Abrahel

I

Ella es una de las luminarias referidas a la sexualidad humana, se acompañaba de Hambre el mote de Draco, el jovencito pálido y lánguido, vago por naturaleza. Los los dos andan por el mundo inspirando el mal a los hombres, encontraron a su presa perfecta, Maximiliano el pastor de ovejas, Hambre se aproximó a él dispuesto a entablar conversación con el pastor.

 

-¡Buen hombre, vengo de tierras muy lejanas, soy un andariego y no tengo que comer. Me dicen Hambre por lo mismo. ¿Tendrá un mendrugo de pan o alguna moneda? Vocifera Hambre

-Más bien pareces un saltimbanqui, pero no te juzgaré, más bien podrías ganarte el dinero, cuidando a mis ovejas, a veces me canso mucho y por el sol más mi edad me distraigo mucho y se me pierden las ovejas. Alguien joven como tú me podría ser de utilidad.

-Me parece perfecto, señor. ¿Cuál es su nombre?

-Soy Maximiliano Remy, soy un hombre solo, que vive en el campo desde hace 10 años.

-Si quiere podría trabajar con usted de inmediato sugiere Hambre. Es el enviado de Abrahel para captar la atención de la presa. Maximiliano era un hombre maduro pero con un porte atlético, debido a su vida en el campo

-Tienes buena disposición, eso me gusta, pero debes tner un nombre real y no Hambre...

-Mi nombre es Draco, y trabajaré para usted incansablemente señor Maximiliano, solo tengo una petición...

-¿Petición, chiquillo? No has comenzado a trabajar... Exclamo Maximilano. Pero habla ya, Maximiliano lucía harto ya

-Tengo una hermana que me espera allá en aquella loma, ¿alcanza a divisarla?

 

Maximiliano hace un esfuerzo leve con la vista.

 

-En efecto, ¿y qué pasa con ellá? ¿Por qué no vino contigo?

-Es una chica taimada, no hemos tenido una vida fácil, señor. Se da a entender Hambre

-Hazla venir, una chica no debe estar sola...

¡Constanza, Constanza! Ven corre, apresúrate...

-¡Que bello nombre el de tu hermana!

 

La muchacha, es decir, Abrahel "La Reina de los Súcubos" , comenzó a aproximarse, Maximiliano con todo y su miopía que intentaba disimular, comenzó a divisar a una bellísima y siempre dispuesta mujer. Quedó estupefacto ante su resplandor aúreo.

 

-¿Es esta tu hermana Draco...? Tartamudeando el pastor

En efecto, señor (con malicia) Convencido Hambre de su pericia

-Buenos días señor, mi nombre es Constanza, soy su humilde servidora. Su apariencia noble y su belleza apolínea que usaba como camuflaje la hacían atrayente a los sentidos pero sobretodo al hablar con su cándida voz de sirena

¡Oh, Constanza! Tu servidor soy todo tuyo, pero vamos a mi casa no muy lejos de aquí

 

Constanza y Hambre se lanzan una mirada confidente y macabra.

 

-¿Pero y sus ovejas señor? Pregunta Draco

-¡Oh, no! Olvídalas por un momento, no se perderán por una hora de descanso.

-¡Oh, gracias por su hospitalidad señor! Agradece Abrahel tras lograr su cometido

 

El pastor era un hombre solitario, así que fue presa fácil para la súcubo y su acompañante Hambre dos seres infernales y perdidos.

 

 




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