataques, termino internada en el hospital de lo mal que me deja, pero sobre todo por qué nunca me ha demostrado lo que a ella le dé muestra a diario. A mí nunca me regalo boletos de avión en primera clase, tampoco boletos VIP para ir a conocer a mi banda favorita, ni un coche, tampoco joyas caras y viajes todo pagado para mí y mis amigos en mi cumpleaños. Pero claro que a mí me ha regalado visitas constantes el hospital por tener convulsiones por tener huelgas de hambre, por estrés, y por más razones he tenido crisis demasiado severas, pero él jamás se importó cuando tuve mi primer ataque psicótico e intenté matar a mí madre.
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Editado: 24.07.2022