A una llamada a la distancia

Capítulo 32

In case you didn't know

Baby, I'm crazy 'bout ya

And I would be Iyin' if I said

That I could live this life without you.

In Case You Didn't Know.

Brett Young.

Wang Tao

Llevamos Mel y yo acostados en mí cama viendo una de sus películas favoritas y en su defensa es una de las mejores películas adaptadas de libro a pantalla grande. "Mujercitas" puede que si sea un clásico y la primera película no le gustara en lo absoluto, pero dice que la otra versión es mucho mejor y claro que me gusta no es la primera vez que la vemos juntos, pero desde la última vez que Mel vio una película conmigo a comparación de esta ocasión tengo admitir que extrañada abrazarla y sentir el peso de su cabeza recargada sobre mi pecho.

No es nada del otro mundo sé que no ha sido un día bueno para ella ya que a vento como tres o cuatro veces su teléfono contra la cama y el sillón que no tienen la culpa de nada pero según Noah y Sam le han estado apareciendo fotos, videos y cosas con respecto a Jared y por más que ella nos grite que ya no quiere saber nada de él, que no le interesa que hace con su vida y lo que esté pasando sea grande o pequeña sabemos de ante mano que todo esa en mentira y eso mancha su personalidad de sinceridad aunque es directa y no le tiembla la voz cuando nos lo hace saber con esa dureza que horas después la hace sentarse en el suelo recargar su espalda en la cama y llorar hasta quedarse dormida en el suelo abrazándose a sí misma.

Mel el día de hoy lleva puesta una de mis sudaderas de color crema, unos pantalones deportivos a juego de unos calcetines de colores calientitos que me hacen reírme de ella ya que con sus trenzas de raíz parece una niña pequeña y caprichosa. Sobre la bandeja tenemos desde helado de la galleta oreo, palomitas, gominolas, barras de chocolate y otros chuces que bien podríamos decir que esta deprimida y es más que obvio que lo está, aunque ella lo niegue.

—Sí yo fuera Jo hubiera escogido a Laurie —comento con enfado— pero Amy también me gusta, pero no para él, siempre preferí a Jo antes que a Amy.

Aquí es en donde debo de pensar bien mi respuesta si no quiero que me corra de mi propia habitación y después me haga la vida imposible por la mañana antes de que se vaya a trabajar.

—¿Lo escogerías aun teniendo en cuenta que no expresas los mismos sentimientos? —pregunte.

Mel se removió un poco antes de responderme.

—Prefiero fingir amor que sentirlo de verdad.

—¿Por qué?

—Por qué el amor duele, Tao. El amor duele tanto cuando te das cuenta de que te has enamorado de lo que es la persona por dentro y no de lo que es por fuera y eso duele, bastante diría yo.

Enhorabuena regreso la sinceridad cruda de mi dama o mejor dicho de mi ex dama.

Dude si era buena idea responderle de regreso, pero entonces Mel me rodeo con sus brazos por mi cintura. Sus gestos cariñosos a veces me parecen bastante torturadores; Noah dice que a veces puedes ser de lo más dulce otras veces puede ser tú peor pesadilla y en otras ocasiones es como una maquina sin control de lo que hace dice o intenta dar a conocer. No es difícil de manejarla pero si deja los medicamentos ella misma podría hacerse daño algo que nadie quiere y tampoco le he quitado el ojo de encima como si fuera un maldito acosador algo que claramente a ella le molesta por ratos como esa vez hace seis semanas cuando mi amiga de chica vino a visitarme y Mel se comportó como toda una novia celosa, posesiva y neurótica cuando mi amiga me propuso regresar a la pantalla grande a disfrutar lo que más amo hacer y Mel casi la saca arrastrando de su cabello por meterme ideas que ya tenía en mente pero de las que no le he dicho nada a ella por como fuera a reaccionar.

—Solo el amor verdadero duele demasiado, Mel.

—Entonces prefiero sentir que el amor acaba conmigo lentamente —balbuceo.

Cuando ella se pone a ver algo que realmente le gusta te ignora o empieza con algo y termina dándote el avión porque no le interesa seguir hablando.

Si no conociera a la perfección a Melinda Parker diría que intenta ocultarse detrás de una fachada que no le queda tan bien como ella cree que le queda. No solo está en chicago por la nieve, no está aquí por el hospital o por qué quiere estar conmigo y no dejarme solo como debió de haberlo hecho desde un principio, no, claro que no, Melinda tiende a querer huir de los problemas que la arrastran a la oscuridad que vive dentro de ella, corre a otro sitio a pensar con la cabeza fría mientras que intenta encontrarse a sí misma. Eso hizo. Corrió hasta que sus piernas se detuvieron por el dolor y ahora ese dolor la consume lentamente hasta que se dé cuenta que seguir huyendo no es la solución, mentirse no funciona como antes y ambos sabemos que esto no nos llevara a ningún lado.

—Por un momento creí que ambos nos romperíamos mutuamente —volvió a hablar, pero está vez sin más balbuceo sino más bien de forma directa.

—Somos humanos y cometemos errores que nos hacen rompernos queramos o no hacerlo, Mel.

Levanto su cabeza hacia a mí para mirarme directamente a los ojos ese color verde es capaz de provocar demasiadas cosas dentro de mí aun que se cómo controlar. Es hermosa y no niego que a veces le he rodado besos que ella corresponde cuando cocina, o hace cualquier otra cosa es como una forma que tenemos de demostrarnos que sin importa nada somos importantes y aceptamos que estar juntos es algo que no es sano y sin embargo seguimos aquí juntos después de todo.

—Los humanos deberíamos de ser como las estrellas... —suspiro antes de inflar sus cachetes.




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