Aaron y Zack

prólogo

“-Te amo. - Me dijo Aaron mirando el lago, se me escapó un jadeo por la sorpresa y abrí tanto los ojos que creí que jamás volverían ser los mismos. 

Me quede unos segundos admirando su perfil, su nariz respingada, su cabello negro caía por su cara con unas hermosas ondas, sus ojos eran extraños, pero tan hermosos, uno era color azul y el otro era de color verde, sus labios gruesos que me daban ganas de besarlo cada segundo de mi maldita existencia. 

Ahí lo entendí todo, su mirada me juraba amor, sus brazos prometían que nunca me dejaría y de su boca salían las locuras más hermosas que jamás pensé que iba a escuchar de un hombre, porque así era él, espontáneo, mágico, único. 

-Te amo más, Aaron. - susurré dejando de mirarlo, mis ojos estaban fijos en el lago y mis mejillas estaban sonrojadas, a los pocos segundos sentí que tomaba mi mentón y me obligaba a mirarlo. 

-No te estoy presionando... - lo callé con un beso, un beso de necesidad, de miedo, de felicidad. Son muchos los sentimientos en un simple toque de labios. 

Me separé de él y lo miré a los ojos, pero solo alcanzaron a pasar unos segundos cuando el volvió a besarme, entreabrí mis labios cuando el lamió mi labio en busca de acceso a mi boca. 

Nuestras lenguas se tocaban tímidamente, casi pidiendo permiso para comenzar una batalla salvaje. 

Había una mezcla de emociones en mi interior, pero la felicidad dominaba mi corazón, era como morir de amor en un simple beso, ese beso era para sellar un pacto, un pacto en donde nos juramos amor eterno en ese lago y si de algo estoy seguro es de que no hay lugar en el mundo que guarde más amor que ese lago porque ahí reímos, lloramos, nos enojamos y nos amamos.” 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.