A una llamada a la distancia

Capítulo final 40

I'd take it, I take it

Like a pill, your love, I take it

When my world gets loud, could you make it quiet down?

When my head, it pounds, could you, tum down all the sound?

Kindly Calm Me Down.

Megan Trainor.

Melinda 

La casa está llena de regalos de navidad y demás decoraciones que me hacen quererme sacar los ojos de la cara con tan de no ver más colores a mí alrededor, pero bueno que puedo hacer cuando es víspera de navidad y todo el mundo parece emocionarse por querer estar con su familia mientras que yo estoy tomando ponche de frutos sin alcohol en el porche trasera de la casa de mis madres mientras todos mis amigos festejan dentro de ella. Mire sobre mi hombro sus sonrisas y escucho sus risas que me hacen sentir bien pero no lo suficiente como para querer estar ahí adentro con ellos, festejando junto a ellos como cada año.

Miro cada cinco minutos el cielo con la esperanza de que todas esas estrellas brillando sean todas esas personas que hemos perdido y que nos observan desde el cielo.

Tal vez, solo tal vez debería de dejar de engañarme a mí misma, cuando Jared mando ese mensaje hace meses atrás está segura de que mí respuesta sería la buena y no terminaría contradiciéndome como siempre pero al final ninguno de los dos nos presentamos a la cita y fue lo mejor para los dos, yo tuve que sentarme en el jardín de mí casa a borrar todas las fotografías que teníamos, deje de seguirlo en redes sociales e incluso hasta borre su número para dejar de verlo, Tao está adentro bailando con mis hermanas como siempre y me alegra al menos después de estar a una llamada a la distancia aprendiéramos de la mejor manera que a veces perdemos lo que menos queríamos perder. Yo estaba aferrada a la idea de que Tao era el hombre con él que quería pasar el resto de mi vida y posiblemente nuestra historia hubiera terminado de esa forma si no nos hubiéramos dado cuenta de que no estábamos haciendo daño, tanto que ya ni siquiera nos dolía vernos al espejo y decirnos que estábamos bien o mentirles a nuestros amigos, y ahora somos lo que siempre hemos sido uno mismo.

—Cuando dijiste quiero espacio creí que te referías a que irías a caminar a la playo no a quedarte aquí parada sin hacer nada —hablo Tao a mis espaldas.

—Me gusta como se ve la luna desde aquí —hable con un tono bajo y tranquilo.

—¿Crees que todo lo que hicimos en el pasado estuvo bien?

Lo mire sobre mi hombro antes de encogerme dándole una respuesta nada lógica.

—Tú querías casarte y lo hiciste —está vez sí le respondí con palabras— querías saber que era experimentar llegar al altar con alguien y lo hiciste, ¿no es así?

Tao comenzó a reírse. Me sigue gustando demasiado su risa.

—Me case con la mujer más hermosas de todo el planeta tierra.

—Gracias, gracias, pero no necesito tantos a lagos —me burle.

—¿Estamos bien? —pregunto dudoso.

—Siempre hemos estado bien.

Tao me abrazo por mi espalda, yo deje caer mi cabeza hacia atrás recargándola sobre su pecho mientras cierro los ojos. En estos últimos meses todas las cosas han cambiado demasiado desde que Ray expreso sus más sinceros sentimientos sobre Neela algunas cosas han cambiado, desde que Noah se casó con Kem y ahora Kem y yo somos como dos novias que comparten al chico sin que él se entere. Dep y Dave siguen haciendo su vida en otros lugares en donde puedan estar en paz ellos mimos mientras que yo sigo aquí, en busca de lo que me retiene a irme a otro lado y también entre todas esas cosas hemos estado haciendo cosas de su lista de deseos a largo plazo de Tao y eso implico verme vestida de blanco caminando hacia un altar que mis hermanas hicieron, claro que no tienen edad para oficiar una boda pero al menos se divirtieron y ahora dicen que somos esposos aunque ambos sabemos que siempre estaremos casados aunque no existe papel que lo afirme. No lo necesitamos solo estamos el uno para el otro sin importar nada.

—Tienes razón desde aquí la luna se mira más hermosa —confirmo lo que le había dicho yo— es una hermosa noche como para que te lamentes por lo que has hecho mal.

—No importa lo que haga siempre quiero correr —dije mientras hacía que sus brazos me estrecharan más—, y aunque yo diga que no quiero huir es lo que hago, corro, corro tanto que cuando quiero quedarme lo primero que quiero hacer es correr.

Tao recargo su barbilla en mi cabeza soltando y largo y profundo suspiro.

No existen ya secretos entre nosotros, lo único que tenemos es una buena relación después de meses hablando y pasando ratos libres juntos. Creo que ha sido magnifico pasar de nuevo una navidad que él aquí a mí lado.

—¿Conmigo también querías correr?

—Quería correr hasta que las piernas me dolieran y el pecho se me inflara tanto que las lágrimas ya no me dejaran ver el camino y entonces tendría que regresar sobre mis pasos de nuevo al lugar del cual en primer lugar quería huir.

—¿Y qué fue lo que te detuvo de hacerlo?

—Todo y nada.

—Habla claro, Mel, que no te entiendo.

—Creo que quería todo lo que otras parejas tenían sobre todo esa felicidad genuina que notaba en sus rostros cuando veían a su pareja y al mismo quería nada, no quería algo a lo que me ataría, pero sabía que tarde o temprano pasaría es como un juego de palabra: cómo, cuándo y dónde, ¿me entiendes? —le pregunte aun con mis ojos cerrados.

—Más o menos te entiendo, pero necesito que seas más abierta —tiene ese aire de tranquilidad en su voz que me hace relajarme tanto que a veces pienso que Noah tiene reemplazo.




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